La historieta: ¿una narración?

Cartoon: a narrative?

O desenho animado: uma narrativa?

Marco Antonio Sotelo Melgarejo

Recibido: 26-06-2016 Aprobado: 24-08-2016

 

Una pugna entre doctrinas no es un desastre, es una oportunidad.

Alfred North Whitehead

 

Consideraciones preliminares

En los últimos años, diversos teóricos e investigadores sobre la historieta han encontrado serios problemas al intentar definirla. Por ejemplo el norteamericano Aaron Meskin, en Defining Comics? (2007), Llega a afirmar que la única definición posible sería la historicista.

Furthermore, it is noticeable that the arguments offered above suggest that if a definition of comics were possible, it would most likely take procedural or historical form. These forms of definition typically offer little help in evaluating or interpreting comics. So it seems improbable that a definition of comics—even if it were forthcoming—would be of much help in giving us critical and interpretive guidance. (Meskin, 2007: 376)

 

Además, Plantea la imposibilidad de una definición formal de la historieta.  Esto no se desprende de ningún párrafo, sino de la lectura íntegra de su ensayo. Meskin  nos ofrece, al final, una excusa para no definir formalmente la historieta :“But I see no reason to think knowledge of a definition of comics (or even some of its essential features) is requisite, and I suspect that the story about what we need to interpret comics will not be much different. ” (Meskin, 2007:376)

Por su parte John Holbo, en “Redefining Comics dentro de The Art of Comics: A Philosophical Approach (2012), luego de cuestionar los supuestos sobre la definición de la historieta, se ve obligado a desarrollar un propuesta generalista  “If you want to understand comics, it is quite crucial to see that ‘comics’ has expanded to the point of being a veritable synecdoche for graphic design and at the same time become more deeply interested in its own historic, generic roots.” (Holbo, 2012: 25)

Como vemos define la historieta con el rótulo de “synecdoche for graphic design”, definición tan general que no delimita casi nada.

Por otro lado, uno de los más prominentes especialistas sobre el tema en Francia, Thierry Groensteen, nos dice que tanto él como sus colegas más cercanos no están demasiado interesados en definir la historieta ya que dicha definición es improbable de ser lograda, además de resultar innecesaria para el tipo de estudios que ellos realizan, como lo afirma en The current state of french comics

Personally, I do not consider the question of a definition of utmost importance, and I have always been cautious while dealing with the subject. […]

My friends Thierry Smolderen and Harry Morgan refuse the idea of an immanent and over-­‐rigid definition that would confine the specificity of comics. They both hold, with some nuances, a theoretical position grounded in the idea of relativity. It can be summarised as follows: throughout history and civilisations, there have been historic states of comics art, which are equivalent from the theoretical point of view. The current form of the medium is just the most recent one, and one should not give it a greater importance or make it into an autonomous form of art. (Groensteen, 2012: 113)

 

Si bien los estudios sobre la historieta en Francia son interesantísimos y abordan casi todos los aspectos, dejan de lado uno que les parece algo irrelevante: la definición formal de la historieta.  Ellos, según hemos visto (Groensteen, 2012), llegan a esta postura debido a que las usuales definiciones sobre la historieta han sido superadas por los nuevos productos emergentes, por el descubrimiento de algunas historietas del siglo XIX y la invasión del inmenso universo de las historietas japonesas (manga).  Considera que estos estos “golpes” hacen inútil cualquier intento de definición de la historieta, pues al poco tiempo quedaría desactualizada.  Lo más interesante de esta postura es que ha creado una justificación para descartar, de manera casi sistemática, los intentos por definir la historieta.

Nosotros consideramos que, ante la imposibilidad formal (en un determinado espacio tiempo) de definir la historieta uno puede plantearse prioridades y preguntarse: ¿Para hacer un análisis semiótico de la historieta de Superman N°600 tengo que saber la definición formal de la historieta? ¿Para producir una historieta es necesario saber la definición formal de una historieta? ¿Para analizar el perfil del consumidor de historieta de superhéroes es necesaria tener su definición formal? etc.  Ante estos cuestionamientos la repuesta podría ser sin ningún problema: No.  Con una definición aproximativa y limitada bastaría. Pero, lo anterior ¿invalida o hace innecesaria la búsqueda de una definición de la historieta? Nuestra respuesta es: NO.

Que surjan nuevos especímenes que hagan ver las limitaciones y/o errores de una teoría, que se descubra la existencia arqueológica de nuevos vestigios que invaliden una propuesta, es decir, que se dé la mutabilidad del objeto de estudio no es ni debería ser una sorpresa. Tendría que ser, en base a las experiencias dadas en diversas ciencias, lo esperable.  O como explica Mario Bunge en su obra Buscar la filosofía en ciencias sociales:

puesto que los científicos siguen descubriendo errores en su propio trabajo, así como cambiando sus ideas y hasta sus datos, la verdad es inalcanzable. Con menos palabras: la realidad, si existe, es incognoscible. Esta es una respuesta ingenua y derrotista del realismo ingenuo: ignora el hecho de que el error científico es corregible: que generalmente podemos ir del error a la verdad parcial y a aproximaciones de orden más alto. (Bunge, 1996: 489)

 

Ante esta situación se hace necesario retomar los supuestos que conforman el concepto de historieta y someterlos al análisis y a la crítica para, según sea el caso, validarlos, ampliarlos o reemplazarlos. En ese camino hemos estado durante algunos años. Este proyecto de investigación inicia con nuestra tesis de licenciatura en comunicación en el año 2009 [1]y ha continuado en las publicaciones de artículos de investigación [2] [3]enfocados en intentar echar luces sobre tres supuestos que parecieran inamovibles: la historieta es una narración, la historieta es una secuencia de imágenes, la historieta es un medio de comunicación masivo.

