Hamacas. Símbolo e identidad

Hamacas. Symbol and identity

Hamacas símbolo e identidade

Dalia Ruiz Ávila[1]

 

Hamaca lunita acogedora colgada del cielo,
tus mallas me recuerdan las noches de fiesta
de ese pueblo quieto en el que nací…

 

Introducción

La primera versión de este documento fue presentada en una conferencia magistral en la Facultad de Arquitectura y Diseño (FAD) de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), por esta oportunidad en el desarrollo de este documento se hace referencia a las viviendas típicas de la península de Yucatán como espacio en el que cobra relevancia el objeto hamaca.

Una hamaca es un objeto que se utiliza para el descanso, cuando se le dispone para usarla adopta una forma curva, sus medidas y los materiales que intervienen en su confección varían; es una prenda de uso generalizado en el territorio del sureste mexicano, constitutiva de este universo semiótico porque posee condiciones de comunicabilidad y función poética. Este objeto signo está en el mundo, en la historia y en la cultura de quienes nacieron o adoptaron a la península yucateca; remite en un movimiento cuasi infinito a otros signos (Eco, 1976).

La idea de reflexionar sobre la hamaca como objeto de estudio, surgió por el siguiente diálogo (vía teléfono) con un peninsular yucateco, profesional de la arquitectura (Py, 02-2013):

 

Py        “Oye, tú has de saber… dime, en ¿Tuxtepec duermen en hamaca?”

Inv      “¿Quieres saber en qué duermen?”

Py        “Si, me mandaron a hacer una obra a Oaxaca, voy a estar por allá seis meses más o menos y la verdad es que no me gusta dormir en cama, no la aguanto. Yo viajo con mi hamaca…

Necesito saber si en las casas hay hamaqueros o si es posible  ponerlos”

Inv      “Es decir ¿el material de las casas?”

Py        “mmhhmm, de qué son y si los espacios lo permiten”

Inv      “Wauuu, me la estás poniendo muy difícil…”

 

La conversación se centra en el uso de la hamaca en relación con el tipo de casa, de manera particular en el material de construcción y con el espacio disponible, todo objeto transforma alguna cosa (Baudillard, 1979), el  modelo de la casa condiciona el uso de este objeto en mutación y expansión.

Es el hombre el que garantiza, en la medida de sus necesidades, la existencia de los objetos en un determinado espacio mediante procesos en virtud de los cuales los sujetos entran en relación con éstos. En otros términos, se establecen relaciones entre objetos y humanos (hamaca, casa, cama) y diversos tipos de objetos entre sí.

En el plano de la identidad sociocultural se propicia el auto y el hetero reconocimiento, en esta óptica es comprensible que no todos se identifiquen con el uso de la hamaca.

Yo no soy de aquí, llegué por cuestiones de trabajo, me es imposible dormir en hamaca, aguanto un rato y luego me paso a la cama (Profesora de la UADY).

 

Las diferencias que en torno al uso de la hamaca puedan presentarse en este territorio se correlacionan con las derivaciones de la dinámica social que remarca la no estaticidad de los objetos y responde a la satisfacción de necesidades.

En mi casa hay un juego de recámara, nunca se usa, bueno, cuando llegan mis tíos de México, allí duermen, pero nosotros estamos acostumbrados a la hamaca (Mujer becaleña).

 

La confección y el uso de la hamaca se correlacionan con el espacio y tiene un lugar en la expresión del fenómeno identitario; sin embargo, en las nuevas construcciones de viviendas, los arquitectos, ingenieros y diseñadores del espacio, es decir, los profesionales de la construcción no han respondido al sentido de pertenencia, auto y hetero  definición  de los sujetos inmersos en este entorno sociocultural.

Nosotros éramos muchos hermanos, cuando era chica, mi casa no tenía recámaras, una pieza grande estaba dividida por un cancel de tela, una parte era la sala en el día y en la noche movíamos los muebles y colgábamos las seis hamacas, cuando nos levantábamos desatábamos las hamacas y los volvíamos a poner; la otra era el cuarto, ahí dormían mi papá y mi mamá (Mujer de Hecelchakán).

 

La descripción de los objetos exige fundamentarse en la interacción continua de un sistema de prácticas sobre uno de técnicas (Baudillard, 1990). En consecuencia, el punto de partida de esta exposición es que la arquitectura es un discurso, un conjunto finito de enunciados significativos, en el cual es posible instalar soporte al sentido, en otros términos, a través de los objetos (casas- viviendas) se dice algo de una forma, en un tiempo y un espacio, es decir, algo acerca de algo.

