La migración transnacional de los kichwas otavalo a la ciudad de México en tiempos de la globalización

La migración indígena a la ciudad de México continúa desarrollándose en la actualidad, pero en el caso de los kichwa otavalo[2] adquiere características particulares que reflejan la temporalidad global en que nos hallamos insertos, así al tiempo que continua ampliando el proceso de las relaciones interculturales que tienen lugar en este espacio, muestra el impacto de la globalización a nivel local.

Palabras clave: Migración, kichwa, transnacional, globalización, identidad

 

Introducción

Dentro de las diferentes características de la ciudad de México nos interesa mencionar dos: una ciudad densamente poblada y un lugar colmado de diversidad cultural. Considerar estas características nos lleva a pensar en los procesos que tuvieron lugar para que la ciudad adquiriera esa fisonomía: la migración y la expresión cultural. Ninguno de estos procesos es nuevo, tienen una presencia larga en la historia de la ciudad, lo interesante es observar la manera en que al desarrollarse hoy en día son utilizados por el gobierno local del Distrito Federal y por la comunidad participante.

Gran parte de la migración se continua desarrollando por la crisis económica y la falta de oportunidades laborales que enfrentan los habitantes de este país, además, la carencia de servicios de salud y educación, lleva a las personas a considerar a la Ciudad de México como el espacio donde puedan acceder a una mejor calidad de vida. Sin embargo, la migración actual a la ciudad de México no está restringida a los habitantes de este país, pues hoy en día encontramos -entre otras poblaciones extranjeras- a miembros de una comunidad indígena ecuatoriana que habita este espacio.

La llegada a la ciudad de migrantes provenientes de diferentes lugares, que transitan por ella y la cargan de significados sociales, produce la diversidad de manifestaciones culturales que tienen lugar en este espacio, una de esas manifestaciones es la expresión de la identidad que  tenían en el lugar de origen. Lo interesante de esa identidad es que es referente de un lugar pero se expresa en otro espacio diferente.

Para mostrar cómo se continúa desarrollando el proceso de migración a la ciudad y la manera en que la identidad de origen se reconfigura en otros espacios  nos centraremos en el estudio de una comunidad indígena que habita en la ciudad de México: la comunidad kichwa otavalo.

Los kichwas de Otavalo poseen una identidad sustentada en el reconocimiento que se les da y que ellos mismos se autoasignan de ser artesanos y viajeros, es decir, que además de reconocerse y ser reconocidos como hábiles artesanos, también se les reconoce como grandes viajeros. Esto es porque a la par de elaborar sus productos que son mayormente tejidos, se ven inmersos en el proceso de comercializar sus artículos, de manera que eso los lleva a viajar por diferentes lugares, no sólo de Ecuador sino del mundo, desarrollando con ello un proceso amplio de migración.

El proceso de migración los ha llevado a establecerse en diversos lugares del mundo y a desarrollar procesos migratorios diferentes que van desde la migración temporal hasta el establecimiento permanente formando comunidades en diferentes países. A través de estos procesos, los kichwas otavalo construyen redes de migrantes que contribuyen a llevar a cabo  los flujo migratorios , incluso han logrado  rebasar su acción local para insertarse en las dinámicas de la migración y la cultura transnacional.

En este trabajo presentamos algunas características de la manera en que los kichwa otavalo, al llegar a la Ciudad de México desarrollan prácticas culturales y comerciales. El objetivo es, por una parte presentar la llegada de miembros de la comunidad kichwa otavalo a la ciudad de México, como una continuidad del proceso de migración que la ciudad tiene desde tiempos ancestrales; por otra parte se quiere mostrar que las actividades que la comunidad realiza aquí, son reflejo de elementos con los que construyen y reconfiguran el imaginario identitario con el que partieron de su lugar de origen y por último señalar que el proceso de migración kichwa a la ciudad de México es utilizado como una estrategia política por el gobierno local para promover la imagen de la ciudad de México como un espacio global que da cabida a diferentes grupos y manifestaciones culturales.

 

Los kichwas otavalo. Historia de tejedores y viajeros.

La comunidad kichwa es originaria de Ecuador, forman una nacionalidad que está dividida en varios pueblos dispersos a lo largo de la zona de la sierra ecuatoriana[3]. El nombre kichwa otavalo, que es el de la comunidad indígena en la que vamos a enfocarnos, responde a dos elementos que involucran aspectos sociales y espaciales: esto es la nacionalidad indígena a la que pertenecen y el lugar que habitan en el país.

El primero tiene que ver con la pertenencia de los otavalo a una de las nacionalidades indígenas del Ecuador.[4] En Ecuador las nacionalidades indígenas “son entendidas como agrupaciones sociales con raíces ancestrales, que comparten una historia, una cultura”[5]. De forma que las comunidades que comparten una identidad cultural mediada por el espacio, la historia y las costumbres forman una nacionalidad. En este caso hay un conjunto amplio de comunidades que forman la nacionalidad kichwa, los otavalos son un pueblo que forma parte de esa nacionalidad. El segundo elemento que le da nombre a los otavalos es el lugar.  La distribución originaria de los kichwas por ese país es amplia aunque mayormente se concentran en la zona de la sierra. En la parte norte de Ecuador, en la provincia de Imbabura se localiza la ciudad y el cantón de Otavalo, así el segundo elemento que da el nombre a los  kichwas otavalo es que son originarios del cantón Otavalo[6].


Localización de la ciudad de Otavalo en el mapa de Ecuador.

Los kichwa otavalo, son uno de los pueblos indígenas del Ecuador más reconocidos a nivel internacional y por ende a nivel local, nacional. Ello debido a la elaboración de artesanías textiles, que abarcan diversos productos, desde bolsas y prendas de vestir, hasta mantas y tapetes decorativos. Además de esto, son reconocidos por ser comerciantes que viajan por diferentes partes del mundo transportando y ofertando sus mercancías. De manera que al reconocimiento de artesanos se le agrega la de comerciante y viajero. Con  este reconocimiento se fue construyendo una imagen del indígena kichwa que hoy en día es promovida como modelo ejemplar de ser indígena por el estado ecuatoriano y por los mismos kichwas. Esa imagen es la que ellos poseen y promueven en su paso por diferentes lugares. Para entender cómo se fue formando revisaremos brevemente algunos momentos de la historia kichwa que nos muestran el proceso a través del cual se fue construyendo esa imagen.

