El trabajo universitario: Desempeño profesoral y el profesor quemado

University work: teacher performance and the burned teacher

Trabalho universitário: desempenho do professor e professor queimado

Leónidas Augusto Pacheco Olea

Universidad Estatal de Milagro, Ecuador

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Belén Pacheco Reyes

Universidad de Guayaquil, Ecuador

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Fernando Pacheco Olea

Universidad Estatal de Milagro, Ecuador

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Recibido: 07-06-2019
Aceptado: 22-07-2019

 

 

Introducción

El trabajo docente en las universidad es una labor comprometida con la calidad en un entorno cada vez más exigente y sometido a súbitos cambios en función del avance tecnológico, situaciones socioeducativas regionales y cambios en las políticas públicas de acuerdo con la visión particular de cada uno de sus gobiernos, mismos que, en las últimas décadas, han evolucionado de dictatoriales a democráticos, algunos con políticas neoliberales o socialistas con distintos efectos en todos los ámbitos de la sociedad. Las transformaciones sociales se reflejan también en los procesos educativos, particularmente en la educación universitaria que es un reflejo fehaciente de la sociedad a la que representa.

Las universidades constituyen un factor de cambio para los programas nacionales de desarrollo productivo, de bienes, servicios y progreso de la comunidad. Según Rodríguez (2006) la contienda para alcanzar el liderazgo académico y tecnológico por parte de las universidades es un suceso repetitivo a lo largo de la historia, no obstante, el hecho de establecer comparaciones mediante la publicación de rankings es una práctica “actual” que se inició en los ochenta. La propagación de los rankings y otros sistemas de posicionamiento de las universidades en escalas de “calidad” evidencian la supremacía del modelo económico neoliberal que considera al mercado como el mecanismo más eficaz para satisfacer todas las necesidades de la sociedad, dentro de ellas la educación superior, a través de este mecanismo se hace visible el sitial que ocupan las instituciones de educación superior (IES) en la economía basada en el conocimiento de Márquez (2010).

Arechavala (2011) menciona que la economía del conocimiento es moneda de cambio determinada por la oferta y la demanda, genera riqueza que es atraída por países que diseñan estrategias para captar y retener “cerebros” provenientes de países con menor desarrollo que envían susbecarios al extranjero, es usual encontrar grandes deficiencias en los respectivos programas de “repatriación” de esos profesionales luego de concluida su preparación en el exterior especialmente en los países altamente desarrollados. La gobernabilidad de un país democrático exige el planteamiento de importantes cambios en las relaciones entre las IES y una sociedad desbordada por las tecnologías de la información, especialmente con la denominada “sociedad del conocimiento” (Fernández Lamarra, 2014).


Imagen 1. www.eldiario.es

El trabajo de los profesores universitarios, y en particular de la universidad ecuatoriana, ha evolucionado. Se incrementó la rigurosidad y exigencias en los procesos de los diferentes puestos de trabajo (docentes, administrativos y trabajadores). Las transformaciones sociales, consecuencia de los avances tecnológicos y la internacionalización económica, exigen la reproducción de ambientes académicos universitarios donde se representen de la forma más fidedigna los fenómenos socioculturales del presente. Los profesores universitarios debemos actuar en función de esta nueva realidad donde se establecen nuevas exigencias en el marco de la relación sociedad-universidad que demandan el establecimiento de un sistema de educación superior que evolucione acorde a este nuevo concepto denominado sociedad del conocimiento (Pacheco Olea & Pacheco Mendoza, 2015).

Estos cambios han repercutido en el entorno de los profesores donde producen variaciones en las relaciones intra e intergrupales de las distintas redes sociales que integran la comunidad, especialmente aquellas que se encuentran en el entorno más cercano al ámbito de la educación superior. Este escenario se ve reflejado también en la cátedra universitaria y es probable que incida, de alguna manera, en el desempeño de profesores, sus relaciones familiares y el rendimiento académico de los estudiantes. La gestión del conocimiento, como cualquier otra actividad que implique interrelación con personas, es una función fundamentalmente social y no puramente técnica (Barrasa, Gil, De la Osa, & Alcover, 2002).

 

El desempeño docente

El desempeño docente (DD) está conformado por una intrincada red de relaciones e interrelaciones respecto a los estudiantes, a los docentes y al contexto desde un punto de vista interno y externo. Algunas veces la comunidad relaciona el trabajo docente con alta calidad de vida, satisfacción laboral y prestigio social, pero en ocasiones existe también insatisfacción y estrés motivado por deficiencias en el orden salarial y recursos materiales insatisfechos. El DD es tradicionalmente estimado de acuerdo a las estrategias y técnicas didácticas elaboradas para que los alumnos obtengan las competencias determinadas en la malla curricular de las diferentes carreras de la universidad.


