Comunicación y educación en nuestra América (I)
Prospectividad de la tecnología educacional

Reflexionamos en torno a la función comunicacional de la tecnología aplicada al campo educacional, procedente de su origen científico y concerniente a la realidad actual y a la acción prospectívica para nuestros pueblos. Ensayamos aquí nuestra visión acerca de la impactación ejercida por ella en la vida educacional, desde todos sus ámbitos de producción y sus espacios alfabético y analfabético. Los rasgos sociológicos en debate que en ellos aparecen forman parte de nuestro compromiso con el provenir de nuestros pueblos que siguen intentando, a fuerza de tenacidad irrefrenable, promover el surgimiento y fortalecimiento de una identidad educativa americana propia.

Palabras clave: Bíoetnocaracterológico, Deshumanización, Multimediático, Prospectividad, Tecnología

 

Todo el siglo XXI girará en torno a los nuevos hallazgos de la ciencia pura y aplicada y, por consiguiente, con repercusión en la tecnología con sus correspondientes ramas y particularmente en el campo de las humanidades, de la ciencia biológica, de las biotecnologías, de las ciencias sociales y la filosofía misma.[1], en nuestra América y el mundo. Las  bases de toda la ciencia, creadas a través del siglo XX,  han sido iluminadas por las descubrimientos científicos mundiales en todas las áreas del conocimiento. En el acceso al siglo XXI se advierte una importante proyección tecnológica, la misma que ha tomado  un impulso singular con los hallazgos más recientes de la ciencia, entre los cuales se patentiza la comunicación.

1929. 10 de septiembre en los estudios de la BBC de Londres, John Baird pone en marcha la primera emisión de televisión (sólo con señal de video). Al año siguiente realizó (31 de Diciembre): la primera transmisión con audio y video. Con la definición del equipo de 30 líneas, empleó un canal normal de radiodifusión.

Allí tenemos a la diversidad de plataformas multimediáticas, el vencimiento de las distancias a través de la instantaneidad presencial en tiempo vivo y real con la aparición de equipos nano tecnológicos que lo permiten. El tercio final del siglo pasado, como podemos percibir, ha registrado, con mayor énfasis, el desarrollo de las aportaciones tecnológicas cambiantes de nuestras experiencias cuando nos provee de imágenes cinematográficas, de  multitransmisiones e infinitud de infraestructuras interactivas.

En esa proyección, el nuevo paradigma de la comunicación en nuestros países, tiene como consigna la lógica de la interconexión, tiene a la información como materia prima; por su capacidad de penetración y flexibilidad, pues se está probando que es generadora de tele producción, de producción móvil, de teleducación o aula sin muros con la existencia de una sola red, la del alumno y la del profesor.[2] Aula sin muros, promovedora de la convergencia integrada de tecnología, como facilitadora del aprendizaje en un contexto determinado; mundo actual en donde se ha abierto el mundo de la tecnología de la información y la comunicación. Gracias a ésta, en medio de un proceso socializador –acotemos–, la educación continúa enriqueciéndose con las contribuciones de los paradigmas, la cultura sigue ampliándose con la difusión de los productos creados y el conocimiento insiste en solidificarse con la conservación de la memoria humana.

El tercio final del siglo pasado ha registrado, con mayor énfasis, el desarrollo de las aportaciones tecnológicas cambiantes de nuestras experiencias cuando nos provee de imágenes cinematográficas, de  multitransmisiones e infinitud de infraestructuras interactivas.

Si se prevé que al finalizar el siglo XXI, se vivirá un promedio de ciento cincuenta años, puede concebirse que ingresados al siglo XXII, se transformará en notable medida la vida misma, la labor y organización, con un retorno, incluso, a la mentalidad socrática, constituyéndose –en estos términos– la hora de la cultura holística para algunos con la presentación de nuevas mentalidades, de nuevas actitudes dirigidas a rehacerlo todo, a hacer reingeniería consistente en ejecutar un nuevo desarrollo mental-neuronal para solucionar problemas;[3] y sistémica para otros;[4] expectativas de vida cada vez más asombrantes que, previstas para el dos mil cincuenta, traen incluidas la dejadez atrás del aprendizajes natural para dar paso a la adquisición de saberes mediante fórmulas artificiales.