La historia de los kichwas otavalo como artesanos, tejedores y viajeros comerciantes es muy antigua, tanto así que incluso se dice que antes de la llegada de los incas, los cara (antecesores de los otavalo) estaban involucrados en la elaboración de textiles tejiendo mantas de tela que intercambiaban con la gente de la jungla del este. En esos intercambios con la gente de las tierras bajas adquirían diferentes productos como achiote, pericos, monos e incluso niños que intercambiaban por cobijas, sal y perros. Igualmente el algodón que utilizaban en la práctica del tejido también era traído del este, pues parece que esos ancestros de los otavalos también comerciaban el algodón que se cultivaba en Lita, Quilaca, Cahuasqui e Intag en las faldas de la Cordillera Occidental, lo cual muestra que comerciaron con ambas culturas las del oriente y las de la costa. En ese contexto se habla también de la existencia de una clase de indígenas mercaderes llamados mindaláes que traían mercancías y productos a las localidades desde grandes distancias.

Con la llegada de los incas a la zona se introdujeron diferentes cultivos como la coca y el cacahuate, pero también introdujeron llamas y alpacas, con lo cual los indígenas, ancestros de los otavalos adquirieron una nueva fibra y una nueva fuente de proteína.[7]

A la llegada de los españoles el reconocimiento que los habitantes de esta zona tenían como tejedores se vio reforzado por el interés de los colonizadores. Algunos autores mencionan que al no encontrar oro y minerales que explotar, los conquistadores españoles centraron su mirada y su codicia  en los textiles debido a las características que éstos poseen como producto para la  comercialización porque son imperecederos, fáciles de transportar y de bajo costo.[8] Por otra parte, Espinosa[9] menciona que si bien no había minerales que explotar, los colonizadores vieron que había una organización social que permitiría el establecimiento de zonas tributarias. De manera que deciden aprovechar la existencia de una actividad tradicional en la zona que consistía en elaborar tejidos, para empezar a explotar la mano de obra en la elaboración de textiles al tiempo que podían recaudar tributos.

Con todo lo anterior,  además del hecho de haber introducido en la región una nueva fibra para el tejido como lo fue la lana, se establecen los primeros obrajes, que son talleres, en donde se producían textiles para mandar a la metrópoli. Al pasar el tiempo los obrajes además de su función productiva, adquieren una función simbólica importante para los indígenas, porque se les va reconociendo como tejedores. Por ello,  cuando son retirados de la propiedad de los conquistadores y pasan a ser administrados por la Corona española, las condiciones de explotación de los trabajadores-tejedores cambian para su beneficio, pues aunque no se eliminan del todo las condiciones de explotación, si se aminoran con la desaparición del  pago de tributo. Pero sobre todo ocurre que al no haber una figura de patrón personal, las condiciones de trabajo empiezan a ser vistas como condiciones de privilegio por parte de los demás indígenas, de modo que en ese tiempo surge una imagen del indígena  kichwa como tejedor y como privilegiado. Como una clase superior de indígena porque poseía unas condiciones favorables en comparación con los demás pueblos.

Mucho tiempo después, con llegada de la independencia y el establecimiento de los gobiernos liberales del siglo XIX, la imagen de indígenas artesanos -en el sentido de que elaboran productos tejidos manualmente- y privilegiados, adquiere nueva fuerza. Ello se debe a que  los kichwas otavalo empiezan a ser promovidos, por parte del gobierno republicano, como la imagen del buen indígena, laborioso, hábil, limpio y sobre todo semejante al blanco-mestizo.[10] El gobierno les invita a viajar a algunas ferias donde esa imagen es reforzada al adquirir reconocimiento por su labor.

Para inicios del siglo XX la imagen del kichwa otavalo artesano-tejedor está sólidamente construida al interior de la nación. Entonces tiene lugar un suceso que ha sido narrado por diferentes autores y que, en la memoria colectiva de la comunidad kichwa otavalo, adquiere proporciones míticas. Se dice que un extranjero le pide a un tejedor kichwa, llamado Pedro Cajas, que elabore una tela semejante al casimir. El trabajo del indígena es tan bueno que el extranjero le solicita elabore grandes cantidades para abastecer el mercado europeo que en ese momento, 1917, se encuentra en guerra y no tiene posibilidades de producir textiles. Este hecho es inicio de la producción de tejido a nivel industrial y la expansión de la imagen de artesano hábil hacia diferentes partes del mundo europeo, no sólo a nivel nacional. Ligado a este acontecimiento pero unas décadas después, en 1950, tienen lugar el viaje de una mujer kichwa llamada Rosa Lema a Estados Unidos en calidad de embajadora cultural[11], donde promociona sus artesanías de tejidos difundiendo la imagen del kichwa en el norte del continente americano.

En estas dos narraciones, que forman parte de la historia rememorada por el pueblo otavalo se comienza a unir la idea del otavalo tejedor a la del otavalo viajero. Así a la imagen creada se le agregan además características de limpio, laborioso y sobre todo parecido al mestizo. Con todos estos elementos los kichwa otavalo son promovidos por el gobierno ecuatoriano como el ejemplo que los demás pueblos indígenas deben seguir para poder progresar.

Si bien estos antecedentes sirven para reafirmar la imagen que se tiene del kichwa otavalo hacia otras partes del mundo. También es cierto que los otavalos inician un proceso de migración amplio desde la década de 1940 aproximadamente, al principio migrando hacia algunas ciudades, como Ibarra y Otavalo, desde donde empiezan a llevar carnes y alimentos a diferentes partes del país. Esa migración comercial poco a poco se va especializando en textiles que rebasan las fronteras hasta lograr una migración extensa a diferentes partes del mundo. Menciona Luz Piedad Caicedo[12] que la migración transnacional  de los kichwa otavalo, cuya característica principal es el comercio de productos textiles y artesanales, tuvo como primer destino Colombia, después Perú, Chile, Venezuela, Brasil llegando hasta Estados Unidos y Europa.

Con este alcance y al pasar el tiempo, algunos indígenas kichwas adquieren un poder económico que les permite incursionar en la producción como empresarios a gran escala, es decir en la producción de grandes volúmenes de mercancías, por lo que tienen que recurrir a la producción industrial para satisfacer las demandas de sus productos. De modo que hoy en día gran parte de los artículos tejidos que comercian son mezcla de artesanía con productos industriales, pues son productos que se elaboran tanto a mano, de manera tradicional, hasta productos tejidos elaborados con maquinaria de punta como son las tejedoras eléctricas.