Imagen 2. www.eldiariomontanes.es

Loureiro, Míguez & Otegui (2016) mencionan que la evaluación del DD es un trabajo multidimensional, complejo y multi estratégico que se nutre de información procedente de diversas fuentes, con tendencia a incluir datos provenientes de distintas vertientes tales como: estudiantes (heteroevaluación), de sus pares académicos (coevaluación), superiores jerárquicos (directivos) y autoevaluación. Sin embargo, surge la pregunta ¿qué debemos evaluar al profesor? Algunos criterios coinciden en que es necesario plantear las diferentes dimensiones de la evaluación incluso desde una perspectiva común, pero tomando en cuenta un elemento que permita evaluar su creatividad y experiencia cotidiana más allá de las concepciones clásicas de la actividad profesional en su práctica académica, el escenario donde se desenvuelve y la trascendencia del conocimiento (Dimaté Rodriguez, Tapiero Celis, & González Rodríguez, 2017).

La evaluación del DD es una actividad sistematizada y fiable de recolección de información con el objetivo fundamental de valorar la eficacia y eficiencia del proceso educativo como resultado del trabajo docente en función del aprendizaje de los alumnos, su aplicación debe considerarse una actividad permanente cuyo objetivo primordial es cuantificar los resultados para retroalimentar el proceso de enseñanza aprendizaje. La evaluación no tiene como finalidad el descubrimiento de los errores sino la búsqueda de soluciones a los problemas que presenta la sociedad y la educación superior en particular, además propende a la creación de instancias de dialogo para la reflexión y valoración del trabajo académico en búsqueda de soluciones a los problemas que puedan detectarse en el ecosistema universitario.


Imagen 3. www.eldiario.es

En el caso ecuatoriano, la evaluación del desempeño docente se basa en tres componentes integrales: la Autoevaluación (de los docentes sobre su propio trabajo), Coevaluación (de los pares académicos y directivos sobre el desempeño de los docentes) y la Heteroevaluación (realizada por los estudiantes sobre el trabajo profesoral). En el caso de la UNEMI, la heteroevalucación es el componente más representativo y de mayor peso en la evaluación del desempeño docente, su medición se realiza a través de una encuesta estudiantil integrada por 26 preguntas. Los resultados presentados en este artículo son parte de una investigación longitudinal que se realiza durante los 2017-2018 en la Universidad Estatal de Milagro UNEMI.

La tabla 1 presenta las diferentes valoraciones promedias del DD resultantes de cada pregunta referente a su categoría. Es solo referencial, no es posible fijar una escala numérica unificada en la que se muestre un resultado global puesto que existen preguntas como la 7, 10, 18 y 19 que tienen una valoración ordinal entre 0 y 1 y el caso de la pregunta 9 que tiene una valoración nominal entre 1 y 10, la mayoría de preguntas tienen una valoración entre 1 y 6. Además, las ponderaciones finalmente pueden variar en función a la valoración porcentual que la UNEMI da a las diferentes preguntas respecto al resultado final de la evaluación.

Tabla 1. Desempeño docente según encuesta a los estudiantes, por pregunta.
Desempeño docente según encuesta a los estudiantes, por pregunta

La imagen es un resumen de los resultados de la evaluación del DD desde el punto de vista de los estudiantes de todas las facultades de la UNEMI sobre tres aspectos del trabajo de los profesores en las aulas: Evaluación. Pedagogía y relaciones humanas. Desde la 1 a l1 5 pertenecen al grupo evaluación, de la pregunta 6 a la 22 pertenecen al grupo de pedagogía y de la 23 a la 26 corresponden al conjunto de relaciones humanas.

La búsqueda permanente de la nota “más alta en la evaluación”, indicativo aceptado como correspondiente al “buen profesor” en ocasiones produce tensión, estrés y dificultades internas entre pares, estudiantes y directivos puesto que, en ocasiones, los resultados no son las que se esperaban, se produce entonces cambios en la actitud y la forma de enfrentar el trabajo y las relaciones con el resto de integrantes de la comunidad, es en este momento donde pueden manifestarse ciertos síntomas de un sentimiento laboral denominado el Síndrome de Burnout (de estar quemado).

 

El síndrome de estar quemado

Burnout es un término inglés que literalmente significa “estar quemado”, manifiesta una sensación de pérdida de la ilusión por el trabajo, de estar extenuado. También se lo designa como desgaste laboral, desgaste profesional, estrés laboral, desgaste emocional entre otras interpretaciones. Herbert Freudenberguer (1927-1999) médico psiquiatra de un centro asistencial para adictos en Nueva York se percató que luego de uno a tres años de trabajo, los compañeros padecían de pérdida del interés, energía, falta de motivación y agotamiento en el trabajo, en ocasiones agravado por síntomas de depresión y ansiedad durante la jornada laboral. En este tipo de trabajo se observa una carencia de horarios fijos, un excesivo número de horas de trabajo, remuneraciones muy bajas y un contexto laboral muy exigente. Freudenberguer en 1974 utilizó el término burnout para mencionar este patrón de conducta en el trabajo, mismo que en ocasiones transformaba a los trabajadores en personas poco comprensivas y hasta agresivas con los pacientes a quienes trataban con cinismo y con tendencia a culparlos de ser la causa de las dificultades laborales que él mismo padece.