Los testimonios expuestos, se obtuvieron en diferentes conversaciones con pobladores de la península de Yucatán, de la oportunidad de escuchar diálogos en los que yo no siempre era la interlocutora y de fragmentos de discursos biográficos recuperados en diferentes etapas de trabajo de campo en la región de los Chenes conformada por Calkiní, Hecelchakán y Hopelchén, municipios del estado de Campeche.

Este documento se compone de tres apartados: a) La hamaca constituyente del fenómeno identitario, b) La hamaca en el espacio, y c) La hamaca símbolo. Para desarrollarlos se retoman elementos teórico metodológicos semiótico-discursivos. En el primer punto se abordan propuestas de Gilberto Giménez (2009), en el segundo de Magariños (2008) y Lotman (1976), y en el tercero de Baudillard (1979, 1990 y 2002).

 

La hamaca componente del fenómeno identitario

Una caracterización del objeto hamaca y el reconocimiento de su uso, desde el plano de la denotación objetiva y el de la connotación, abre vías para incursionar en la dinámica de la identidad sociocultural de los pobladores de la citada región.

 

a) ¿Cómo es una hamaca?

Es una pieza alargada de red, tela o lona resistente que se cuelga por los extremos y sirve para acostarse/echarse en ella. Existen de diferentes materiales, de género, tela gruesa que puede ser realizada en telar como las de la guajira colombiana, de fibras vegetales resistentes; en la literatura el antecedente al uso del henequén se refiere al de las fibras provenientes del hamack, che elem y sisal, en los datos que se sustenta esta exposición únicamente se encuentran alusiones al henequén o ki, con esta fibra se hacen las hamacas conocidas como “de mecate”; también se realizan con hilo de algodón, de seda e incluso de plástico.

Inconfundible lienzo de colores o red de hilos entretejidos que parece suspendida en el aire y que sirve de lecho, sofá y columpio para personas de todas las edades.

 

b) ¿De dónde proviene su nombre?

Una revisión bibliográfica y en buscadores virtuales arroja diferentes acepciones de su origen, de su etimología:

  • Emana de una lengua Taína, del arauak y significa red para pescado.
  • Se deriva de Chinchorro, que en América significa red de pesca
  • Su raíz es Kechua, viene de Samacú, que significa descansar.
  • Es de origen Haitiano y significa árbol (Uno de los lugares preferidos para colgarlas es entre dos árboles, se aprovecha la sombra y el fresco que éstos producen).
  • En lengua maya se conoce como hayabil k’aan, y’ab k’an “cama de viento”, yub k’aan “cielo de cama” o sólo k’aan como se presenta en el Diccionario maya de Juan Pío Pérez (1866-1877).

 

Una hipótesis es que estos “hilos para descansar” se originaron en el territorio del imperio maya que se extendía hasta Centroamérica y que los intercambios que se realizaron entre los pueblos prehispánicos, permitió su expansión hacia el Caribe y Suramérica antes de la llegada de los europeos. Sin embargo, Juan Francisco Molina Solís (1910), afirma que la hamaca llegó a la península en el siglo XVII y que una palabra con la que se denomina a ese objeto no se ha encontrado en los textos existentes antes del 12 de octubre de 1492.

 

c) ¿Cuál es su origen?

En México y en la mayor parte de los países centroamericanos: Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, así como en Sudamérica: Brasil, Venezuela, Colombia y Ecuador la hamaca es para una parte de la población, prioritariamente la rural y la de las regiones cálidas, desde hace mucho tiempo, un lugar tradicional para dormir.

La historia de la hamaca se sitúa primero en la cultura de los pueblos del Caribe y posteriormente en la maya, incluyendo Centroamérica porque al parecer fue un pueblo del Caribe el que comenzó a confeccionar las primeras hamacas; ellos utilizaban una fibra que conseguían del tronco/corteza del árbol de nombre hamack, de donde podría provenir el nombre de este objeto; los antiguos productores confeccionaban una especie de red de hilo muy semejante a la hamaca que se conoce actualmente (Molina Solís 1910).

Este objeto se difundió en parte de Centroamérica, Guatemala, El Salvador, Honduras y por supuesto en la península de Yucatán, en estos espacios el intercambio de productos era una práctica común. La hamaca fue canjeada como objeto de valor entre distintos grupos indígenas, como los Incas, quienes, al igual que otras culturas mesoamericanas la adoptaron y adaptaron de acuerdo a sus necesidades y condiciones materiales.

 

d) ¿En dónde se producen?

Las hamacas tejidas o de lienzo/género son fabricadas y usadas en toda América, principalmente en: México, Argentina, Paraguay, Perú, Bolivia, Colombia, Honduras, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela.