 

La migración de los kichwas otavalo.

Como hemos mencionado los kichwas otavalo son originarios de la zona de Otavalo en Ecuador. Llegaron a la ciudad de México a partir de la década de los noventa del siglo XX, a través de un proceso de migración motivado por la búsqueda de nuevos mercados donde ofertar sus productos que son mayoritariamente productos tejidos, desde sweaters, chalinas, gorras y hasta marionetas.

Si bien el proceso de migración que han llevado a cabo los kichwas otavalo tiene una historia amplia que abarca más de cien años, han sido en los últimos treinta años cuando este proceso ha intensificado su traspasar de las fronteras nacionales. Es bajo las condiciones de la globalización, que la migración de los otavalos empieza a caracterizarse como transnacional. Entendemos aquí el término de transnacional desde la propuesta de Alejandro Portes acerca de considerarlas como “ocupaciones y actividades que requieren de contactos sociales habituales y sostenidos a través de las fronteras nacionales para su ejecución” caracterizadas por “la gran intensidad de los intercambios, nuevas formas de transacción y multiplicidad de actividades que traspasan fronteras nacionales y requieren de este movimiento geográfico para su éxito.”[13] Desde esta perspectiva consideramos el comercio transnacional  como el conjunto de actividades mercantiles que desarrolla un grupo de personas y que involucran relaciones entre miembros de la comunidad que se establecen en diferentes países con miembros de la comunidad que se encuentran en el lugar de origen.

La migración kichwa a la ciudad de México es una migración transnacional, no solamente porque implica el desplazamiento de miembros de la comunidad hacia otro país, sino porque además implica que se establezcan redes familiares y sociales para lograr tanto el transporte de la mercancía, como la elaboración y la comercialización. A través de estas redes se intercambia información sobre la forma de realizar el proceso de migración hacia México. Las redes se estructuran a partir de apoyarse en tres niveles de relaciones: el parentesco, la amistad y el paisanaje.

Las redes familiares y sociales ofrecen al migrante estrategias para el transporte de mercancías, los sitios de llegada y de venta, así como ayuda para establecerse en la ciudad y habitar en ella. Las redes al mismo tiempo dan lugar a la creación de flujos de comunicación entre Otavalo y la ciudad de México que abarcan desde transmisión de información familiar, hasta información de acontecimientos sociales y de recreación en la ciudad de México. En algunas conversaciones informales con miembros de la comunidad kichwa otavalo se les preguntó: ¿Por qué eligen la ciudad de México como destino para vender sus mercancías? Ellos comentan  “pues es que los amigos paisanos,... la familia nos dicen que aquí está bien, que hay venta... modo de vender pues”.

Las redes de relación que construyen los kichwa a nivel internacional les van mostrando cuáles  son los mejores lugares para migrar. En el sentido que les permita seguir desarrollando su comercio, pero a la vez que les posibilite contactos con otros kichwas otavalo para sentirse cómodos en términos identitarios porque las relaciones con los suyos les posibilita recrear sus formas de relación comunal. Como indígenas viajeros, los otavalos encontraron en la Ciudad de México un espacio que les permite mantener y recrear sus características: ser viajeros y comerciantes.

Siguiendo la caracterización de Luz Piedad Caicedo[14] acerca de las formas de nominar a los migrantes kichwas otavalo que llegan a comerciar a un país diferente al suyo, podemos decir que existen tres maneras en que la migración de los kichwas otavalo se lleva a cabo. La primera denominada “sedentarizados”, la cual se refiere a los kichwas que se establecen de manera definitiva en el lugar de llegada perdiendo paulatinamente contacto con el territorio de origen. La segunda es la población que se establece en el lugar de llegada pero mantiene fuertes vínculos con la comunidad de origen y eventualmente regresan a su país, ellos son los “semi-sedentarizados”, precisamente por este esporádico ir y venir. Y finalmente están las personas que tienen dinámicas de movilidad más marcadas, que van y vienen frecuentemente, a ellos se les llama “itinerantes.” Queremos aclarar que el trabajo de Caicedo se refiere a la migración hacia Bogotá, sin embargo la caracterización de los migrantes desde esta propuesta, nos ayuda a explicar los tipos de migrantes kichwas otavalo que llegan a la ciudad de México[15].

Con base en esta aclaración podemos afirmar, que los migrantes kichwas otavalos que llegan a la ciudad de México, son de los tres tipos: sedentarizados, semi-sedentarizados e itinerantes[16]. Consideramos que en este lugar los kichwas pueden ser caracterizados en base a los tres tipos de migración, porque así como hay unos que se establecen de manera definitiva, que incluso se han casado con personas mexicanas, hay otros que viajan a Ecuador de manera constante. Entre ambos tipos de migrantes están también aquellos que tienen una estancia más o menos permanente puesto que continúan realizando viajes a su lugar de origen.

Sin embargo, a diferencia de la propuesta utilizada, lo que hemos encontrado en la ciudad es que a pesar de que se establecen de manera definitiva en el espacio de llegada, siguen manteniendo vínculos con el lugar de origen, incluso a pesar de que no viajen de manera frecuente a Otavalo. Es decir los vínculos no se rompen totalmente porque encuentran algunos mecanismos para seguirlos manteniendo.

Para ejemplificar lo mencionado líneas arriba podemos apoyarnos en los datos recogidos durante el trabajo de campo que se basó en observación y en conversaciones informales con la comunidad kichwa otavalo en la ciudad de México. A partir de dicho trabajo, encontramos que:

Hay otavalos que podemos denominar sedentarizados porque  se han casado con mexicanos y como asegura Manuel Lema, viven en México,  en -el estado de- Morelos[17]. Ya se han establecido en el país de llegada. Es decir ya hicieron raíces en México y sus familias pertenecen a este contexto nacional pero pese a ello, mantienen relaciones y redes con los otavalos de Ecuador.

Igualmente, tenemos el caso de familias kichwas que tienen hijos nacidos en México y otras partes del mundo como lo afirma David mi hermanita que nació en Argentina no... en Chile[...] mi hermanito el nació aquí[18] [en México]; y Manuel Lema, quien comentó otra ocasión, tengo una hija que nació allá en Colombia; Como vemos estos comentarios nos muestran que son personas que han tenido tiempos largos de residencia en diferentes lugares, pero como viajan de manera constante a su país de origen, a ellos los denominamos semi-sedentarizados.

