Pedro Zulen y Joaquín Capelo: Una Amistad Pro-Indígena[1]

Pedro Zulen and Joaquin Capelo: A Pro-Indigenous Friendship

Pedro Zulen e Joaquin Capelo: A Pró-Indígena Amizade

Nadia Milushka López Soncco[2]

RECIBIDO: 21-07-2015 APROBADO: 12-08-2015

 

La unidad de espíritu en ideales y tendencias nos
une y ese vínculo es duradero y quiera Dios,
resulte útil a la causa de la justicia y la libertad.

Carta de Joaquín Capelo a Pedro Zulen, 13 de diciembre de 1916[3]

Introducción

La correspondencia entre Pedro Zulen Aymar (1889-1925) y Joaquín Capelo (1857- 1928) dos intelectuales peruanos que pertenecieron a grupos generacionales distintos es de interés histórico. Primero, porque vivieron una sociedad de profundos cambios políticos, económicos, sociales y sus instituciones republicanas de las primeras décadas del siglo XX, ofreciendo así una interpretación de la sociedad en su conjunto y cómo esta se relacionaba con los sujetos dentro de la vida social (Gonzales 2010: 20). Segundo, porque la intensa actividad intelectual y política que ejercían permite reconstruir el contexto en el cual propiciaron sus ideas e influencia, convirtiéndose así en “una especie de catalizador” (Gonzales 2002:10).

El pensamiento de estos dos intelectuales peruanos tenía un “carácter multifacético” puesto que no existía la profesionalización propiamente dicha. Pedro Zulen, era filósofo pero interesado por la Historia, Sociología, Psicología y la Educación. El caso de Joaquín Capelo, es más notorio. Era de carrera ingeniero, pero se interesó por la Sociología y era considerado, en su época, uno de los mejores ensayistas del Perú. Los intelectuales gozaban de cierto prestigio ante las poblaciones donde estos ejercían influencia (Gonzales 2002: 20-21).

La amistad que ejercieron en las aulas de San Marcos derivó en acciones fecundas y concretas como la realización del Conversatorio en el “Centro Universitario” sobre el problema de la educación nacional que ponía al indio y su educación en el centro del debate. Esto fue el inicio de una gran experiencia que se inició en Lima con la fundación de la Asociación Pro-Indígena (1906-1916) que tenía como fin único la defensa del indígena frente al gamonalismo dominante y de una república que aún no los incluía dentro de un proyecto nacional.

Las cartas que intercambian muestran como en el siglo XX las amistades se constituían en proyectos personales y de grupo. Por otro lado, nos dan a conocer aquello tan valioso que guardan celosamente y que solo se confían a personas tan cercanas como la familia y amigos (Gonzales 2010: 115), develando así sus ansias, preocupaciones y anhelos más profundos.

 

Los inicios

Pedro S. Zulen (1889-1925) nació en Lima. Su padre fue Pedro Francisco Zulen, un comerciante chino, su madre Petronila Irene Aymar, una dama limeña de origen iqueño. Hizo sus estudios en el Colegio de Lima. En 1906 inicia sus estudios en la Universidad Mayor de San Marcos en la Facultad de Ciencias. Su profesor de “Teorías Analíticas Fundamentales” fue Joaquín Capelo que ya era conocido por su prédica en el senado peruano.

Joaquín Capelo (1857-1928) limeño. Estudio en la Escuela de Ingenieros de Lima recibiéndose como ingeniero civil en 1876. Se dedicó a la enseñanza (por más de veinte años) en Universidad San Marcos. Fue Director del Instituto Universitario durante los primeros años de la Guerra con Chile y luego colaboró en los trabajos de fortificación de Lima. Su dedicación a la vida política en el Senado, por más de diez años, lo hizo paralelo a su trabajo como educador.

En 1909 cuando se forma la Asociación Pro-Indígena en las aulas de la Universidad San Marcos de Lima, Joaquín Capelo era senador por Jauja y profesor de Pedro S. Zulen. Este conocía muy bien de su papel desempeñado en el Congreso de la República cuando denunciaba todo caso de explotación hacia los indígenas. Capelo no era el único que recibía estas denuncias en el Congreso, pero sí fue tal vez el único en asumir la defensa del indio con verdadera convicción.