En el presente trabajo, nos centraremos en el siguiente: la historieta es una narración

 

Primer problema: ¿qué es una narración?

Muchos de los estudios sobre la historieta tienen al concepto narración o narrativa como el elemento que hace que una historieta sea tal. Este supuesto se ha normalizado tanto que el Diccionario de la Real Academia Española, en su 23° edición, nos dice que una historieta es una “serie o secuencia de viñetas con desarrollo narrativo”. Nos toca, ahora, ver si tales afirmaciones son adecuadas. Sin embargo, esto no resulta tan sencillo como pudiera parecer; pues como dicen Contursi y Ferro en La narración, usos y teorías “Cuando nos introducimos en su estudio, nos encontramos, por lo menos, con dos problemas contrarios: la diversidad de consideraciones acerca de qué es una narración y el hecho de que se ha­ya naturalizado cierto sentido asociado a ella” (Contursi y Ferro, 2000:11). Existen muchas definiciones sobre la narración y que quien maneja una de ellas cree que es unívoca y la usa de manera natural, sin tomarse la molestia de explicar o validar dicha elección. En el caso de la historieta, se ha tomado indistintamente el término narración de autores que tienen diversas orientaciones conceptuales, presentándolas como como si fueran conceptos equivalentes.

Por ejemplo, Oscar Masotta, en   La historieta en el mundo moderno, nos dice “verdaderamente cercana en cambio a la la literatura (sobre toda a la literatura popular y de grandes masas) la historieta es literatura dibujada o para decirlo con la expresión del crítico francés Gassiot-Talabot, ‘figuración narrativa’   ” (Masotta ,1972: 10).

Massota, y poco antes Terenci Moix (1968), entiende que la historieta es una narración en el sentido que le da la literatura, si bien al inicio generaliza diciendo que la historieta es “literatura dibujada” (lo que nos daría: narrativa, lírica y dramaturgia dibujadas), luego restringe el concepto afirmando que    “literatura dibujada” es equiparable a   “figuración narrativa”. Massota ,  de las tres opciones que da la literatura se queda con la que tiene como eje delimitador el desarrollo temporal de lo representado, pues  “Lo que de hecho vuelve a surgir en la Figuración Narrativa es el problema clásico de la representación temporal a través de imágenes estáticas” (Durozoi, 1979: 231). La idea de temporalidad le es consustancial al género literario de la narrativa (cuentos, novelas etc.). Tenemos aquí una primera línea conceptual.

Por otro lado Román Gubern, en Lenguaje de los comics, nos propone “Estructura narrativa formada por una secuencia progresiva de pictogramas, en los cuales puede integrarse elementos de escritura fonética” (Gubern ,1972: 35).

Esta propuesta de Gubern se convirtió en patrón de casi todas las propuestas teóricas en habla hispana sobre la historieta. Esto se corrobora en todos los estudios que dicen seguir a Gubern  como los de Javier Coma (1978),  Antonio Lara (Rodríguez Diéguez, 1988), Acevedo (1994), Villafañe y Mínguez (1996), Faustino Pérez (1997), Ana Merino (2003), el mismo  Román Gubern (1994) entre otros.

Si bien Gubern dice que su trabajo es un estudio lingüístico[4], su análisis desborda constantemente el ámbito de lo lingüístico. Como él mismo afirma trabaja con “la integración de lenguajes icónico y el lenguaje literario” (Gubern, 1972:05), es por ello que pese a lo que afirma Gubern su propuesta ha sido englobada por otros estudiosos dentro de la semiótica[5].

            Entendemos, indistintamente de la intención que haya tenido Gubern, que su propuesta es asimilada, generalmente, en el enfoque semiótico. Además, el concepto “estructura narrativa” es uno de los constructos fundamentales de la denominada semiótica de París. Tendríamos, entonces, una segunda línea conceptual con la que trabajar.

Por último, en un estudio bastante reciente, Rubén Varillas en La Arquitectura de las Viñetas (2009) propone “En un comic, donde el lector puede creer estar percibiendo una historia de un modo directo, no relatado (debido a la propia naturaleza visual del medio), la presencia del narrador es inexcusable y consustancial a su propia naturaleza como discurso narrativo” (Varillas, 2009:123).

Varillas entiende lo narrativo como una estructura, pero no en el sentido que le da la semiótica, sino como es desarrollada por la narratología, en especial la propuesta por Seymour Chatman en Historia y Discurso (1990). Alejándose de las líneas maestras propuestas por Gubern y Massotta.

Estas propuestas de Massotta, Gubern y Varillas trabajan tres líneas de pensamiento que sin embargo se encuentran citadas indistintamente para afirmar que la historieta es una narración.  No toman en cuenta que dichas propuestas tienen conceptos muy distintos de lo narrativo. Eso crea serios inconvenientes para afrontar la pertinencia o no del concepto de narración como elemento definitorio de la historieta. Ante esta problemática, primero analizaremos las diversas definiciones o enfoques que sobre el término narración y/o narrativa se tenga; luego, evaluaremos si dichas líneas conceptuales resultan pertinentes como elemento definitorio de lo que es una historieta.