Finalmente encontramos que la gran mayoría de los kichwas residentes en la ciudad están en constante movimiento viajando tanto a Ecuador como a diferentes partes del mundo, como se muestra en los comentarios presentados a continuación:

José- aquí tengo apenas un mes y dos semanas que llegué

Antonio- ¿y qué tal?

José- pues apenas llevo poco, ora sí que apenas estoy agarrando el modo, pero ya voy otra vez para Otavalo y me regreso a México para la temporada, me voy unas dos semanas y regreso pronto[19]

Este tipo de migrante  es un ejemplo de lo que sería el itinerante. De esta manera nos parece que, en lo general, la propuesta utilizada sí permite explicar los tipos de migrantes otavalos que hay en la ciudad de México.

 

Los kichwas otavalo. Comerciantes informales en el centro histórico de la ciudad de México

La principal actividad económica de la comunidad estudiada en la ciudad de México es el comercio de los productos que traen de Otavalo. Como la mayoría no cuenta con un establecimiento fijo para vender sus mercancías, se les ha denominado comerciantes informales. Si consideramos que el comercio informal abarca una amplia gama de formas de realizar la transacción comercial entre, el que oferta el producto, el producto ofertado y el consumidor del producto, es preciso que consideremos que cuando nos referimos al comercio informal lo hacemos enfocándonos en los vendedores ambulantes. Por vendedores ambulantes consideramos a aquellos vendedores que no tienen un lugar fijo, que ofrecen sus  productos en estructuras desarmables y sobre todo en espacios públicos que no están destinados para el comercio, es decir las calles, las avenidas, las estaciones del metro, los vagones, andenes y los parques públicos.

Al respecto queremos hacer la aclaración de que no existe una diferencia marcada entre vendedores ambulantes y comerciantes informales, según Jorge García[20] la diferencia es meramente de índole administrativo. Por ello en adelante, la utilización de cualquiera de los dos términos será para referirse a los que entren en la caracterización referida líneas arriba.


Imagen. Vendedores informales en el Zocalo de la Ciudad de México. En esta imagen observamos que algunos kichwas estan entre
diferentes personas que ofrecen su mercancia en el piso a un costado del Zocalo capitalino. Fotografia Antonio Silva 2011.

Debido a que entre los mismos kichwas en la ciudad de México hay diferentes tipos de comerciantes, los hemos caracterizado de la siguiente manera: los empresarios a granel, los empresarios familiares y los trabajadores.

Los empresarios a granel, son aquellos poseedores de un capital considerable para invertir en mercancía, exportan grandes volúmenes desde Ecuador hacia diferentes países y que transportan sus productos a través de grandes medios de transporte, como pueden ser los camiones de carga y los barcos.

Los empresarios familiares son aquellos en donde participan los miembros de la familia en la inversión y comercialización de sus productos. La manera que tienen de transportar sus mercancías desde Ecuador a México es a través del transporte personal, es decir viajan constantemente hacia Ecuador y en sus viajes de regreso a México transportan sus productos, en lo que podemos considerar un transporte hormiga de productos. A estas personas es común verlas en el aeropuerto de Quito, registrando grandes volúmenes en la carga del equipaje. Evidentemente esto implica, como algunos de ellos lo aseveran, problemas con la aduana sobre todo de México por el elevado costo que tienen que pagar en impuestos por el ingreso de sus mercancías.

Finalmente los trabajadores son aquellos que son contratados desde Ecuador por algún empresario, de granel o familiar, para ir a trabajar en la venta de sus productos. Aunque no tienen dinero para invertir en mercancía y sólo ofrecen su fuerza de trabajo, participan transportando la mercancía del empresario desde Ecuador hacia diferentes lugares, que van desde localidades cercanas hasta países lejanos. Los comentarios que siguen describen las actividades de los indígenas kichwas que hemos denominado  empresarios familiares y trabajadores.

En el trabajo de campo realizado, tanto en México como en Otavalo, hemos encontrado que los indígenas otavalos, no comercian sus mercancías sólo en la ciudad de México, sino que hay quienes van al interior de la república hacia otros estados buscando ferias y lugares donde poder vender. Sin embargo, un número importante se concentra a vender en la ciudad, sobre todo en las calles del centro histórico.

En el centro histórico los kichwas practican dos tipos de comercio, el formal, en el sentido que se realiza en locales establecidos, en donde los kichwas pagan hasta 16,000 pesos al mes por arrendar un espacio. Y el informal que se realiza de manera improvisada en puestos desarmables o en el piso, donde tienen que pagar entre 50 y 100 pesos a la semana dependiendo del lugar, en la Alameda central pagan cincuenta y cien a la semana, en el zócalo pagan 65 pesos al día.[21]

Los puestos establecidos se localizan en plazas comerciales del centro histórico como son la plaza del artesano, que se localiza entre las calles de República de Uruguay y República de El salvador, a la altura de la avenida Isabel La Católica. Otra plaza donde los kichwas tienen sus locales es la que se ubica en la esquina de la calle Tacuba  y la calle de Brasil. Sin embargo hay gran cantidad de ellos que venden en las calles de República de Argentina y la calle del Carmen. También hay varios kichwas que venden en la alameda central a un costado del palacio de Bellas Artes.


Imagen Andres. kichwa otavalo, vendiendo en la alameda central de la Ciudad de México. En esta imagen se
puede ver el tipo de puesto y los productos que venden los kichwas otavalo. Fotografía Antonio Silva 2011.

Una de las primeras cosas que uno nota en estos vendedores kichwa ambulantes es que sus puestos no son fijos sino que se pueden ir cambiando de lugar, aunque ellos afirmen que tienen tiempo vendiendo allí. De manera que localizar el mismo puesto de vendedores ambulantes kichwas no siempre es fácil. En cambio la comunidad kichwa si es fácil identificarla por la ropa que portan sus mujeres, pues la mayoría de ellas continúa usando el vestuario tradicional de su lugar de origen, que consiste en falda larga de color obscuro, que puede ser negra o azul marino con una abertura al lado, una blusa blanca, una chalina cruzada entre la espalda y el pecho, el cabello largo y en trenza además de algunos collares en el cuello y pulseras. Los hombres pueden ser identificados por el pelo largo que usan amarrado en una cola o trenza, aunque su ropa ya es más de mestizo y de elaboración industrial.