Joaquín Capelo era considerado el “terror de los gobiernos”, ataco a todos sin medida, menos el gobierno de Nicolás de Piérola; su única arma, su palabra. Gustaba rodearse de jóvenes a quienes instruía con la elocuencia de su verbo. Era demócrata además por su pensamiento. Para Joaquín Capelo “sin de prensa, sin garantías individuales no hay dignidad ciudadana ni espíritu nacional, las dictaduras son sepulcros blanqueados…” (Alayza y Paz Soldán 1943: 102-103).

Sus últimos años en el parlamento no fueron de los más fructíferos. En el Gobierno del general Oscar R. Benavides (1914-1915) “su labor ministerial fue deslucida, infecunda, pobre; muy opuesta sin duda a la capacidad y a la preparación técnica de este ilustre ciudadano” (Benbenuto 1921: 50-55). Estando en el segundo gobierno de José Pardo y Barreda (1915-1919) lo nombran Jefe del cuerpo de Ingenieros Civiles, cargo que desempeña hasta el 4 de julio de 1919 fecha en la cual Augusto B. Leguía depone al presidente José Pardo. A partir de esa fecha se retira definitivamente de la política, viaja a New York y luego se va a radicar a Europa con su familia, primero Londres y finalmente París.

 

La correspondencia

Para la elaboración del presente trabajo, nos hemos valido de la correspondencia que se encuentra en el Archivo Pedro Zulen de la Biblioteca Nacional del Perú. Son 26 cartas obtenidas, en su mayoría escritas por Joaquín Capelo. A través de ellas, encontramos que ambos intelectuales comienzan a intercambiar cartas a partir de 1916 y se prolonga hasta 1923. Un hecho que lamentamos, es la poca preocupación que Pedro Zulen tenía por conservar sus cartas más íntimas que remitía a aquellas personas con quienes compartía amistad e ideales, como es el caso de Joaquín Capelo, probablemente estas cartas se han quedado en el archivo personal de su casa en París. Además, se puede comprobar que todas las cartas de Joaquín Capelo eran respondidas por Pedro Zulen, pues este hace mención de la fecha y del contenido de las cartas que leía. Así, junto con las que sí hemos encontrado podemos establecer y seguir el rastro de las actividades y motivaciones más profundas de Pedro Zulen.

Joaquín Capelo en 1912 publica en Madrid (España) bajo el seudónimo de “Ma. Th. Ph.” su novela titulada Los Menguados que es básicamente un panfleto político – social (Arroyo 2005: 57) que retrata claramente los males de la política y sociedad en la República Aristocrática. La novela cuenta la historia del Sr. Tomás Arrea, un agricultor de más de sesenta años,que se preocupa por el futuro de sus tres hijos. El primero se educa en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe, llega a ser un abogado notable y se une a un partido político que vela por asuntos de interés nacional. Sus otros hijos se dedican a las actividades agrícolas e industriales; entre tanto el personaje antagónico es el Sr. de la Estaquilla, que se dedica a usurpar terrenos de indígenas campesinos para entregárselos a aquellos que pagan abogados corruptos. Estos temas y otros son los mismos con los que venía luchando desde su juventud en la universidad y el senado.[4]

Pedro Zulen
Imagen 1. Pedro Zulen.
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Pedro Zulen, reconociendo la valía de esta obra y de su autor escribe desde Tarma un comentario en 1915 sobre Los Menguados[5]: “Este es el título sugestivo de una obra profundamente educadora, impresa en Madrid el año de 1912. Su autor ha querido quedar oculto bajo el seudónimo de Ma.Th.Ph., y lo sentimos por él, porque una obra de tanto aliento, de conocimiento tan hondo de los males sociales, de estilo tan ameno, ha podido honrar á cualquier escritor”. Luego de comentar algunos temas principales de la obra y de sus personajes, en uno de sus últimos párrafos concluye Pedro Zulen: “No somos literatos, pero sentimos las palpitaciones de los corazones nobles; no tenemos la preparación necesaria para comentar una obra tan fecunda en conocimientos de psicología y sociología; mas el hecho de no haber sido presentada al público por nadie, nos ha movido á exteriorizar nuestro juicio sobre el libro de tanto mérito”.Sobre este asunto, Joaquín Capelo envía una carta a Pedro Zulen el 13 de diciembre de 1916: “Va usted haciendo de “Los menguados” propaganda muy eficaz y de ellos es testimonio el asilo muy honroso que les hado Ud. en esas bibliotecas mundiales como las de Washington, New. Es Ud. un amigo muy sincero y muy noble. Está Ud. muy correspondido de mi parte”.