En Argentina y Uruguay se le conoce como hamaca paraguaya, esta prenda continúa realizándose de manera manual. Sin duda es una de las aportaciones de América a otros continentes, Yucatán yuk ak a’tan es uno de los principales exportadores de este objeto  cuyo uso se ha difundido, actualmente se encuentra en las costas y en cualquier lugar de clima tropical donde el calor hace de ella el sitio ideal para descansar al aire libre.

En cada comunidad de esta península mexicana se encuentran cuando menos dos familias de urdidores y algunas poblaciones se reconocen como productoras de hamacas, por ejemplo: 1) Halachó pueblo contiguo a Bécal, existe una cooperativa dedicada a la elaboración de este objeto, y 2)  Komchen, localidad cercana a la ciudad de Campeche, a la orilla de la carretera que une a este estado con Yucatán; en este pueblo hace varios años se instaló un paradero para la venta de diversos productos: conservas, artesanías de madera y hamacas de diferentes materiales, tamaños, colores y texturas que realizan los internos del Centro de Readaptación Social (CERESO) con el fin de obtener recursos económicos y obtener destreza en un oficio con el que puedan ganarse la vida cuando abandonen este lugar.

 

e) ¿Qué instrumentos se requieren para su producción?

Un bastidor, una aguja e hilo de acuerdo al tamaño que se quiera alcanzar. En lo relativo a su fabricación, la forma y técnica de urdir poco ha cambiado a través del tiempo; se realiza en unos bastidores de madera rectangulares de aproximadamente 2 metros de alto y 2.50 de largo. En él se enreda transversalmente varias veces el material (hilo/cordel) a utilizar y en cada vuelta se baja uno de los hilos enredados, y para formar la malla se entrelaza con el que contiene la aguja y dos que se toman del avance de la hamaca.


Imagen 1. http://cuerpo51.galeon.com

Ubicada la hamaca en la península de Yucatán, su producción y consumo es una prueba de la extraordinaria creatividad e inspiración de este pueblo. La calidad depende sobre todo de la urdimbre y la combinación de los hilos utilizados; los urdidores realizan hamacas lisas de un solo color o forman figuras diversas: franjas, agua, perritos, cacahuates, bizcotelas, etc.

 

f) ¿Qué otras formas existen para hacer una hamaca?

Las hamacas urdidas son de hilo de algodón, de henequén, de plástico, de nylon o de poliéster, actualmente el material más utilizado es el polipropileno; además de la técnica de producción de este objeto en bastidores, existe una forma de urdir en la que se utiliza la misma aguja, pero se procede de forma similar a la confección de una red de pescadores o una mantilla española de malla.

Miguel Herbé Ruiz Ortega
Imagen 2. Miguel Herbé Ruiz Ortega

Las tejidas en telar, se producen en amplios lienzos a los que se les hacen en los extremos varios ojales reforzados para introducir los hilos de los brazos, de esta forma también se realizan las de lona y las conocidas en Yucatán como de género.

 

g) ¿Cuál es la estructura de la hamaca?

De variados diseños, colores y tamaños, la hamaca se constituye de:

  • Cuerpo, wiink’al, parte central urdida.
  • Orillas tup, están al principio y al final del cuerpo, la forma del tejido es sustancialmente diferente a la del cuerpo.
  • Brazos, u k’aab, tramos de hilos sin tejer que se encuentran en los extremos del cuerpo, la cantidad de hebras depende del material de la hamaca y del tamaño de la malla, por ejemplo, las de género y las que son similar4es a las redes de pescar llevan menos; cada uno de los brazos tiene una longitud de 6 cuartas o 1m, aproximadamente.

“Siempre tienes que cuidar que no se enreden los hilos de los brazos de tu hamaca” (becaleña)

 

  • Muñecas, yiich, cada brazo termina con un anillo, en cada uno de éstos se introduce la extensión de los brazos.
  • Extensiones de brazos, son las cuerdas con las que se guindan, cuelgan o anudan los brazos de la hamaca (éstas son opcionales) y pueden ser de soga, cordel, cáñamo, fique, cabuya, cumare o algodón, mismos que por un extremo (el que entra a la muñeca) se sujetan de una manera especial.

 

El nudo/amarre que se hace para colgar la hamaca es condicionante para un buen descanso; el otro extremo es el que se introduce en el gancho que suele colocarse en las casas de concreto o se anuda a la viga, al travesaño u horcón. Para mayor seguridad, lo común es doblar cada una de las extensiones de los brazos a la mitad para colgarlas de los ganchos que tienen forma de la letra S, las dos puntas de éstos se introducen en una de las muñecas y sujetan con el nudo propio para el amarre de las hamacas.