 

Los conceptos de narración y su relación con la historieta:

a) Narrativa como enunciación. Iniciemos esclareciendo la idea de enunciación, que nace de la teoría lingüística. La enunciación es su sentido general, nos dice Benveniste (1974), es entendida de la siguiente manera:

La enunciación es la puesta en funcionamiento de la lengua por medio de un acto individual de utilización […] antes de la enunciación, la lengua es solamente la posibilidad de la lengua. Después de la enunciación, la lengua queda actualizada en una instancia de discurso, que proviene del locutor (Herrero, 2005: 28)

 

Esta propuesta es explicada por Juna Herrero en Teorías de pragmática, de lingüística textual y de análisis del discurso de la siguiente manera “Según Benveniste, por medio del acto de enunciación el locutor se sirve del funcionamiento del sistema de la lengua para configurar verbalmente un enunciado dirigido a la interpretación del interlocutor” (Herrero 2005: 28). Es decir, estamos no ante productos sino ante actos de producción, procesos.

Esta idea de “acto” es la que se tendrá como base, desde la narratología y parte de los estudios literarios, para hacer aproximaciones al concepto narración. Tenemos entonces que “en Narratología, se retoma el concepto de enunciación para caracterizar ‘el acto narrativo productor’, la narración” (Diccionario de narratología, 1995: 164) y “la narración es el hecho de narrar en sí mismo, es decir, el acto de enunciación narrativa que produce el relato” (Diccionario de retórica crítica y terminología literaria 1994:276). Es decir, la narración es entendida como el acto de enunciar la narración.

Esta línea de pensamiento sobre la narración, como hemos visto, no se centra en el producto sino en el “acto” de producción.  En lo que compete a nuestro estudio no se podría decir -en ningún caso- que la historieta sea una narración (entendida como enunciación). Esta línea de pensamiento, si bien una de las más frecuente al buscar definiciones sobre narración, no resultaría adecuada para definir la historieta y no hemos encontrado teoría sobre la historieta que la recoja explícitamente.

 

b) Narrativa desde la semiótica. Con relación al concepto “estructura narrativa” tomamos de Semiótica, diccionario razonado de la teoría del lenguaje (1982) en el apartado narratividad, lo siguiente:

En nuestro proyecto semiótico, la denominada narratividad generalizada – liberada de su sentido restringido que la vinculaba a las formas figurativas de los relatos- se considera como el principio organizador de todo discurso. Cualquier semiótica puede ser tratada o como sistema, o como proceso, y las estructuras narrativas pueden definirse como constitutivas del nivel profundo del proceso semiótico. (Greimas, A. y J., Courtés ,1982: 274)

 

Este enfoque sobre la semiótica generó esta visión totalizadora del concepto de narrativa “principio organizador de todo discurso”, es decir ya no es una de las posibles maneras en que se desarrolla un discurso sino la única. Esta línea teórica desarrolló el concepto de “esquema narrativo, sobre el que dice Desiderio Blanco “En esta perspectiva, la narratividad adquirió una preponderancia soberana y aspiró incluso a la universalidad. Es decir, se llegó a plantear en aquellos momentos que todo discurso se sostenía en una estructura narrativa de base, así fuera un discurso filosófico” (Blanco, 2012: 11).

Entonces, según este enfoque, todo discurso -entendiendo que la semiótica no solo abarca productos lingüísticos sino también imágenes- puede ser entendido como narrativa; visto así: toda historieta sería una narración y por tanto la condición de narrativa sería necesaria para afirmar que dicho producto es una historieta. Pero esta perspectiva totalizadora es puesta en duda por la misma comunidad semiótica, pues es “excesivamente general, siendo este último el defecto mayor de la semiótica de la Escuela de París, para la cual, según confesión de propio A. J. Greimas, ‘cuando todo se vuelve discurso ‘narrativo’ […] la narratividad queda vaciada de su contenido conceptual’ ” (Diccionario de análisis del discurso, 2005: 498)

Entonces tenemos que sería poco operativo; pues, que un concepto abraque tanto que defina nada no sería de mucha utilidad.

Román Gubern, y los que afirman  seguir su propuesta,  al emplear el  concepto “estructura narrativa”   estaría  trabajando la idea de lo narrativo que tiene la semiótica [6]   y como hemos sugerido esta idea totalizadora sería válida pero poco operacional para poder definir la historieta.

 

c) Narrativa como modo o género literario. La literatura nos ofrece varias opciones desde las cuales afrontar este concepto, así nos lo dice el Diccionario de términos literarios (1996) de Demetrio Estébanes en el apartado narrativa

Término polisémico utilizado en diversas acepciones: acción o efecto de narrar; Género literario (épico, en oposición a lirico y dramático), circunscrito normalmente a novelas y cuentos; Conjunto de relatos vinculados por razones temáticas, de técnica narrativa, de escuela, geografía, etc. (“narrativa hispanoamericana”, “narrativa del exilio”); ciencia que tiene por objeto el estudio de los textos narrativos y que mantiene como estructura básica común, el relato (p.713)

 

De estas visiones que de la narrativa tiene la literatura la única opción aplicable a la historieta (dado que no podría ser una acción, un criterio de clasificación, ni una ciencia) sería la de género literario[7] narrativo qua abarcaría la épica[8], las novelas, cuentos.