Mas, la tecnología misma es solo el comienzo, y en cierto sentido, es la parte más fácil; lo difícil es aplicarla a las áreas menos tangibles, como la política, el comercio, la cultura y el derecho.[5] Sin embargo tiene acceso a la educación en donde hallamos introducidas –por Kosslyn y Koening– a las ciencias cognitivas y en las que, a base de ocho tesis, inserta a la neurociencia cognitiva o teoría del funcionamiento, como una nueva disciplina[6], que parte de la computación o mente-cerebro, desde la cual aflora el comportamiento o análisis computacional, etapa inicial consistente en descubrir una función que puede vincular un input a un output.[7]

Frente a la opción del planteamiento de desarrollar las tres eses hispánicas de sabiduría, sensibilidad y solidaridad, en oposición a la propuesta inglesa de priorizar las tres erres: reading, reatining y reactition –lectura, escritura y cálculo–, la tecnología educacional devendría en la propuesta de constituirse en imprescindible contribución como fuerza auxiliar (para todas las áreas de la sociedad contemporánea, artes, ciencias, humanidades, tecnología) “que conlleva a humanizar al estudiante en un mundo que necesita del impulso y afianzamiento del cultivo de valores”, es decir deviene como fuerza participativa que pueda poner “énfasis  en desarrollar fundamentalmente el compromiso moral”.[8] Mas, es aquí en donde no podemos omitir el permanente y latente riesgo de abrir una puerta de liberal modelación formativa al mundo analfabeto y que, para ciertas instituciones dirigenciales oportunistas, es un espacio social destacable para concretar a partir de internet, el resto de hallazgos tecnológicos en procesamiento y por pronto venir.

 

Sociedad contra virtual o sociedad irreemplazable por la cibersociedad

En esa línea creativa, advertimos que, si la cultura se enriquece con la ciencia, gracias a la libertad de investigación, entonces hay que conducirla por un buen camino que no dure apenas unas décadas, como experiencias temporales, sino que persista hasta más allá de las fronteras del siglo XXII. Hay que utilizar los descubrimientos científicos hacia la construcción de una sociedad humanista, procurando al mismo tiempo, que sus normas morales, jurídicas o técnicas vayan siendo de interés significativo para la filosofía. Nuestros pueblos, en una América expectante y llena de diversidades bíoetnocaracterológicas, los sigue necesitando, sobre todo en el campo de la ciencia política, en donde la función educativa debe jugar un vital rol esclarecedor.

Es en este contexto donde ubicamos la confrontación entre una sociedad natural y humana y otra inauténtica basada en la sola fuerza tecnológica como impulsadora de la concreción de una sociedad computarizada, virtual; espacio contextual en donde los hombres de los pueblos de nuestra América, han sido propuestos para vivir y sobrevivir a merced del sistema digital y para que sus movimientos culturales y educacionales, sean guiados por los botones de la telemática.

He aquí, pues, en materia comunicacional, un hecho histórico subyacente de deshumanización que conlleva a proponer una conducta de  pertinente control, más aún en la periferia latinoamericana cuya lucha en materia de cualidades valorativas –sobre todo en ética política– deviene en sublevante destructor del sistema.  Las sociedades, así, tórnanse menos democráticas y más irracionales. Se las ve representadas en los descriteriados e irresponsables sectores sociales que nos inducen a reflexionar que

“es una falaz utopía pensar que la comunicación va a armonizar las desigualdades de la aldea global donde sólo en 1998 en pleno auge de internet, hubo cuarenta y ocho conflictos bélicos (…). Ante tanta apología y mitologización de la globalización, de poner en escena los diferentes tipos de desigualdad infocomunicacionales, con diversas y crecientes brechas entre riqueza y pobreza en la sociedad contemporánea, y en donde se habla como si todos los habitantes de la tierra tuvieran una computadora y estuviesen conectados con internet –sólo un 2.7% de la población mundial lo está-, es importante recordar que gran parte de los habitantes del planeta carece de teléfonos, televisores, diarios, de acceso a la alfabetización (…) Las desigualdades también se dan en los flujos y las calidades de información elaboradas por las viejas y meras tecnologías, en la precariedad de la información sobre los países pobres (...) La telecomunicación, la informática y el sector audiovisual (…) son el producto bruto de los países desarrollados”.[9]

Este debate –objetivamente esclarecedor– está induciendo a que un sector de nuestras sociedades, postule por el planteamiento de la existencia y defensa del desenvolvimiento de una sociedad natural y contravirtual, por la supresión del proyecto de una sociedad electrónica y de una sociedad cibersocial; sociedades que, además, proponen la eliminación de la tecnofobia, de la infoadicción. Como vemos, es aquí en donde se destaca la participación decisiva de la funcionalidad  educativa.