La longitud de estas extensiones depende del tamaño del espacio que quede entre el largo de la hamaca y la distancia que haya que cubrir para llegar al lugar en donde se ha de guindar o sujetar; generalmente se decoran con una especie de borla en cada punta, pueden estar corchados en dos colores y la borla matizada o sólo en uno de los colores combinados, también existen los monocromáticos. 






Imagen 3. Nudos o amarres de hamacas. ©Jesús Cebada

 

h) ¿Quién hace una hamaca?

En muchas de las casas del medio rural o semiurbano de la península yucateca, alguno de los integrantes de la familia sabe urdir. Hace aproximadamente dos décadas el uso de la máquina de coser (para las bordadoras), alternaba en estas viviendas con el del bastidor para los urdidores.

Urdir una hamaca no se considera una tarea difícil, quienes las realizan afirma que se requiere de tiempo y por supuesto de creatividad.

Una de un solo color de 6 cajas, la termino en una semana, urdo en la tarde, después que me baño y un rato en la noche (mujer de Tepakan).

 

Las hamacas urdidas, suelen medirse por cuartas (cada una de un promedio de 20-25 cm.), el cuerpo lo conforman 11, aproximadamente 2 m. de largo, el ancho es el que varía, según sea individual, de pareja o para “nené”; el tamaño de la hamaca se relaciona con el número de cajas o tubos de hilo que se utilicen en su confección, ésta una tarea propia de hombres y mujeres, que se transmite de generación en generación, forma parte de la historia y tradición de los pueblos peninsulares del sureste mexicano. No obstante, tiene su parte difícil o bien, de trabajo especializado:

  • Hacer la orilla (comenzar y terminar el cuerpo de este objeto)
  • La colocación de los brazos, incluyendo las muñecas
  • La reparación o composición de la hamaca.

 

En los pueblos existen pocas personas que sepan/hagan esta parte de la producción y recomposición de este objeto, es más frecuente encontrar hombres que mujeres como conocedores de este trabajo especializado.

Cuando yo era chica, el único que ponía los brazos en el pueblo era don Miguel, él era amigo de mi mamá y siempre le decía, Tina manda a tus hijos a que aprendan este oficio; siempre se necesitan, las hamacas no pueden faltar.

Nadie de nosotros lo aprendió, yo lo oía y pensaba que tenía razón, pero no sé por qué no quise aprenderlo (Anciana de 87 años de Hecelchakán).

 

i) ¿Qué usos tiene la hamaca?

Ha sido utilizada después del Siglo XVI en los barcos porque se mueve al ritmo del navío y el durmiente no corre el riesgo de caerse, salvo que se rompa un brazo de la hamaca o se desprenda el gancho del cual está guindada.

Los indígenas insurgentes de la selva lacandona, al igual que sus pares en otros países, por ejemplo en Colombia, la llevan consigo de manera permanente. En los hogares campesinos de esta península se utilizan en lugar de camas, sillas, sofás e incluso columpios.

Aunque fue originalmente hecha para mitigar el intenso calor, durante el descanso o el sueño de los pobladores, quienes acostumbran mecerse para proveerse de un poco de aire, en la actualidad se le dan varios usos: juguete para los niños, ya sea para que se inicien como urdidores o en la presentación de hamaquitas para mecer a las muñecas; plácido lugar para ejercitar la lectura; adorno dentro o fuera de las casas, cómodo sitio de reposo y recuperación para los enfermos, uso terapéutico.

Tejedores de hamacas.
Tejedores de hamacas.
Imagen 4. Tejedores de hamacas. www.flickr.com

Se ha expuesto un breve acercamiento a la hamaca símbolo de la creatividad y costumbres de los peninsulares yucatecos con el objetivo de reflexionar acerca del binomio cultura-identidad y de la concepción del espacio-vivienda en relación con el uso de la hamaca en este espacio geográfico.

 

Hamaca y espacio

Los espacios son representaciones del estilo de vida, son textos de los cuales se pueden recuperar sentidos y significados, en consecuencia, el trabajo del arquitecto exige un conocimiento profundo en la dinámica de la naturaleza, son estos profesionales los que intentan el dominio del espacio infinito e incluso de la magnitud, a lo infinito le transfieren cultura, le dan forma al mundo en que se vive, crean objetos con sentido (Baudillard, 1990).

La arquitectura es una representación, una abstracción que se manifiesta en el universo, en lugares especiales en los que se sitúa de manera peculiar y adquiere un valor; es decir, en otro ámbito o lugar esta misma arquitectura es absolutamente diferente o distinta. Véanse en el entorno peninsular los rasgos propios de las casas/habitación provenientes de la formación imaginaria de los que nacieron y vivieron aquí en el siglo XIX y en el XX. Si se traslada este modelo de vivienda a otro espacio, estas moradas pierden la esencia que las acogió y les confirió una naturaleza específica.