El 4 de marzo de 1917 Capelo se encontraba en el Departamento de Puno, provincia de Chucuito. Estando allí escribe una carta a Pedro Zulen donde le recomienda no dedicar tiempo a trabajar ni mucho en leer y escribir. Los amigos de Pedro Zulen, aquellos que formó cuando fue secretario de la Asociación Pro-Indígena le escribían sobre la situación del movimiento indigenista del Sur. Estos fueron algunos de los delegados de la Asociación Pro Indígena como Chuquihuanca Ayulo y Modesto Málaga. Joaquín Capelo se expresaba así sobre estas cartas: “Pero la lectura de ellas y las contestaciones de Ud. deban ser lo mas rápido y lo mas cortas, dejando sin respuesta inmediata las [ilegible], para repartir la tarea y no escribir mas de una carta por semana y muy corta”. Joaquín Capelo concluye sobre este asunto para Zulen el 5 de enero de 1917: “debe Ud. prescindir de ese propósito simple y noble. Ni el bachillerato ni la enseñanza. Esa es la opinión de su amigo que desea antes que nada la confirmación de su salud y le dolería mucho ver perderse en pocos días las conquistas de un año”.

El 18 de julio de 1918 Pedro Zulen escribe una carta a Joaquín Capelo donde dice que le manda “dos impresos de Jauja con su discurso en Concepción su (ilegible) en el periódico (ilegible) de Jauja”.De esta forma Joaquín Capelo se enteraba que Pedro Zulen se encontraba “en plena actividad”, que eso significaba que estaba “sano intensamente” y que era “capaz de desafiar todos los poderes”. Pero por otro lado, expresaba su preocupación: “Yo admiro a Usted y me duele verlo en esa senda de lucha y peligro incesante, sin salud por lo menos…”. En esta misma carta del 18 de julio de 1918, Joaquín Capelo le expresa su inconformidad no solo porque sus actividades afectan su resquebrajada salud, sino porque su lucha era en vano o para otros tiempos. Según Joaquín Capelo, la tarea emprendida por Pedro Zulen en provincia era un sacrifico “que no me lo explico en modo alguno”. Para cuando Joaquín Capelo responde la carta ya había leído tanto el discurso como el artículo periodístico que le había mandado Pedro Zulen. Al respecto decía que la población de Jauja y Concepción eran opuestas. Jauja era el lugar donde Pedro Zulen estaba residiendo para aligerar su problema de salud, y por lo tanto, Capelo creía que no debía “ponerse en contra de esa población donde ve vivir y vivirá todavía”.

El 1 de julio de 1918, Capelo responde una carta que Pedro Zulen le envía el 23 de junio donde este último manifiesta sus deseos de expresar “sus convicciones de ayer y de siempre”. En efecto, Capelo dice: “Por lo mismo que sus convicciones son hermosas y deseo de su triunfo, por lo mismo deseo asegurar al sujeto primero que nada”.

Pedro Zulen escribe a Joaquín Capelo desde Jauja el 23 de julio de 1918 donde expone claramente que los problemas del país se deben a que los hombres no se atreven a luchar contra ellos porque han entrado en un conformismo. Entonces dice: “la generación que salve á este remedo de nación, tiene que ser una generación rebelde, altiva, amante de la verdad y de la justicia, con la función del patriotismo y aureola de las heroicidades […]”. De alguna manera se lo decía al mismo Joaquín Capelo, pues este ya se había retirado definitivamente de la política peruana y expresaba un desencanto desmoralizador frente a los males generacionales del país. Pedro Zulen, seguía más contundente en su carta: “Una generación opocacada y calculista, sin otra aspiración que el acomodo, jamás podrá salvar á este país.”