Las actividades de comercio de las comunidades kichwas en la ciudad de México en la actualidad se caracterizan porque introducen otros productos en su comercio y por la influencia de los productos otavalos en el mercado informal de otras comunidades indígenas:

Primero, encontramos que a pesar de que la mayoría continua vendiendo artesanías, traídas desde Ecuador, cada vez es más notoria la introducción de productos manufacturados en otros países que podemos caracterizar como “productos chinos”. Esto no quiere decir que esos productos necesariamente provengan de esa país, ni sean hechos por trabajadores chinos, sino que provienen de industrias maquiladoras que estandarizan sus procesos de producción y la calidad de sus productos, con la consecuente reducción de su precio en el mercado, y la posibilidad de que se distribuyan por igual en grandes ciudades y zonas comerciales. Así los vendedores ambulantes de la comunidad kichwa introducen cada vez más productos con esa caracterización. En algunos recorridos por la Alameda central de la ciudad de México hemos notado que los kichwas introducen entre sus mercancías bufandas, chalinas, mascadas y blusas de origen chino. Lo relevante de esto es que anteriormente los puestos kichwas se caracterizaban porque solamente vendían productos que manufacturan en Ecuador y que básicamente eran tejidos de lana que, como hemos dicho con anterioridad, son diversos desde sweaters, hasta gorros y títeres. Sin embargo, actualmente encontramos que entre los productos que ofertan se encuentran artículos con características kichwa otavalo, así como ropa hindú o de estilo similar. Lo relevante es que estos productos los compran a ecuatorianos que venden a granel. Suponemos que esto se debe a que con ello amplían la oferta comercial y aumentan sus ingresos.

Segundo, existe una influencia de los vendedores kichwas, en los vendedores informales de artesanías del centro histórico de la Ciudad de México. Esto se puede mostrar con dos ejemplos que dejan ver las formas en que se lleva a cabo la venta de sus productos.

Por un lado, en los puestos de otros vendedores ambulantes, mayoritariamente triquis pero  también entre los mazahuas[22], hay artículos kichwas, como bufandas, mascadas, pañoletas, gorros entre ellos. Esto refleja la importancia comercial que los artículos de Otavalo tienen entre los turistas, quienes adquieren los productos kichwas independientemente de quien los venda, es decir tienen tanta demanda  que diferentes comunidades indígenas que venden en el centro de México los están  ofreciendo como mercancía.


Imagen vendedores informales con productos de Otavalo. En esta imagen se observa una mujer mazahua
vendiendo artículos kichwas en el Zócalo de la ciudad de México. Fotografía Antonio Silva 2012.

Por otro lado, en el centro de la Ciudad de México encontramos puestos con artículos representativos de Otavalo, pero atendidos por mujeres triquis. Esta situación nos llama la atención porque nos mueve a pensar sobre el poder que los empresarios kichwas están adquiriendo, en el mercado mexicano. Es decir, están contratando trabajadores indígenas del país para continuar realizando la venta de sus productos, extendiendo su mercado, no sólo hacia otros mercados, sino hacia otros comerciantes. La reflexión que esto produce lleva a pensar que su presencia en la ciudad está adquiriendo reconocimiento de manera que los miembros de la comunidad triqui están solidarizándose con los kichwas a través de relaciones comerciales. Pero también se están integrando a la lógica comercial capitalista empezando a contratar mano de obra mexicana que abarate el costo de la inversión que se realizarían si  los vendedores fueran solo ecuatorianos porque el traslado desde otro país y la estancia en el país de llegada,  resulta más costosa.

Cualquiera de las dos razones es suficiente para considerar la manera en que se empieza a gestar la asimilación de la cultura comercial kichwa en la ciudad de México, que a su vez nos lleva a poner atención al desarrollo de la integración social que esta comunidad realiza en la ciudad.

 

La cotidianidad de los kichwas otavalo en la Ciudad de México.

Los kichwas no tienen una zona exclusiva de vivienda, sino que sus lugares de residencia se encuentran dispersos por diferentes puntos de la ciudad. A través del trabajo de investigación en campo se han encontrado casos de Familias que viven en Toluca y en Tlanepantla. No todos los kichwas viven juntos, cada quien vive en casas separadas, aunque hay casos de personas que comparten la vivienda.

Algunos kichwas llevan  más de 9 años viviendo en México, incluso se encuentra el caso de dos familias que tienen hijos que nacieron en México y la mayoría de las personas que viven con su familia  mandan a sus hijos a la escuela aquí en la ciudad.

En la ciudad de México los kichwas tienen la costumbre de reunirse todos los domingos en una zona deportiva de la ciudad que está en las inmediaciones del centro. El lugar donde se reúnen se llama parque-albergue Gilberto y se localiza en la esquina de la avenida Fray Servando y la calle de Bolívar. Es un lugar que es frecuentado por vecinos del lugar y por indigentes.

Hay un coordinador y administrador del espacio que se llama José Quintero, quien en una entrevista[23] explicó su participación y función, la historia del lugar y la relación con los kichwas otavalo. El área es un espacio ganado por la comunidad de los vecinos. El predio estaba abandonado, pero desde 1987 se inicia la lucha por la recuperación del espacio público, de manera que a través de la solicitud de los vecinos fue acondicionado como modulo deportivo por lo que ahora realizan torneos de fútbol de manera frecuente y tiene asistencia de la comunidad vecinal.

El parque tiene el nombre de  Cancha Gilberto,  debido a que fue financiada por la fundación Gilberto, que, según se dijo en la entrevista, fue creado como parte de los proyectos derivados del apoyo a los afectados del huracán Gilberto. En el lugar hay una placa donde se señala que fue creado en 1992, y consta de una cancha de fútbol rápido, una cancha de basquetbol en la parte oriente y un área de juegos infantiles en la parte norte.


Imagen miembros de la comunidad kichwa otavalo en la cancha Gilberto. En la imagen se observa a algunos
miembros de la comunidad Kichwa otavalo jugando basquetbol en la cancha Gilberto. Fotografía Antonio Silva 2012.

Como mencionamos con anterioridad los kichwas se reúnen en este lugar todos los domingos a partir de las siete de la noche. El motivo por el que se reúnen a esta hora es que todos trabajan y es la hora en que se desocupan. Según palabras del José Quintero tiene más de dos años que vienen aquí, ellos -los kichwas- pagaron una lámpara para iluminar la cancha donde juegan y además realizan un aporte económico para el pago de la luz y la limpieza del lugar. Al llegar empiezan a acondicionar dos espacios, uno para vender comida y otro para jugar.