Las obras arquitectónicas existen en la memoria de sus creadores y sus usuarios, cristalizan en experiencias y se utilizan a partir de ellas. La casa que se habita compendia el gusto/deseo e incluso las necesidades de sus usuarios, mismas que se derivan de las vividas, visitadas, vistas o imaginadas. ¿Las viviendas diseñadas actualmente por los arquitectos en esta parte del territorio maya, condensan conjuntos de experiencias vividas por los sujetos involucrados?

Mi papá ya construyó en el terreno que compró hace años en Campeche. Le dijo a un arquitecto que le hiciera los planos y éste hizo unos espacios grandes, grandes y otros chicos, pero chicos: por supuesto que a mi papá no le gustó y él que se cree albañil, cambió muros y no sé qué tanto hizo, la cosa es que lleno la casa de hamaqueros… (Estudiante de Campeche).

 

La experiencia almacenada en la memoria de los sujetos se va desplegando en el recorrido y utilización de los recintos, se modifica incluso involuntariamente el objeto una y otra vez. Por ejemplo, en la actualidad el tamaño de las casas es pequeño, se han modificado sus dimensiones de tal forma que en algunos casos, estos espacios van perdiendo posibilidades:

  • del uso de las hamacas, tal cual antaño se utilizaban.
  • de la instalación de bastidores para urdir, que incide en la relación producción-consumo.

 

La modernidad, la globalización, las migraciones, los cambios climáticos, el mercado, la moda, etc. son factores que influyen en los cambios constantes, los materiales, el emplazamiento, los estilos; sin embargo, los textos producto de la dinámica sociocultural se pueden leer, ellos guardan la esencia del hábitat.

En las casas de pak lu’um con wuano, en las de mampostería con techo de lámina y en las de concreto, las hamacas tienen un lugar importante. La arquitectura es una parte del yo/nosotros de los sujetos, ella expresa la relación de la hamaca con el espacio y en el corazón de la gente peninsular.


Imagen 5. www.flickr.com

En la dinámica sociocultural de los sujetos se intercambian discursos a través de múltiples y diversas formas y materialidades, las relaciones se establecen y consolidan de acuerdo con los componentes de las formaciones imaginarias. El sentido sólo puede ser inferido indirectamente; es un proceso que involucra experiencia, orientación, dirección, que abre vías de entendimiento.

 

La hamaca nuestra

Ven hasta la hamaca donde escribí
el libro dedicado a tu sagrada presencia
Ella me recuerda toda esa soledad
que dormí en ella Todos esos gestos de mi alma
persiguiéndole el vuelo a las palabras
que grabaran en un tiempo menos frágil
la lluvia de tus lágrimas El reposo soñado
en tu pecho. La mañana eternamente memorable
de nuestras manos enlazadas en medio del tumulto…

Raúl Gómez Jattin (1987)

 

Hamaca símbolo

El profesional de la arquitectura diseña/construye obras de las que destacan las casas. Sin duda en algunas ocasiones éstas responden al sentido de actitudes modernas o modernistas que en la mayoría de los casos se traduce en casas chicas con un tipo de ventanas que dificultan e incluso hacen imposible el uso de las hamacas.

En la historia del sureste mexicano está la hamaca como un objeto visto por el otro, por aquel que no es de este territorio, por ejemplo, Fray Bartolomé de las Casas (1965) apunta:

Aaa …los que fueron de los navíos a traer el agua dijeron al Almirante que habían estado en sus casas y que las tenían de dentro muy limpias y que sus camas y paramentos de casa eran como redes de algodón […] …estas llaman en esta Española hamacas, que son de hechuras de hondas, no tejidas como redes, los hilos travesados, sino los hilos a la luenga, van sueltos, que pueden meter los dedos, tajados con otros hilos tupidos como randas, muy bien artificiadas, de la hechura de los arneros que en Sevilla se hacen de esparto.  Estas hamacas tienen un buen estado de cumplido o de largo, y a los cabos deste largo dejan, de los ismos hilos della muchas asas, y en cada una una braza de cada parte, y al cabo de todos ellos juntanse como en un puño, y deste puño de los postes de las casas los atan de ambas partes, y así quedan las hamacas en el aire y allí se echan, y como ellas sean las buenas de tres y cuatro varas y más en ancho, ábrenlas cuando se echan como abriríamos una honda que fuese muy grande, ponense atravesados como en sosquín, y así sobra de la hamaca con que cobijarse y porque no hace frio alguno, bastanles. Para quien usa dormir en ellas cosa es descansada, son muy limpias y para los caminos, aun en Castilla los veranos, serían harto estimadas.