Suponemos que en esta línea de pensamiento se ubica la propuesta de los estudios de la historieta como los de   Oscar Masotta (1970) que toman a la historieta como “figuración narrativa”[9]. Pero la narración – entendida como género literario-  no se interesa por todos los productos narrativos (tomando como modelo al relato); por ejemplo, para el caso de textos escritos, deja fuera de su ámbito, generalmente,  los testimonios (judiciales, testamentarios, etc.), las crónicas periodísticas, las biografías etc. En el caso de la historieta, dejaría fuera una parte de las historietas publicitarias, historietas de propaganda, historietas informativas o periodísticas etc.   Esto se debe a que la literatura opera desde un canon (selección) y convención (qué es literatura)[10] que hace muy complicado de adaptar a otros ámbitos de la creación humana (salvo de manera general o metafóricamente).

Por otro lado, los productos literarios son  de carácter lingüístico; pues, “es evidente que la obra literaria presenta una forma determinada  de mensaje verbal , y que es en el plano de la expresión verbal donde se manifiesta  más propiamente el carácter de ‘literariedad’ del texto considerado como poético en relación con el lenguaje cotidiano” (Diccionario de términos literarios ,1996: 631). Y si bien muchas veces las historietas concurren la interacción de lo verbal y lo icónico, también es verdad que en muchas otras lo verbal no interviene en su desarrollo; esto limita que esta concepción de narrativa, desde los géneros literarios, sea un camino a tomar como el principal.

Por último, los que siguen esta línea, solo la enuncian pero no hemos encontrado desarrollo de argumentación formal que la respalde. En el nivel actual este camino no resultaría el más recomendable de seguir.

 

d) Narrativa como estructura o modo de ordenación discursiva. El Diccionario de Narratología (1995) en el apartado narratividad - luego de repasar los enfoques lingüístico, semiótico y literario - se centra en la narrativa como aquel conjunto de características comunes que poseen cierto tipo de productos comunicacionales, a los que podemos -de manera coloquial- llamar relatos o historias indistintamente estén presentados mediante texto escrito (cuentos, novelas, crónicas) , discurso oral (poesía épica, leyendas orales), imágenes estáticas (historietas) , imágenes que dan ilusión de movimiento (filmes).

La narratividad constituye una unidad reencontrada en los textos narrativos de todas las épocas, del mismo modo que no se activa solamente en textos literarios, sino también en textos no literarios (e incluso también hasta no verbales), como sucede en gran parte de la historiografía, en el cine narrativo, o en el discurso hibrido (icónico-verba) del cómic.

Si fuera posible demarcar el campo de los textos literarios  y el de los textos narrativos  de una determinada época, se dirá entonces que  entre ellos ocurre una superposición parcial (más o menos dilatada, de acuerdo con las tendencias técnico-discursivas  de cada periodo literario: el Realismo produce más textos narrativos que  el simbolismo), de manera que “en algunos” de los textos literarios se observan las cualidades de la narratividad. Diagramáticamente

La postulación de la narratividad como propiedad no exclusiva de los textos narrativos literarios se encuentra consagrada en reflexiones del ámbito de la lingüística textual, que proviene de estudiosos como Siegfried J. Schmidt y Teun A. van Dijk. (Diccionario de Narratología, 1995:166- 167)

 

Esta visión modeliza la narración (relato) mediante estructuras, este enfoque aborda tanto textos lingüísticos (novelas, poesía épica) como no lingüísticos (historietas, filmes), es decir que esta forma de entender la narración es aplicable novelas, filmes, historietas etc. Esta línea conceptual, principalmente en el caso de Van Dijk y su obra La ciencia del texto (1996), presenta a la narración como una de las maneras de ordenamiento discursivo: narración, argumentación, descripción, etc.

Asimismo, es coincidente con lo propuesto por Seymour Chatman en Historia y Discurso pues, es “Esta capacidad de transposición de la historia es la razón más poderosa para afirmar que la narración son realmente estructuras independientes de cualquier medio” (Chatman, 1990: 21). Rubén Varillas, quien bebe de Seymour Chatman, y aquellos que como él ven lo narrativo desde lo estructural, es decir, como ordenamiento discursivo[11].  Entienden que lo narrativo es una de las formas en las que se organizan los textos (sean lingüísticos o no).

Es este último enfoque de lo narrativo, como un modo de ordenamiento (Van Dijk, 1996), estructura (Chatman, 1990) u organización (Adam referido en Calsamiglia, H. y A., Tusón, 1999) discursiva, nos parece el más transitable para nuestro desarrollo teórico. Entendemos que la idea de narrativa como una forma discursiva determinada es la que se sostiene y adecua a los textos de diversos tipos (Van Dijk, 1996) (Chatman, 1990), lo que la haría acorde a la historieta.  

 

Segundo problema: ¿toda historieta es una narración?