Respecto al lugar de la comida podemos decir que hay dos[24] personas que venden comida tradicional de Otavalo, cuando llegan empiezan por preparar el anafre en el que cocinarán y a la media hora ya está listo y empiezan a vender pinchos de carne, arroz con pollo y/o carne, fritada y agua de sabor.

Lo importante de esta descripción es que debido a que no tienen un espacio comercial único, a que no todos comparten la misma línea formal del comercio y a que no todos viven juntos, este espacio es el punto de reunión donde se puede encontrar a un número considerable de miembros de esa comunidad que, a pesar de encontrarse lejos de su lugar de origen, tratan de reconstruir un poco su cultura a través de la reunión, el juego y el consumo de comida tradicional. En este espacio también se puede observar su forma de vestir y su organización. De esta manera el espacio urbano es reapropiado por la comunidad porque es utilizado para recrear sus patrones culturales- comunales reforzando sus vínculos cotidianos de origen.

A partir de lo mencionado podemos notar que existe una organización interna. Sin embargo quizá porque su llegada la ciudad es relativamente reciente, o por su negativa a hablar de ello, no se han encontrado referentes respecto a la existencia de una organización civil de kichwas en la Ciudad de México. Esto no quiere decir que no haya interés o necesidad de crear una, pues en algunas platicas informales con miembros de la comunidad respecto de sus fiestas se les ha preguntado si aquí en la ciudad y/o en el parque-albergue hacen sus fiestas tradicionales y aseguran que no, que para el Carnaval y el Inti Raymi, que son dos fiestas principales en sus comunidades, muchos regresan a Otavalo. Pese a ello, en una conversación informal la señora Emma Rodríguez, originaria de Peguche en la zona de Otavalo, y quien vende en la alameda, comentó que algunos miembros de la comunidad tenían la intención de celebrar la fiesta del Inti Raymi en la ciudad en junio del año 2011, querían hacer danzas y poner música tradicional de esa fiesta, pero tuvieron cierto recelo de que fueran sancionados por las autoridades debido a que desconocen las políticas de la ciudad y a que no tienen una organización que los represente ante las autoridades de la ciudad.

Ahora bien, es evidente que los otavalos recrean su identidad de origen no sólo al encontrarse en los espacios como el parque, sino en medio de su vida cotidiana que abarca su actividad domestica y laboral. Debido a que gran parte del tiempo de su vida, están en contacto con personas de su misma comunidad, se contribuye a recrear su identidad de lugar en otro espacio. Pero esta identidad no se queda estática sino que se configura en la cotidiana y permanente relación no solo con los mexicanos, sino con los turistas que llegan de todo el mundo.

Consideramos que, los otavalos han venido reconfigurando su identidad y manteniendo algunos rasgos de ella. Tal es el caso de la tradición del otavalo como viajero – comerciante, pues es una de las características que más narran y se mantiene en México; pero a su vez se mantienen el idioma y el vestido. Ello se ha logrado no sólo por las redes de relación que siguen manteniendo con su lugar de origen, sino porque en la misma ciudad de México se reúnen cotidianamente lo que les permite reafirmar lo que a ellos los caracteriza. Veamos.

Entre los procesos sociales que se han encontrado durante el trabajo en campo con la comunidad kichwa otavalo el más importante tiene que ver con la construcción y reconstrucción de su identidad como indígenas y como artesanos-viajeros.

La referencia que ellos hacen de ser artesanos y viajeros, es un elemento importante que apoyado en elementos de la memoria histórica lleva a que algunas personas hagan mención de la tradición de mindalaes, que es con la que relacionan su actividad y construyen su identidad.

También se ha observado la permanencia de sus elementos de origen que conservan a pesar de la distancia y el tiempo como son el vestido tradicional y el idioma kichwa. Estas características se mantienen  pese a que algunos de ellos tienen tiempo viviendo fuera de Ecuador y de Otavalo. Las mujeres, como ya hemos mencionado líneas arriba, continúan vistiendo a la manera tradicional como lo hacen en Otavalo, y los kichwa otavalo en general, acostumbran comunicarse entre los miembros de su comunidad en su lengua original, de manera que es común escuchar charlas y bromas que hacen entre ellos en lengua kichwa.

Esta permanencia de algunos rasgos identitarios se logra mantener y reconfigurar debido a la existencia de redes que establecen con el lugar de origen, las cuales también permiten por una parte ayudarlos y orientarlos en el proceso de migración, pero por otra parte a partir de la solidaridad, refuerzan el sentido de pertenencia a la comunidad.

Antonio- y ¿cómo es que se animo a venir a México?

José- ahhh,  porque uno oye del turismo, que hay mucho turismo en Cancún, en Chiapas..

Antonio- ahh ya..pero, ¿sus compañeros no le dicen que venga?

José- no... bueno, si uno oye que le dicen a uno ven para México esta bueno, hay turismo y así se anima uno[25]

 

La migración kichwa otavalo a la ciudad de México en el contexto de la globalización

Para los comentarios siguientes consideraremos que debido al amplio campo de sentidos que se le dan a la globalización aquí sólo nos basaremos en una de sus características que permite considerarla como un proceso de apertura comercial, que apoyada en la utilización de tecnologías de comunicación y transporte, permite el traslado de mercancías y personas por diferentes países.

La política de globalización ha impactado de maneras diversas la actividad tradicional de los kichwa otavalo. Por un lado la introducción de materia prima, productos y artículos extranjeros en Ecuador, ha ocasionado la pérdida de sus áreas tradicionales de mercado. Con ello se ha provocado un incremento en la migración de los kichwas otavalo que se refleja en la diversificación de las rutas migratorias. Por otro lado y ligado a esto, se encuentra una mayor posibilidad de viajar hacia el extranjero ya que  se reducen los tiempos de duración del proceso de migración, junto a la consideración de que los medios de transporte utilizados para ello se han vuelto más accesibles.