 

Este texto es la expresión del reconocimiento de un objeto y de los sujetos que lo utilizan en un espacio determinado. La hamaca no es sólo un objeto de descanso típico del trópico mexicano, para quienes la elaboran y la utilizan dentro de su cultura cotidiana tiene muchos más usos y significados presentes en el discurso que se produce y circula en relación con este objeto.

La recuperación de enunciados referentes a los usos que más se dan a la hamaca en el medio rural prioritariamente, posibilita reconocer cómo este objeto es un generador de la dinámica de la vida social que permea el uso de las dos lenguas vigentes en este territorio, del maya y del español.

 

Discurso y uso de la hamaca

 

Palabra

Enunciado

1

Brazo /u k’aab/

“Se le enredaron los brazos”

2

Brazo (extensión)

“No encuentro un brazo de mi hamaca, es el que tiene verde la punta”

“A los novatos en la normal, les quemaban los brazos de su hamaca cuando estaban dormidos ¡pobrecitos!”

3

Muñeca /yiich/

“Para desenredarla, tienes que meter la muñeca en los hilos que están cruzados”

4

Orilla /tup/

“Toda la orilla ya la desprendió, le gusta enredar sus dedos, cuando se va a dormir”

5

Hamaquero

“Qué te parece, la casa que compró Anita en Vergel, no tiene hamaqueros”

6

Gancho

“Compré para mi casa de Cuernavaca unos hamaqueros y unos ganchos”

7

Guindar/colgar

“Ahora ya casi nadie dice guindar, dicen colgar, mi chichí decía guindar: guinda tu hamaca”

8

Desatar

“Lo primero que hago cuando me levanto es desatar o desguindar mi hamaca, a mí no me gusta que se ensucie”

9

Mecer

“Jugábamos al avioncito, nos mecíamos fuerte, parecía que volábamos, pero eso sí, nos agarrábamos fuerte”

10

Urdir

“Urdir es fácil, lo difícil es hacer las orillas, eso lo sabe mi mamá; también poner los brazos, no cualquiera puede, aquí sólo dos personas lo saben;  cuando se termina la hamaca viene Don José, él tiene un aparato especial para ponerlos”

11

Urdidora (es)

 

“Cuando yo era muchacha, sólo eso hago, desde temprano me pongo a urdir, vendo mis hamacas y junto dinero para ayudar a mi mamá y para comprar mi ropa”

12

Hilo

“Con un hilo que se le jale a la hamaca se echa a perder”

13

Cajas de hilo

“Depende del tamaño de la hamaca es las cajas que se necesitan”

14

Aguja

“Cuando las hago combinadas, tengo dos agujas, una con azul y la otra con blanco”

15

Puntadas

“Yo sé hacer algunas puntadas, la difunta de mi chichí si sabía muchas, uno no las hace porque ahora lo que le gusta a la gente es que los colores sean alegres, no se fijan mucho en las puntadas”

16

Tup

“Le digo, no seas mala, dame un tup de la hamaca”

17

Hach

“Ya está grande y se wuixa, ni modos que todos los días lave su hamaca, ya la enseñé a hacerla hach

18

De mecate

“A mí las hamacas de mecate me pican, a mi chichí, le encantan”

19

De género

“Las hamacas de género son muy buenas para el frío, lo único malo es que es difícil lavarlas”

20

Componer

“Que agarro un pedazo de hilo y compongo la hamaca, te juro que no sólo está vieja sino podrida”

21

Destreza

“Cuando la lavo la amarro en el patio como si me fuera  acostar y la extiendo con el palo de mi sancocho para que se seque pronto”

22

De instrumento

“Cuando la fiebre amarilla a los enfermos en su hamaca los sacaban de las haciendas, así los llevaban a los pueblos, a mi mamá así la sacaron de San Román hasta Hecelchakán, ahí murió”

23

Turismo (Comercio)

“Muchos turistas compran una hamaca como recuerdo de su viaje a Yucatán, ellos escogen las de colores alegres y no se ponen exigentes con el tamaño de la malla o las figuras del urdido”.