Con el paso del tiempo, los trabajos de investigación sobre burnout se ampliaron y hoy abarcan ya no solo al ámbito de la salud sino a todas las actividades laborales en general incluyendo a la docencia universitaria, ámbito sobre el que se han desarrollado infinidad de trabajos de investigación y escrito una importante cantidad de artículos científicos. Desde entonces el denominado “síndrome de burnout” ya no aparece solamente en trabajos de investigación descriptiva publicados en revistas especializadas en salud de los Estados Unidos, sino que se convierte en un tema de investigación científica en todas las áreas donde se despliega el trabajo humano.

Existen varios métodos e instrumentos utilizados paras cuantificar el Síndrome de Burnout, en esta investigación se utiliza el Maslach Burnout Inventory (MBI) de Maslach y Jackson, cuyas escalas de medición tienen una alta consistencia interna y una confiabilidad cercana al 0,9. La tabla 2 muestra el resultado de la encuesta MBI por parte de los docentes.

Tabla 2. Burnout docente, por pregunta.
Burnout docente, por pregunta

El síndrome de burnout, desde una perspectiva psicosocial, particularmente en el ambiente académico universitario, es un constructo de naturaleza multidimensional integrada por tres componentes: el cansancio emocional, la despersonalización y la falta de realización personal (Maslach & Jackson, 1981).

La dimensión agotamiento emocional está integrada por 9 preguntas orientadas a descubrir sentimiento de agotamiento emocional, de estar abrumado en la actividad laboral; por la escala de despersonalización, conformada por 5 preguntas que puntualizan probables respuestas impersonales y de falta de atención hacia las personas que requieren atención en su trabajo, y finalmente la subescala de realización personal integrada por 8 pregunta que intentan describir sentimientos de estar quemado en el trabajo.

 

Dimensión cansancio emocional

El cansancio emocional es la percepción que tienen los profesores de que su capacidad para actuar o sentir disminuye. Se considera como la manifestación del estrés laboral a través de cansancio psicológico o físico causado por escasez recursos emocionales, a veces acompañados de frustración o tensión debido a la imposibilidad de ofrecer más energía a sus actividades académicas con sus alumnos.

El CE también llamado agotamiento se evalúa con alternativas que consideran el cansancio emocional sin que necesariamente se lo mida considerando la reacción con los demás como una causa de esas emociones.

La tabla 3 muestra los resultados de la evaluación sobre las 9 preguntas (ordenadas según su aparición en el MBI) que corresponden al componente CE de los docentes de la UNEMI.

Se estima que en los resultados de las preguntas de la dimensión CE una sumatoria de 18 o menor es indicativo de burnout bajo; entre 19 y 26 es señal de burnout medio y una sumatoria igual o mayor que 27 indica burnout alto.

Tabla 3. Cansancio emocional de los docentes según encuesta MBI.
Cansancio emocional de los docentes según encuesta MBI

 

Dimensión Despersonalización

La despersonalización, llamada también cinismo, es la manifestación de actitudes negativas y, en ocasiones, llega a convertirse en insensibilidad hacia los estudiantes, compañeros de trabajo y al resto de personas dentro de la universidad.

La DE se evalúa a través de preguntas que midan la indiferencia y distanciamiento respecto a la actividad laboral que se realiza y no necesariamente en relación con el resto de las personas en el trabajo.

La tabla 4 muestra los resultados de la evaluación sobre las 5 preguntas (ordenadas según su aparición en el MBI) que corresponden al componente DE de los docentes de la UNEMI.

Se estima que en los resultados de las preguntas de la dimensión DE una sumatoria de 5 o menos es indicativo de burnout bajo; entre 6 y 9 es señal de burnout medio y una sumatoria igual o mayor que 10 indica burnout alto.

Tabla 4. Despersonalización de los docentes según encuesta MBI.
Despersonalización de los docentes según encuesta MBI

 

Dimensión Realización Personal

La falta de realización personal es una tendencia que presentan los docentes a autoevaluarse negativamente sobre su actividad docente. Presenta síntomas de incapacidad para ayudar eficientemente a los estudiantes y compañeros dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje en las diferentes tareas académicas dentro de la universidad. La RP también llamada falta de eficacia profesional, representa la escasa eficacia apreciada por el profesor durante el desarrollo de su trabajo.