Mas, exponen, hay que tomar distancia de la tecnología, la computadora puede volvernos acríticos, no valorantes. Dicen: sí a la formación, no a la información. El maestro es indispensable. Dicen: no al aprender por internet.[10] No al fundamentalismo. Dicen: sí a la educación que es libertad.[11]

La tecnología educacional devendría en la propuesta de constituirse en imprescindible contribución como fuerza auxiliar (para todas las áreas de la sociedad contemporánea, artes, ciencias, humanidades, tecnología).

Apuestas y propuestas tales que se basan en la realidad de que no se puede advertir la presencia de seres aislados unos de otros, encerrados en sus casas, sentados frente a la pantalla ante seres sin rostro, conviniendo en que la carretera de la información no puede reemplazar a ese centro sistemático de acumulación de libros llamado biblioteca; en donde ese mismo frío sistema sin filtros ni medidas, no puede perfeccionar el mismo sistema de vida social. Pensamos y actuamos vinculados a la humanización del hombre a base de una tecnologización regulada, aportante a la habilitación de un hombre constructivo y prospectívico.

Advirtamos la pertinencia de que toda una biblioteca podría convertirse en un “chip” de pocos centímetros (…) es decir podría transformarse toda la información en prácticos “bytes” electrónicos almacenados en diminutos soportes de material casi eterno (…) podrían consultarse las obras desde la computadora doméstica, leerse e imprimirse cuando se desee, sin molestar a nadie y sin tocar un solo libro (…): he aquí la perspectiva de una biblioteca sin libros, de una mera “chipoteca”.[12]

 

Cine y televisión

Al cine junto a la TV, también los involucramos en la era del nacimiento digital, a través de la técnica de filmación digital. Dirigida a la educación sistemática o asistemática, la gran oportunidad del cine digital radica en el hecho de que formatos establecidos desde hace mucho tiempo como el documental o el neorrealismo, renacerán en los próximos tiempos.[13] Entretanto, el reproductor DVD viene convirtiendo cualquier espacio adecuado en sala de cinema, en sala de cine de proyección digital; en una palabra viene  generándose la digitalización del cine,[14] como una importante fuerza electrónica a influenciar en la formación educacional de nuestros pueblos.

Pensamos y actuamos vinculados a la humanización del hombre a base de una tecnologización regulada, aportante a la habilitación de un hombre constructivo y prospectívico.

De ese modo, se entiende que Internet, globalizada o ilimitada, no deja de participar del crecimiento de la desigualdad en todos los terrenos; por lo que en diez décadas sólo los Estados reformados con sus sociedades debidamente organizadas, es más que probable que pueda reducirse al proceso de polarización informática entre los sujetos que viven enchufados y los que no. Lo cual no significa que llegaremos a atestiguar la presencia de una democracia social real; pues las contradicciones del neoliberalismo económico social se prevé que seguirán registrándose en la esfera política.

Por ello, podremos decir que los hombres hemos nacido para amar, cooperar, servir, solidarizarnos, admirarnos mutuamente, ordenarnos, ser honestos, sinceros, veraces, creativos, imaginativos, seguros, libres, suficientes, lógicos, consistentes, respetuosos, humildes, gentiles, serios, fidedignos, moderados, armónicos, fraternos. Hemos nacido para competir, para hacernos amigos y enemigos, para socializarnos, para evitar el confinamiento a la soledad, a la privación de la comunicación. Mas, no hemos nacido para destruir la cohesión social y familiar a base de infoadicción y drogadicción, o interesados por instituir una frígida sociedad virtual o electrónica a través de incorrectos usos de la red electrónica global; porque somos seres humanos que necesitamos ver, oír, sentirnos mutuamente las manos, caminar juntos silenciosamente, manteniendo el contacto humano; porque somos seres absolutamente humanos, humanizados, no somos máquinas, no somos seres insociables.