24

Para la pareja

“Cuando ya me habían pedido me puse a urdir una hamaca blanca y grande, una matrimonial…”

25

Para el nacimiento

“Yo nací en una hamaca y también ahí tuve a mis hijos”

“No te caes, te acomodas y cuando tienes dolor te agarras de los brazos de la hamaca y así ayudas a que nazca el nené”

26

Para la muerte

“Estaba acostadita en su hamaca, parecía que estaba dormida, pero estaba muerta”

27

Como cuna

“Mis hijos no tuvieron cuna como las que se usan ahora; en su hamaca les amarro las orillas y los brazos para que no se caigan y no se acaloran porque los puedo mecer”

28

Como instrumento terapéutico

“Mi chichí me enseñó que para el dolor de espalda, parada frente a la hamaca, te la enrollas alrededor de la parte que te duele, pones tus brazos sobre la hamaca y la jalas para que te apriete…”

“…Yo veía que ella lo hacía y pues no lo creía, hasta que un día me dio un dolor que con las pastillas se me quitaba, pero luego me volvía, pues que lo hago y sentí como si me hubieran sobado, yo creo que con la apretada, los huesos se acomodan otra vez en su lugar”

29

Fácil de transportar y de instalar

“Mi abuelo y yo en enero casi cada año íbamos a la fiesta de Pocboc, la ida caminando, la vuelta en tren. Metíamos en una mochila una hamaca y una sabanita, él se la echaba al hombro y ya… allí en una casa destechada colgábamos la hamaca y en la noche se encendía la candela para el café y para calentarnos porque en la madrugada hacía un poco de frío”

30

De subsistencia

“En Halachó hay muchos que urden hamacas. Pero para los pobres todo es igual, todos esperamos al intermediario, ellos dicen de qué tamaño quieren, cuántas necesitas entregarle, ellos dice a cómo lo pagan… Todos estamos esperando el día que viene”

31

De obsequio

“Para el día de las madres, le regalé una hamaca a mi mamá, es rosada, se la hice especial, estaba recontenta”

32

Como objeto decorativo

“En la entrada de mi casa de la playa tengo una hamaca de colores fuertes extendida, pero pegada a la pared, está como si fuera un cuadro de una red grande; cuando queremos descansar la colgamos a lo largo y ya…”

33

Espacio

“En Campeche llegamos con un primo de mi  papá, su casa era nueva de las de Infonavit, esa noche no pudimos dormir, los cuartos son chiquititos y las hamacas quedaron como columpios”

Fuente. Archivo de investigación.

 

Con el fin de ampliar la reflexión acerca del status del objeto hamaca se retoma la propuesta de Baudillard (1979), consistente en la presentación de lógicas concernientes al ámbito de lo social y de la mercancía, mismas que pueden relacionase con los enunciados expuestos:

1) Valor de uso, es decir, satisfacer las necesidades, ser útil al hombre (estatus de herramienta/instrumento).

2) Valor de cambio, el objeto se convierte en mercancía y se destina al cambio; su valor de uso es portador del trabajo social invertido en su producción y materializado en el lugar que adquiere en el mercado (estatus de mercancía).

3) Las hamacas también son objetos propicios para el intercambio simbólico; pueden alejarse de su estatus de mercancía, por ejemplo, cuando se pretende halagar a alguien se realiza una especial, una exponente de la creatividad. De la misma forma los de este territorio suelen encargar hamacas para regalarla a sus familiares, a sus visitas o a sus superiores. Los sujetos en esta lógica del intercambio simbólico diluyen sus diferencias y distancias, cual si todos los participantes en éste pertenecieran a la misma esfera de identificación (estatus de símbolo).

4) La hamaca como objeto signo se centra en la ausencia de la relación y en sujetos individuales separados, es decir, la hamaca es apropiada, manipulada y detentada como signo, es objeto de consumo que encierra relaciones sociales ocultas, resignificadas en un código que rige el valor social. Este objeto convertido en signo adquiere su sentido de la relación diferencial que establece con otros objetos y consecuentemente de la diferencia de los sujetos (estatus de signo). 

En cuanto todos los que habitan este territorio tienen algo que decir del objeto hamaca, ésta representada en el discurso, concentra los diferentes tipos de relaciones y de significación que se encuentran, contradicen y se complementan en torno a ella.

Me hice mi hamaca para estrenar el día de mi santo, está grande, le puse tres cajas, eso es 18 tubos (Mujer de Hopelchén).

Tía Chumincita, toda su vida tuvo dos hamacas, una para el día y otra para la noche, después de comer se mecía un rato antes de dormir su siesta o se sentaba a tejer mientras conversaba; cuando ya se iba a dormir en la noche colgaba la otra; siempre eran blancas, le gustaban de puro hilo de algodón y bien tupidas; ella les tejía sus orillas de crochet con gancho (Mujer de Hecelchakán).

 

La hamaca vista como objeto estético no se elide del ámbito de las artesanías, objetos que difieren por la forma en que han sido producidos, por la significación que se les atribuye, por el tipo de uso que se les da y por la tradición que se supone representan.