La tabla 5 muestra los resultados de la evaluación sobre las 8 preguntas (ordenadas según su aparición en el MBI) que corresponden al componente RP de los docentes de la UNEMI.

En el caso de las subescalas agotamiento emocional y despersonalización, las valoraciones más altas corresponden a altas posibilidades de estar quemado (burnout), no obstante, en la subescala de realización personal, las bajas calificaciones corresponden a altos sentimientos de burnout. El análisis de la información, se efectúa de acuerdo a la metodología formulada por Maslach, 1986, donde se determinó que puntuaciones altas en las dimensiones (CE y DP) y bajas en la tercera (RP) diagnosticaban el síndrome de burnout en el trabajo.

Tabla 5. Realización personal de los docentes según encuesta MBI.
Realización personal de los docentes según encuesta MBI

 

Conclusiones

La docencia universitaria ha sido reconocida, tradicionalmente, como una actividad poco estresante, sin embargo, debido al incremento de responsabilidades laborales de los profesores y súbitos cambios en las condiciones de su trabajo hoy pueden detectarse nuevas fuentes de estrés como las continuas modificaciones de los programas de estudios y las dificultades en la relación profesor-estudiante. Los profesores universitarios están sometidos a exigencias y cambios que la sociedad y el estado le demandan, lo que conlleva dificultades y confusiones académicas debido a los cambios en la expectativa que la comunidad tiene sobre su labor.

En algunos países, especialmente aquellos en vías de desarrollo, la actividad docente universitaria se desempeña en un ambiente precario y de muy escaso reconocimiento social, como consecuencia de ello los estudiantes que aspiran tener altos estándares de desarrollo profesional y salarial no se sienten atraídos para optar por una carrera profesoral, de hecho, la naturaleza cambiante de la docencia en función de los acelerados cambios y distorsiones sociales y económicos en ocasiones la tornan inestable y poco atractiva para los jóvenes.

El Burnout puede considerarse como un síndrome tridimensional que se desarrolla en aquellos profesionales cuyo objeto de trabajo son personas y añaden tres dimensiones características: Agotamiento emocional, Despersonalización y Reducida realización personal y/o profesional.

El agotamiento emocional es uno de los problemas trascendentales de la enseñanza – aprendizaje, las medidas tendientes a facilitar la provisión de medios y recursos necesarios para la actividad profesoral son causa de preocupación para directivos y autoridades, su atención propende a la disminución de las tensiones en el trabajo y conducen a reducir la despersonalización y mejorar los niveles de realización personal.

La prevención del agotamiento tiene gran relevancia en la planificación y ejecución de las actividades académicas. La intervención para disminuir los niveles de burnout de la planta docente universitaria puede evitar las consecuencias negativas que el síndrome de estar quemado tiene en el desempeño profesoral y, además, mejora las condiciones requeridas para el desarrollo eficiente de la enseñanza-aprendizaje en la universidad.

 

Referencias bibliográficas:

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  • Barrasa, Á., Gil, F., De la Osa, J., & Alcover, C. (2002). La gestión del conocimiento: tendencias y desarrollos en España. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 18(2-3), 319-342. Obtenido de http://www.redalyc.org/pdf/2313/231318274010.pdf
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  • Fernández Lamarra, N. (2014). Universidad, sociedad y conocimiento: reflexiones para el debate. Avaliação, 19(3), 663-687. Obtenido de http://www.scielo.br/pdf/aval/v19n3/08.pdf
  • Loureiro, S., Míguez, M., & Otegui, X. (2016). Desempeño docente en la enseñanza universitaria: análisis de las opiniones estudiantiles. Cuadernos de Investigación Educativa, 7(1), 55-67. doi:https://doi.org/10.18861/cied.2016.7.1.2576
  • Márquez Jiménez, A. (2010). Estudio comparativo de universidades mexicanas (ECUM): otra mirada a la realidad universitaria. Revista Iberoamericana de Educación Superior, 1(1), 148-156. doi:https://doi.org/10.22201/iisue.20072872e.2010.1.21
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  • Rodríguez Gómez, R. (2006). Rankings universitarios: ¿un oscuro objeto del deseo? Segunda parte. Campus Milenio(202). Obtenido de https://www.ses.unam.mx/publicaciones/articulos.php?proceso=visualiza&idart=96

 

Cómo citar este artículo:

PACHECO OLEA, Leónidas Augusto; PACHECO REYES, Belén; PACHECO OLEA, Fernando, (2019) “El trabajo universitario: Desempeño profesoral y el profesor quemado”, Pacarina del Sur [En línea], año 11, núm. 41, octubre-diciembre, 2019. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Sábado, 20 de Abril de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1805&catid=10