El flujo de mercancías que caracteriza a la globalización del mercado, ha alcanzado también a los artículos que los kichwas ofertan, colocándolos en todos los rincones del planeta a través de comerciantes informales, itinerantes, ambulantes y migrantes que los distribuyen por lugares diferentes. Pero quizá lo más relevante es que muchos de esos comerciantes ya no son indígenas sino mestizos, como se observó en el trabajo de campo cuando, durante una entrevista con un joven kichwa otavalo en la ciudad de México, presenciamos que una mujer mestiza mexicana compró productos kichwas para revenderlos en las calles del mismo centro de la ciudad.

De esta manera, el impacto de la globalización en los kichwas otavalo los ha llevado a migrar por diferentes países y lugares entre ellos México. Su práctica comercial se ha visto impactada porque sus productos han sido afectados tanto en su elaboración como en su mercantilización. Finalmente la globalización ha provocado que al viajar a otros espacios el proceso de encuentro de los kichwas otavalo con otros grupos culturales se desarrolle de forma más diversa y directa.

La ciudad de México ha sido considerada como una ciudad global porque concentra elementos y procesos que dan lugar a relaciones comerciales amplias que tiene un alcance mundial, posee una infraestructura que permite mantener comunicación con diferentes partes del mundo, concentra gran cantidad de oficinas matrices de empresas internacionales y posee un elevado índice de turismo. Es ligado a este último rubro que queremos hacer los siguientes  comentarios.

Uno de los temas centrales en la agenda del  gobierno de la ciudad, es  promover el turismo internacional, de ahí que se remodele el centro histórico creando andadores comerciales como la calle de Madero y la calle de Regina. Este interés también se ve reflejado cuando el gobierno  permite el surgimiento de bares y lugares de recreación social y legisla leyes que favorezcan el turismo homosexual.

Insertado en esta lógica se promueve la ciudad como una ciudad global. Con el eslogan de “ciudad de vanguardia” se difunden proyectos que intentan mostrar una imagen de la ciudad como espacio de respeto a la diversidad cultural, la creación del “Consejo de Consulta y Participación Indígena”, y la “Comisión Interdependencial de Equidad para los Pueblos Indígenas y las Comunidades Étnicas del Distrito Federal” son un buen ejemplo de ello[26].

En este marco de creación de instituciones  y políticas públicas  que presentan a la ciudad como espacio de respeto a la diversidad cultural, consideramos que la migración kichwa a la ciudad de México es usada por el gobierno para mostrar “su amplitud política” frente a la diversidad cultural. Es decir se trata, también de una estrategia política del gobierno local para mostrar el lado positivo de sus políticas de inclusión multicultural.  Esa promoción de la ciudad, por un lado  favorece el arribo de miembros de la  comunidad kichwa a la ciudad que llegan a vender sus productos artesanales en el centro histórico de la ciudad, lugar donde existe más afluencia de turismo internacional. Pero al tiempo que esto sucede, el gobierno desconoce, prohíbe y evita la migración de otras comunidades indígenas, como menciona Juan Acevedo, un indígena triqui “pareciera que nosotros los indígenas estamos excluidos de los tres grandes proyectos que se impulsan en esta zona: corredor financiero (Reforma), Alameda y Centro Histórico”[27]

Con ello reconocemos que desde las políticas locales se quiere mostrar la diferencia cultural como parte de la amplitud de la participación política. Sin embargo, como nos lo comentaron algunos otavalos, en los procesos de migración que ellos realizan, son maltratados por los organismos de migración e incluso en muchos casos les niegan las visas. Lo que demostraría, que la migración es coartada e impedida, pero ya estando los indígenas en la Ciudad de México, son usados para mostrar la favorabilidad de las políticas y demostrar que la ciudad reconoce ampliamente la diversidad cultural[28].

Así entonces la migración de los kichwas otavalo a la ciudad de México permite que la sociedad y el espacio, extiendan la imagen que de ellos se tiene en la escena internacional. Esto es que, por una parte se amplía o extiende espacialmente la imagen que los kichwas tienen como migrantes indígenas artesanos vendedores y viajeros llevándola hacia otros espacios. Por otra, la imagen de la ciudad de México se amplía cuando, desde la visión interna de los indígenas kichwas, se transmite como referente de un mercado viable a otros miembros de la comunidad que se encuentran en Otavalo, con ello la ciudad extiende hacia otros espacios su imagen de espacio democrático, cosmopolita, que se sostiene en la idea política del respeto a la diversidad cultural. Vista así, la migración kichwa es un proceso que favorece la imagen de la ciudad y que el gobierno local aprovecha para seguir-se promoviendo. De manera que el proceso se ve apoyado por la comunidad migrante y por el gobierno del espacio receptor.

 

Conclusiones

Enmarcada en estrategias de promoción política, la migración kichwa a la ciudad de México, es una continuidad del proceso de migración que se desarrolla en la ciudad de México. La diferencia se encuentra en que  ésta la migración no está estigmatizada y a la comunidad se le permite el arribo y la práctica laboral en el centro histórico. Al mismo tiempo la llegada de una comunidad indígena de Ecuador a la ciudad permite continuar la expresión de manifestaciones culturales y contribuye a ampliar la diversidad cultural que caracteriza a este espacio.

Como hemos visto la referencia del imaginario identitario de los kichwas ha sido utilizado por el gobierno ecuatoriano para promover la idea de cómo deben ser los indígenas. En la ciudad de México el gobierno local también considera este imaginario a la hora de otorgarles permisos para llegar, establecerse y realizar su actividad comercial, aprovechándola a su vez para promocionar a la ciudad como democrática y respetuosa de la diversidad cultural.

A pesar de ello la identidad de los indígenas kichwas otavalo tiene un espacio más, donde expresarse lejos de su lugar de origen. Si consideramos la identidad como un proceso social que se ve reconfigurada constantemente con los elementos que rodean la práctica cultural, la ciudad de México permite a los kichwas otavalo ejercitar su actividad laboral y con ella se da lugar a los procesos culturales que se derivan tanto de la actividad comercial como de la migración. Podemos ver que la identidad del kichwa otavalo como artesano y viajero comerciante, se mantiene en la ciudad de México, pero se reconfigura en el lugar de llegada que permite la creación de redes sociales, la difusión de la cultura kichwa otavalo y las relaciones con los otros pobladores. Los kichwas continúan reforzando su identidad de origen adecuándola a contextos diferentes, adquiriendo herramientas y argumentos para seguir identificándose como artesanos-viajeros.