Analizadas varias de las rutas teóricas sobre lo que es una narración hemos visto lo intransitable de alguna de estas vías para lograr una definición sobre la historieta. La única de estas vías que se ha sostenido entiende lo narrativo como una forma de ordenamiento discursivo tomando como base que “La narratividad constituye una unidad reencontrada en los textos narrativos de todas las épocas, del mismo modo que no se activa solamente en textos literarios, sino también en textos no literarios” (Diccionario de Narratología.1995:166).  Esta postura se plasma, explica y desarrolla en los estudios de, Teun A. van Dijk y Seymour Chatman. Pero esto no cierra el problema relacionado con considerar la narración o narrativa como elemento que define a la historieta. Falta determinar si este enfoque de lo narrativo es condición necesaria y/o suficiente para que un producto comunicacional sea una historieta 

Aún se tendría que responder una cuestiones: a) ¿la historieta solo desarrolla formas organizativas denominadas narrativas?  b) ¿si las historietas desbordan el concepto de lo narrativo, a qué constructo pertenecería?

 

¿La historieta solo desarrolla formas de organización discursiva denominadas narrativas?

Pasaremos a desarrollar las características propias de una narración y que tendrían que aparecer en un texto, y específicamente en una historieta, para que este sea denominado una narración. Para luego verificar si se encuentra presente en todas o en algunas historietas. Esto lo haremos con la búsqueda de contraejemplos[12], pare ello tenemos que encontrar un indicador que distinga claramente un tipo textual de otro.  

Seymour Chatman en Historia y discurso; la estructura narrativa en la novela y el cine (1990), manifiesta que

La teoría estructuralista sostiene que cada narración tiene dos partes: una historia (historie), el contenido de cada suceso (acción, acontecimiento), más los que podemos llamar los existentes (personajes, detalles de escenario); y un discurso (discours), es decir, la expresión, los medios a través de los cuales se comunica el contenido. Dicho de manera más sencilla, la historia es el qué de una narración que se relata, el discurso es el cómo.

[…] los sucesos y existentes son individuales y distintos, pero la narración es un compuesto secuencial. Además, los sucesos en la narración tienden a estar relacionados o ser causa uno de otro. (Chatman, 1990: 20-21)

 

De los varios compontes que mención Chatman, por razones operativas, nos centraremos en el suceso, del cual dice “De los sucesos de una historia se ha dicho tradicionalmente que constituyen una ordenación llamada ‘trama’. Aristóteles definió la trama (mythos) como la disposición de los incidentes’’ (Chatman, 1990: 45), luego nos dice que “Una narración sin trama es lógicamente imposible” (Chatman, 1990: 50). Entonces, tendríamos en la “trama” el indicador que estamos buscado; si bien existe múltiples posibilidades y modos de componer una trama, una de las más usuales es: inicio - nudo - desenlace.

Por su parte, Van Dijk (1996), nos dice

Una narración puede tratar de un tema determinado, p. ej., de un robo. Sin embargo, además del hecho de que el texto posea este tema global, tiene a la vez la característica global de que se trata de una ‘narración’. En otras palabras: después de haber escuchado o leído una narración, sabemos que se trata de una narración y no de un anuncio o una conferencia. Ahora bien para demostrar que el tema o el objeto y típica estructura narrativa son independientes entre sí, podemos muy bien imaginarnos un texto que si bien trata de un robo, no es en absoluto una narración, sino un informe policial o una declaración hecha después del robo, un informe de los daños habidos a una casa de seguros junto con la denuncia del robo, etc. Estos diferentes tipos de texto se diferencian todos entre sí, no solo por sus diferentes funciones comunicativas y, por ello también, por sus funciones sociales, sino que además poseen diferentes tipos de construcción. Denominaremos superestructuras a las estructuras globales que caracterizan el tipo de un texto. Por tanto una estructura narrativa es una superestructura independiente de su contenido.  (Van Dijk, 1996: 141-142)

 

Páginas más adelante, Van Dijk nos explica que las “superestructura narrativa” tendrían múltiples componentes posibles pero la “narración básica” estaría compuesta por un suceso que contendría a su vez una complicación y su resolución (Van Dijk, 1996:154-155).

Vemos que tanto Van Dijk como Chatman  consideran  al suceso como aquello no pude faltar en una narración;  este suceso podría, como en los casos  que los que son analizados por Chatman,   estar compuestos  por inicio, nudo y desenlace  que son  propio, usualmente, de narrativas medianamente complejas, o solo por complicación y resolución (que se pueden equiparar a nudo y desenlace) propio de las narraciones más básicas de la vida cotidiana [13]. En relación a la historieta se dan estas dos posibilidades, pero la mayor de las veces nos encontramos con la tripartita: inicio – nudo- desenlace.

  • Inicio. Aparición de situación inicial , ambiente (tiempo y lugar) y personajes
  • Nudo. Presentación y desarrollo del conflicto
  • Desenlace. Resolución del conflicto (s)

 

INICIO

NUDO

DESENLACE


Imagen 1. Tira cómica Sampietri obra de Julio Fairlie Silva. (Perú, 1952)

 

Entonces si encontramos historietas que no cumplan con desarrollar una trama, podríamos afirmar que es errado decir el concepto narración define a todo el universo de historietas existentes.

 

Modos de organizar un discurso distinto al narrativo (en la historieta)

En este apartado seguiremos, dado que Chatman no analiza posibilidades discursivas distintas a la narrativa, la línea teórica desarrollada por Van Dijk, específicamente con el constructo: superestructura.