El mundo de la hamaca no agota sus posibilidades en el uso que se le da, también adopta representaciones decorativas, no estrictamente funcionales, a través de las cuales es posible encontrar otras connotaciones, por ejemplo, de modernidad, de prestigio, de designación del ser y la categoría social (estatus simbólico y de signo); forma parte de los objetos que la gente destina para pasar sus ratos de ocio o de descanso, véanse los lugares de vacaciones, guindar hamacas multicolores en éstos es un exponente de prestigio, de poder adquisitivo. En diferentes ferias se exhiben hamacas, existen poesías y cuentos que la tienen como referente.

La hamaca es parte de la herencia cultural en la península yucateca; la última parte del poema “La hamaca nuestra” de Raúl Gómez Jattin, induce a fomentar, promover y difundir su uso como objeto histórico y estético.

“En el vientre de esa hamaca recosté
mi cansancio de la vida Acuñé dolores
Me defendí de la canícula Y soñé:
Tú venías en medio de la noche a consolarme
y eso dije Escribía un poema que preservara
tu memoria y eso hice Desatar mis alas tristes y lloré

Tiéndete que yo te meceré para refrescarte
si te es posible duerme Que yo velaré”

 

Valores de uso, de cambio, simbólico y de signo expresan la separación de lo propio con respecto de lo ajeno; explican la producción del significado, históricamente situado, cómo se transforma y en qué consisten sus peculiaridades de identificación.

Discursos, historia, memoria, estética, se encuentran en las mallas de las hamacas que se usan, intercambian, regalan y ostentan en las casas de los peninsulares yucatecos.

 

Conclusiones

El desarrollo de la arquitectura, disciplina que abarca la construcción de espacios destinados a viviendas (casas, departamentos, etc.), brinda la oportunidad de reflexionar sobre un objeto propio de este territorio. De este acercamiento se deriva que de la relación arquitectura espacio se toma conciencia a través de la vista, en este sentido, la hamaca:

  • Cumple diferentes funciones en la península de Yucatán
  • Establece relaciones de significación entre los sujetos
  • Es fuente de conocimiento, destrezas, habilidades, de educación y cultura, proveedora de recursos económicos
  • No es sólo un objeto de descanso típico de la península de Yucatán, para quienes la elaboran y la utilizan en su vida cotidiana tiene usos y significados específicos.
  • Es un símbolo de la identidad sociocultural, este objeto define el sentido del espacio en el que se usa.
  • Define y reconoce el sentido de la pertenencia de los peninsulares yucatecos frente a los otros a través de los procesos de significación y de comunicación que se establecen en el espacio destinado a la vivienda.

 

Notas:

[1] Universidad Pedagógica Nacional, México. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Bibliografía:

  • BAUDILLARD, J. (1979). Crítica de la economía política del signo. México: Siglo XXI.
  • _____ (1990). El sistema de los objetos. México: Siglo XXI.
  • _____  y NOUVEL, J. (2002). Los objetos singulares. Arquitectura y filosofía. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
  • ECO, H. (1976). Signo. España: Labor S. A.
  • GIMÉNEZ MONTIEL, G. (2009). Identidades sociales. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
  • GÓMEZ JATTIN, R. (1987). Hamaca Nuestra. Recuperado de: https://publicaciones.banrepcultural.org/index.php/boletin_cultural/article/view/2953
  • IRIGOYEN, R. (2011). Hamaca, media luna de sueño. México: Centro Cultural Prohispen.
  • LAS CASAS, B. (1965). Historia de las Indias, Tomo II. México: Fondo de Cultura Económica.  
  • LOTMAN, J. M. y ESCUELA DE TARTU (1976). Semiótica de la cultura: Madrid: Cátedra.
  • MAGARIÑOS DE MORETÍN, J. (2008). La semiótica de los bordes. Apuntes de metodología semiótica. Buenos Aires: Comunicarte.
  • MOLINA, J. F. (1910). Historia de Yucatán durante la dominación española. Recuperado de:  http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080018081_C/1080018081_T1/1080018081.PDF
  • PÉREZ, J. P. (1877). Diccionario de la lengua maya 1866-1877. Recuperado de: https://archive.org/stream/diccionariodela00suasgoog#page/n430/mode/2up 
  • RUIZ ÁVILA, D. (2001). Cuéntame tu vida. Compendio de discursos autobiográficos. México: Universidad Pedagógica Nacional.

 

Material electrónico:

  • ponlindatucasa.blogspot.com/2010/06/la-hamaca.html
  • http://marisadobritolij.blogspot.com/2011/03/los-mejores-libros-para-ninos-y-jovenes.html

 

Cómo citar este artículo:

RUIZ ÁVILA, Dalia, (2019) “Hamacas. Símbolo e identidad”, Pacarina del Sur [En línea], año 10, núm. 38, enero-marzo, 2019. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1710&catid=6