En consecuencia, señalamos aquí que los procesos informáticos –hasta la instauración de la huella digital–, constituyen la estela de  conciencia en donde las computadoras solo cumplen funciones binarias, mecánicas, carentes de inteligencia (Botero, 121: 2000), mientras el hombre y la sociedad cumplen funciones inherentes a su naturaleza englobada en las facultades humanas de inteligencia, sensibilidad y voluntad, cuyos  actuantes respectivos radican en la sabiduría, emocionalidad y solidaridad.  Desde ellas el proceso de aprendizaje adopta las posiciones pedagógicas paradigmáticas –modernas o contemporáneas–  con las que hoy en beneficio del desarrollo educacional, y mediante la fuerza tecnológica, y sustantivamente comunicacional, se irrumpe para proponer en nuestros pueblos ese nuevo tipo de hombre.

 


Notas:

[1] Bunge: 1985

[2] Unger: 1999

[3] del Río: 1999

[4] Bunge: 1998

[5] Utsumi: 2002

[6] Tesis I: Ciencia del comportamiento cognitivo, es decir el comportamiento está al comienzo de todo. Tesis II: Ciencia mentalista del comportamiento (…) el comportamiento cognitivo es el producto de procesos internos mentales (…) por consiguiente la neurociencia cognitiva se relaciona con la psicología. Tesis III: Ciencia mentalista  materialista (…) los procesos y facultades son propiedades del sistema nervioso; por eso: Neurociencia. Tesis IV: Ciencia mentalista materialista no reduccionista del comportamiento cognitivo (…) las propiedades mentales del sistema nervioso no pueden reducirse a las propiedades reveladas por la neurofisiología. Tesis V: Ciencia materialista no reduccionista de tipo funcionalista (…) la mente y lo que hace el cerebro. Entonces es una teoría del funcionamiento del sistema nervioso. Tesis VI: Ciencia mentalista materialista no reduccionista de tipo funcionalista informacional del comportamiento cognitivo (…) el funcionamiento es de tipo informacional y computacional: el cerebro proceso-información; hace algo diferente a los demás órganos. Tesis VII: Ciencia mentalista materialista no reduccionista de tipo funcionalista informacional conexionista del comportamiento cognitivo. Tesis VIII: Indisociabilidad de una teoría de la construcción del cerebro: la neurociencia cognitiva no es más que una psicología de la cognición (…) que se confunde con la neuroanatomía y la neurofisiología. Neurociencia cognitiva: descripción de eventos mentales, de funciones cerebrales, generados por los hechos.

[7] Botero: 46, 47, 48, 49: 2000

[8] Marchetti: 2002

[9] Ford, 1999: 13, 14

[10] Rizo Patrón: 1999

[11] Benavides: 1999

[12] Oviedo: 2002

[13] Wenders, C5: 2002

[14] Unger, B12: 2003.

 

Bibliografía:

Benavides Ganoza, Alberto, Carácter ético de la educación y los derechos humanos, Lima Perú, Aula Magna, PUCP, 1999

Botero, Juan José, Ramos Jaime, Rosas Alejandro, (Compiladores), Mentes Reales, la Ciencia Cognitiva y la Naturalización de la mente, Santa Fe de Bogotá; Universidad Nacional de Colombia, Siglo del Hombre Editores, 2000.

Bunge, Mario, Epistemología, Buenos aires, Ariel, 1985.

Bunge, Mario, Vigencia de la Filosofía, Ciencia y Técnica, Investigación y Universidad. Lima Perú. Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Fondo Editorial, 1998.

Del Río, Carlos. Ciencia y Tecnología e innovaciones en la educación, Lima Perú. Aula Magna, PUCP, 1999.

Ford, Anibal, La marca de la bestia, identificación, desigualdades e infoentretenimiento en la sociedad contemporánea, Bogotá, Editorial Norma, 1999.

Marchetti, Alvaro. Controversias en la educación española. Madrid, Alianza Editorial, 2002

Rizo Patrón, Rosmery. Carácter ético de la educación y los derechos humanos. LimaPerú. Aula Magna, PUCP, 1999.

Unger, Tomás. Ciencia y Tecnología e innovaciones en la educación, Lima Perú. Aula Magna, PUCP, 1999.

Unger, Tomás. La revolución del cine digital. Lima Perú. El Comercio, 2003

Utsumi, Yoshio. Unión Internacional de Telecomunicaciones. Lima Perú, 2002.

Wenders, Wim. Renacimiento Digital. Hamburgo Alemania, 2002.