Van Dijk llama “superestructuras” a los esquemas organizadores que no determinan el “contenido” del tema tratado sino que contribuyen a la configuración de la “forma” del contenido global de un discurso o de un texto haciéndolo percibir como un todo coherente. La “superestructura” corresponde con lo que otros lingüistas llaman el esquema de estructuración “composicional” (Herrero, 2005:84)

 

Además, como ya vimos, esta propuesta teórica es aplicable tanto a productos lingüístico como no lingüísticos

De igual modo, podemos postular la aplicabilidad de esta teoría en sus líneas generales a otros textos no lingüísticos. Cuanto más general sea el tipo de estructura capaz de unificar un texto, mayor será su campo de aplicación en otras variedades textuales más o menos afines (García Landa, 1998 pp.92-93)

 

Las superestructuras propuestas por Van Dijk, si bien con algunas variantes (Van Dijk solo desarrolló a profundidad las superestructuras narrativa y argumentativa), existen cuatro sobre las que hay consenso[14]: narrativa, descriptiva, expositiva, argumentativa.

Estas superestructuras poseen múltiples desarrollos y modos de composición, nosotros trabajaremos con las más simples y comunes, tomadas de la propuesta de Víctor Niño Rojas que esquematiza tres de esas superestructuras:

SUPERESTRUCTURA

COMPONENTES BÁSICOS

 

NARRATIVA

 

 

HECHO INICIAL

 

Aparición de situación inicial , ambiente

(tiempo y lugar) y personajes

 

TRAMA O NUDO

 

Presentación, Desarrollo del

conflicto (s)

 

DESENLACE

 

Resolución del

conflicto (s)

 

EXPOSITIVA

 

PLANTEAMIENTO

 

Introducción del tema

 

 

ASPECTOS DE ASUNTO

Secuencia de datos relacionados con el

tema

 

CONCLUSIÓN

 

Sintetiza o reafirma el tema

 

 

ARGUMENTATIVA

 

TESIS

 

Aparición de la tesis o afirmación

 

ARGUMENTACIÓN Y/O REFUTACIÓN

Presenta y/o refuta argumentos

 

CONCLUSIÓN

 

Reafirma planteamiento

 

 

En base a ellas intentaremos encontrar casuística de historietas que desarrollen superestructuras expositivas y argumentativas, además de la narrativa. Es decir, trabajaremos en la búsqueda de contraejemplos “Excepción a una generalización. Ejemplo que refuta una hipótesis o teoría”. (Bunge, 2001: 38)

Antes  de continuar, sería bueno aclarar que casi nunca un tipo de texto (narrativo, expositivo, argumentativo, descriptivo) actúa solo; lo usual es que se combinen y uno utilice a los demás; pero lo que siempre queda claro es que hay uno que predomina, utiliza y subordina a los demás. Ejemplos de esta interacción textual serán mostrados a continuación:

  • la primera aparición de Superman en comic book (Action comic, 1938) da muestra de esta interacción entre dos tipos textuales. En la página n °1, luego de presentarnos a Superman y su origen kriptoniano, a manera de un inserto, se lee el siguiente subtitulo para dos viñetas “una explicación científica a la increíble fuerza de Clark Kent” en donde mediante un texto expositivo (planteamiento- aspecto del asunto- conclusión) nos intenta demostrar la posibilidad de la existencia de un ser como Superman. Claro que esta primera historieta de Superman es netamente un narración (inicio- nudo- desenlace); pero, nos demuestra la posibilidad de desarrollar otros tipos de texto mediante la historieta.


Imagen 2. Action Comics nº 1 (1938). National Allied Publications (DC Comics).
Presentaba a Superman creado por por Jerry Siegel y  Joe Shuster.

  • En 1972, Román Gubern, en su libro El lenguaje de los cómics, admite la posibilidad de que la historieta desarrolle otros tipos textuales al poner al pie de un fragmento de la historieta Valentina el siguiente epígrafe “Lámina de Valentina, del italiano Guido Crepax de carácter descriptivo y no narrativo”. La historieta completa desde luego era una narración; pero, utiliza el recurso descriptivo en algunas de sus páginas, como lo haría cualquier buena novela. Pero si una historieta permite utilizar el recurso de la descripción, nada impediría que toda ella sea descriptiva, salvo la habilidad y manejo del lenguaje de su autor.


Imagen 3. Valentina obra de Guido Crepax citada en El lenguaje de los cómics (Román Gubern, 1963)

Las historietas cuya totalidad discursiva este subordinada a tipos textuales ajenos a lo narrativo parten de la premisa planteada por Olalla Hernández que, basándose en Chatman (1990), nos dice “la estructura interna de un texto no-narrativo no es temporal sino lógica, de modo que el orden temporal del discurso es irrelevante” (Hernández ,2012: 39); es decir, la sucesión de acontecimientos (trama). Basándonos en ello pasaremos a analizar tres casos, que no son los únicos encontrados, pero debido su extensión son los más pertinentes para ser analizados y mostrados:

  • En esta historieta la estructura lógica prima sobre al temporal. Además, no posee una trama (inicio-nudo-desenlace)  sino una secuencia  de viñetas que plantea una serie de razones (argumentos) para dar fuerza a una propuesta (conclusión) que tiene la comuna victoriana con relación a la reubicación y formalización del comercio informal. Todas estas características son propias de lo que en la tipología textual correspondería a un texto argumentativo.