Podemos concluir entonces con la consideración de que la migración kichwa otavalo a la ciudad de México muestra una manera en que el proceso de migración se lleva a cabo en la actualidad. Este proceso también refuerza las imágenes creadas de la ciudad y la comunidad, las mismas que son promovidas por los actores participantes del espacio y la sociedad.

 


[1] Estudiante de Doctorado en el posgrado de Estudios Latinoamericanos de la UNAM. El presente artículo forma parte de la investigación doctoral titulada “ Globalización e Identidades étnicas en Movimiento en América Latina: Los migrantes Triquis y Kichwas de Otavalo en el D.F., un estudio comparativo”

[2] La decisión de la escritura en minúscula de la identidad colectiva es por dos motivos: el primero para poder marcar la diferencia cuando se habla del pueblo indígena esto es kichwas otavalo y cuando se habla del lugar de origen esto es Otavalo. El segundo he retomado la redacción en minúsculas que encontré en los trabajos citados de Torres (2008) y Caicedo (2010), además de los trabajos de Maldonado (2004) y Ordoñez (2008). Siguiendo el mismo criterio, en las citas he utilizado minúsculas para hablar de los pueblos y mayúsculas cuando se habla de nacionalidades y lugares.

[3] La población kichwa es aproximadamente de cuatro millones y están asentados en la Sierra, la Amazonía y Costa ecuatoriana. Los principales pueblos que conforman la nacionalidad Kichwa son: caranqui, natabuela, otavalo, cayambi, quitu, panzaleo, chibuleo, salasaca, waranka, puruhá, cañari, saraguro y kichwa amazónico.  (Información CODEMPE)

[4] Los pueblos indígenas en Ecuador se reconocen como nacionalidades. Entre las diferentes nacionalidades indígenas que hay en Ecuador se encuentran los Kichwa, Shuar, Achuar, Chachi, Epera, Huaorani, Siona, Secoya, Awa, Tsáchila y Cofán, Zápara.

[5] Porras, 2005: 112

[6] La división política de Ecuador consiste en provincias, cantones y parroquias. La provincia corresponde a un estado o departamento. La provincia está dividida en cantones y los cantones están divididos en parroquias. Según el último censo realizado en ese país en 2010 en Otavalo había alrededor de102 000 indígenas kichwas.

[7] Meisch, 1987: 14-15

[8] Meir, 1996

[9] 1988

[10] Ibarra, 1992.

[11] Ordóñez, 2008

[12] 2010

[13] Portes 2003: 18-19

[14] Op.cit.

[15] En un trabajo de Tim Knab encontramos similitudes en la forma de  nominar a los migrantes que llegan a la ciudad de México según el tiempo de permanencia en el lugar, se menciona que para el caso de los huicholes se distinguió los residentes esporádicos de los semi-permanentes y de los permanentes. Se consideran un residente semi-permanente a quien este varios meses al año en la ciudad y regrese regularmente a su comunidad, para sembrar y ser parte de actividades ceremoniales y cívicas; en cuanto a los permanentes se trata de quienes no tienen planes definidos de regresar a vivir a su comunidad. KNAB, Tim. 1981 “Artesanía y urbanización: el caso de los Huicholes”. en América indígena, Vol. 41, n° 2, México.

[16] La siguiente descripción de los migrantes kichwas otavalo, su actividad laboral y su vida cotidiana en la ciudad de México, está elaborada a partir de la observación, toma de notas y de conversaciones que se han realizado como parte del trabajo de campo de una investigación que se ha venido realizando desde el año 2009

[17] Conversación sostenida con Manuel Lema en el centro de la ciudad de México el 08 de septiembre de 2011.

[18] Conversación con David en el parque-albergue Gilberto. En febrero de 2011

[19] Conversación con José en el zócalo de la ciudad el 17 de julio de 2011

[20] 2001

[21] Datos registrados en el trabajo de campo los días 17 de julio y 20 de agosto de 2011.

[22] Los triquis y los mazahuas son comunidades indígenas de México que se han visto obligados a migrar a la ciudad de México por cuestiones económicas y políticas. Para solventar sus necesidades venden artesanías en el centro histórico de la ciudad de México. Los mazahuas habitan en los Estados de México y Michoacán. Los triquis habitan en el Estado de Oaxaca.

[23] Entrevista realizada el 27 de febrero de 2011 por Antonio Silva

[24] Aunque la primera vez se visito ese espacio que fue en febrero de 2010 llegó en un taxi una señora de rasgos afroamericanos, con su hijo vendiendo comida. Pero solo esa vez y se le ha vuelto a ver mas. Quienes venden comida actualmente son familiares de una persona a quien se puede identificar como líder.

[25] Conversación con José en el zócalo de la ciudad el 17 de julio de 2011

[26] La creación de estas instituciones no garantiza su funcionamiento ni sus logros como se comenta en el Informe preliminar de la Academia Mexicana de Derechos Humanos. 2008. p. 22

[27] Acevedo 2006: 295

[28]Teniendo en cuenta que la ubicación geográfica de México lo lleva a ser un país de paso hacia Estados Unidos, sabemos que la llegada y el tránsito de centroamericanos es constante en el país. Frente a esta situación la política de migración que el gobierno federal mantiene hacia los migrantes centroamericanos  es de rechazo, negándoles visas y la entrada en la frontera. Las estrategias usadas para detener migrantes centroamericanos están cargadas de represión, violación a derechos humanos y violencia física, veanse por ejemplo las noticias del periódico la jornada del 03 de enero, 25 de junio, 25 de noviembre del año 2007; el 30 de mayo de 2008;  03 de noviembre de 2009, entre otras. Todo como un plan que responde a intereses del gobierno estadounidense y que ejecuta el gobierno mexicano. A este respecto pueden consultarse las notas del periódico la jornada 6 y 10 de abril de 2011. Con este marco de violencia hacia los migrantes, llama la atención que la migración de indígenas kichwas Otavalo sea permitida. Parece que más bien es una estrategia política del gobierno local para promover una imagen de democrático y tolerante, pues como hemos mencionado líneas arriba niega visas, entrada y sobre todo, niega permisos a indígenas nacionales para el desarrollo de su actividad comercial

 

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[div2 class="highlight1"]Cómo citar este artículo:

SILVA GUENDULAIN, Antonio, (2012) “La migración transnacional de los kichwas otavalo a la ciudad de México en tiempos de la globalización”, Pacarina del Sur [En línea], año 3, núm. 12, julio-septiembre, 2012. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.
. Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=492&catid=13[/div2]