Imagen 4. Tira cómica, producida por la municipalidad de La Victoria y publicado en el diario Ajá. Lima, marzo 1999

La secuencia expositiva, si seguimos la propuesta de Adam (quien toma como base a Van Dick) consiste “en la secuencia explicativa de base […] un operador del tipo ¿Por qué? o ¿Cómo? Cuestiona una operación problemática, y el operador porque permite pasar del problema a su solución-explicación” (Diccionario de análisis del discurso, 2005: 521) de ello tenemos el esquema mínimo: a) pregunta-problema, en el que se plantea el tema   b) respuesta-explicación, en la que se daría la secuencia de datos relacionados y se sintetiza el tema.

Un ejemplo en historieta de dicha superestructura expositiva básica sería la siguiente historieta extraída de la cartilla Leyes de comunidades nativas y de desarrollo agrario de las regiones de la selva y ceja de selva (1980-1985) que contiene diversas leyes y reglamentos que competen a comunidades nativas y también caricaturas e historietas que tratan de reforzar, ampliar o explicar aspectos de dicha normativa.


Imagen 5. Historieta extraída de la cartilla Leyes de comunidades nativas y de desarrollo agrario de las regiones de la selva y ceja de selva publicada por el gobierno de Perú durante el mandato de Fernando Belaunde (1980-1985)

  • El siguiente ejemplo es la historieta extraída de libro Curvas peligrosas N°1. (Maitena, 2004). Esta historieta nos plantea una pegunta (planteamiento del tema), una repuesta (datos y síntesis del tema), mediante el desarrollo de la respuesta y casuística que pone en cuestión dichas respuestas (de esta contradicción surge lo humorístico). En ningún momento hay el desarrollo de una trama, estamos ante un texto expositivo sin duda alguna.


Imagen 6. Historieta extraída de libro Curvas peligrosas N°1. (Maitena, 2004)

Otras historietas de superestructura expositiva:

  • How To Spot a Jap (1942) de Milton Caniff recopilada dentro de Comic Art Propaganda, a graphic history . Edición consultada: ILEX, USA (2010)
  • Cómo salir de la crisis de Luis Pazos y Calderón. Edición consultada: Editorial Diana , México (1984)
  • la serie de encartes El congreso de la república del Perú de Pepé San Martín. Distribuido los días domingos junto con el diario peruano El Comercio (1994),
  • Mi madre era una esquizofrénica de Chester Brown publicada dentro El hombrecito. Edición consultada: Editora La Cúpula, España (1998),
  • Introducción macroeconomía en viñetas de Grady Klein y Yoram Bauman. Edición consultada:  Randon House Mondadori, España (2013),
  • ¿Qué es un “Buddy”? de Peter Bagge publicada dentro de Hate, bronca. Edición consultada: Domus editora , Argentina (2007)
  • varias de las historietas aparecidas en los libros compilatorios Maitena Todas las mujeres alteradas (2007) y Curvas peligrosas (2004) de Maitena Burundarena.

 

Tenemos entonces historietas que no podrían ser incluidas en los parámetros de una narración.  Ante la pregunta planteada ¿la historieta solo desarrolla formas organizativas denominadas narrativas?  Tenemos que la respuesta es NO. Las historietas desbordan el constructo narración, pues también desarrolla otras estructuras como las expositivas y las argumentativas.  

 

Las historietas: más allá de la narración

En el apartado anterior demostramos la existencia de historietas de superestructura narrativa, historietas de superestructura expositiva e historietas de superestructura argumentativa. Por tanto, el alcance del concepto narración es insuficiente, pues “el alcance de un constructo es la colección de elementos para los que vale” (Bunge, 2001:4).

Entonces cabe preguntar ¿Qué otro constructo, que a su vez contenga productos narrativos, tendría el alcance de contener a la historieta?  Y la respuesta parte de las superestructuras encontradas, pues

Estos diferentes tipos de texto se diferencian todos entre sí, no solo por sus diferentes funciones comunicativas y, por ello también, por sus funciones sociales, sino que además poseen diferentes tipos de construcción. Denominaremos superestructuras a las estructuras globales que caracterizan el tipo de un texto. (Van Dijk, 1996:142)

 

Es decir, la existencia de superestructuras en un producto comunicacional nos indica que estamos ante unos tipos textuales determinados, por tanto ante texto.  Teniendo en cuenta que los textos no se limitan a productos lingüísticos[15], podemos afirmar que LA HISTORIETA ES UN TEXTO.

En este punto, se abren nuevas rutas de investigación, nuevas preguntas que responder: ¿Cuáles son los criterios para que una creación humana entre en este conjunto conceptual llamado “texto”?, es decir, ¿cuáles son los criterios de la textualidad?; ¿qué tipos textuales ha desarrollado o puede desarrollar la historieta?, etc. Este fértil campo de estudio será motivo del artículo.

 

Notas:

[1] Taxonomía de las historietas limeñas: propuesta para una clasificación de las historietas producidas y publicadas en la provincia de Lima Metropolitana entre los años 1990 a 2005. Tesis de licenciatura en   Comunicación Social UNMSM   (Sotelo, 2009)

http://cybertesis.unmsm.edu.pe/handle/cybertesis/1281

[2] “Redescubriendo la historieta” dentro del libro Comunicación y Sociedad (Cornejo, 2013). http://es.slideshare.net/markozotelo/redescubriendo-la-historieta-investigacin-en-comunicacin-comics-2013-marco-sotelo

[3] “La historieta como objeto de estudio” en la revista en línea Pacarina del Sur (Sotelo, 2013)   http://www.pacarinadelsur.com/home/pielago-de-imagenes/830-la-historieta-como-objeto-de-estudio

[4] En el capítulo n°6 Gubern nos dice que hará un examen pormenorizado de su propuesta para definir la historieta, en ese examen prima afirmaciones como   “Al efectuar un estudio lingüístico de los comic no debemos olvidar […] los comics son divisibles a efectos de un análisis lingüístico en […] este análisis no agota el estudio lingüístico de los comics.” (El lenguaje de los comics  pp. 107 - 111)

[5] “En el aspecto más estrictamente semiológico la obra española más importante es: El lenguaje de los comics Román Gubern” Miguel de Moragas Spa en La comunicación de masa y semiología aparecido en Revista española de la opinión publica N°34 octubre- diciembre 1973: 206.

“Desde el punto de vista  semiótico, el cómic ha sido definido como ‘estructura narrativa formada por secuencia progresiva de pictogramas  en los cuales puede integrase  elementos de escritura fonética’  ” Diccionario de términos literarios  (Estébanez , 1996)

[6] Diccionario de términos literario de Estebanez calderón (2004:185) ”Desde el punto de vista  semiótico , el cómic ha sido definido como ‘estructura narrativa formada por secuencia progresiva de pictogramas  en los cuales puede integrase  elementos de escritura fonética’ (R. Gubern, 1974)”

[7] Op. cit. (p 466) “Expresión con la que se denomina un modelo estructural que sirve como criterio de clasificación y agrupación de textos (atendiendo a las semejanzas de construcción, temáticas y modalidades de discurso literario) y como marco de referencia y expectativas para escritores y público.”

[8] Op. cit. (p 335) “Termino de origen griego  aplicado a un tipo de relato  en el que se narran acciones de “héroes”  que representan el ideal de una clase guerrera o aristocráticas y de toda una sociedad que asocia a dichos héroes  con su origen y destino como pueblo”

[9] “La historieta es literatura dibujada o para decirlo con la expresión del crítico francés  Gassiot-Talabot, ‘figuración narrativa’ ” Oscar Masotta en La historieta en el mundo moderno (1972)

[10] “Lo que está claro es que el objeto de la teoría literaria es la obra literaria, o discurso lingüístico artístico, es decir, una creación artística manifestada por medio de los signos verbales, o lo que es igual, un discurso lingüístico que alcanza la categoría de expresión artística.  Pero la obra literaria no puede determinarse empíricamente,  de modo objetivo, por la presencia o ausencia de rasgos concretos, y se acepta como literaria por un convenio social, basado en la intencionalidad  del autor, en la frecuencia de  aparición de algunos caracteres no específicos en el discurso, o en la interpretación, a partir de la intuición del crítico y, más frecuentemente, en la concurrencia de los tres aspectos” Bobes; Baamonde; Cueto; Frechilla; Marful  Historia de la teoría literaria (1995: 8 )

[11] “el cómic es un medio narrativo y, como tal, comparte una serie de rasgos estructurales con el resto de vehículos narrativos: el cine, la novela, etc.” Rubén Varillas entrevista en el blog Nueve párrafos. https://nueveparrafos.wordpress.com/2013/03/14/entrevista-con-ruben-varillas-primera-parte/

[12] “Excepción a una generalización. Ejemplo que refuta una hipótesis o una teoría” Diccionario filosófico, Mario Bunge (2007:38)

[13] “los textos narrativos son “formas básicas” globales muy importantes de la comunicación textual. Con ‘texto narrativo’ se hace referencia, en primer lugar, a las narraciones que se producen en la comunicación cotidiana: narramos lo que nos pasó […]

Después de estas narraciones ‘naturales’ aparecen en segundo lugar los textos narrativos que apuntan a otros tipos de contextos, como los chistes, mitos, cuentos populares, las sagas, leyendas, etc., y en tercer lugar, las narraciones más complejas  que generalmente circunscribimos con el concepto de ‘literatura’ : cuentos, novelas, etc. ” (Van Dijk 1996 p.153-154)

[14] Niño, Victor (2003); Calsamiglia, H. y A., Tusón (1999); Herrero.  Juan (2005)

[15] “Un análisis lingüístico quedaría limitado a unos niveles, unidades y reglas de sistemas lingüísticos y uso de una lengua determinada. Otras características ’no-lingüísticas’ de los textos quedan fuera del ámbito lingüístico. Las ‘superestructuras’ especiales de, por ejemplo, narraciones o argumentaciones son ejemplos típicos de esto. Aun cuando en los textos se  expresen a través de la lengua, no son de tipo ‘idiomático’ o ‘lingüístico’ en el sentido estricto del término: una estructura narrativa también puede expresarse mediante dibujos ” (Van Dijk, 1996:18)

 

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Cómo citar este artículo:

SOTELO MELGAREJO, Marco Antonio, (2016) “La historieta: ¿una narración?”, Pacarina del Sur [En línea], año 8, núm. 29, octubre-diciembre, 2016. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Viernes, 19 de Abril de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1404&catid=17