Entre las cartas que leímos podemos conocer que ambos intelectuales y amigos, como es común, intercambiaban libros. Así escribe Joaquín Capelo el 30 de abril de 1918: “me pide Ud. dos libros suyos que tengo en mi librería. Por ahora no puedo enseñárselos porque mi casa está alquilada”. De esta carta se deduce que Joaquín Capelo está en preparativos de mudanza para su posterior viaje al extranjero. En otra oportunidad, Joaquín Capelo envía misiva el 12 de octubre de 1923 desde París, anunciando que ha publicado un libro denominado “Del Conocimiento” que había elaborado hace buen tiempo cuando estaba en Lima y que lo había traído para su impresión en su estancia por Europa. Joaquín Capelo envía un ejemplar a su amigo en Lima y afirma que este es un trabajo que resume “mis pensamientos propios de muchos años”. Pero además Pedro Zulen tenía conocimiento de la publicación, seguramente por algunos periódicos de la capital.

Pedro Zulen en su carta del 23 de agosto de 1918 comunica a Capelo sobre la “salvación de Alemania, Turquia é Italia y Mexijo” y Capelo responde el 1 de agosto de 1918: “veo que esta Ud. en plena batalla como si estuvieses bien de salud. Si su sacrificio tuviese finalidad expectativa podría aceptarse, pero sin posibilidad de alcanzar fin es un dolor”.

La carta del 8 de marzo de 1919 escrita por Joaquín Capelo indica que Pedro Zulen (estando en Jauja) manda una carta a Joaquín Capelo donde le envía tres recortes; por lo que continúa de la carta podemos suponer que dos de ellos son los siguientes: “Proclamación de la candidatura de don Pedro S. Zulen a una diputación suplente por Jauja”[6] y “Don Luis Ulloa”[7].Con el primero de ellos, Joaquín Capelo toma noticia de la candidatura como diputado de su amigo y de su estado de salud que parecía estar mejorando pues para lograr tales fines el esfuerzo era constante. Pero también, el senador de la República deja entender, en esta misma carta, que “como se trata de mi suplencia, no está próximo su ingreso á la cámara para tomar parte en la lucha que mirme sus fuerzas escasas, todavía no debo pues alarmarme y más bien deseo su triunfo del ideal”.

El segundo recorte periodístico es un escrito que hace Pedro Zulen como homenaje al historiador Luis Ulloa a quien “tuvo motivos de conocerlo bien”. Es cierto, lo conoció bien; existió una cierta relación por intereses comunes, ambos estaban interesados en estudiar y comprender el problema indígena, obviamente desde distintos puntos de vista. Luis Ulloa en un artículo presentado en La Prensa de 1912[8] atribuía, según Pedro Zulen, conceptos equivocados sobre la Asociación Pro-Indígena como este, por ejemplo: “¿es cierto, según repetidas veces lo han afirmado y afirman muchos de los defensores del indio y según parecen cierto los más abnegados y tenaces apóstoles de la entusiasta y activa “Sociedad Pró Indígena” que el actual estado de la postración social, de abatimiento económico, de abandono legal, de relajación moral del indio peruano, proviene por entero de su contacto y choque con la raza blanca á partir de la raza española?”. Para aclarar este asunto, Pedro Zulen envía una carta a Luis Ulloa el día 24 de enero de 1912 donde afirma: “Hay un error al atribuirnos-según parece darlo á entender Ud. el que la raza blanca sea sola causante del actual estado social de la población aborigen, y que no sea, como Ud. lo asienta, la misma organización incásica la que merezca igual ó peor acusación. En esto, cada miembro de la Pro- Indígena puede tener ó tiene sus ideas particulares, teóricas, pero en nada se oponen ni tienen qué ver con el fin general, concreto, de la Sociedad y su labor […]”.

Si bien, Pedro Zulen saludaba el hecho de que hombres como Ulloa de “su ilustración y talento” se interesaran y discutieran temas que había motivado la Asociación Pro-Indígena en el escenario político y académico, no podía aceptar que se difundiera una mentira al decir que la Asociación Pro-Indígena en su propósito de defender al indio de sus opresores estaría formando dos patrias, es decir fomentando el odio y la división entre ciudadanos. Así sentenciaba Pedro Zulen: “No nos atribuya, pues, tampoco, distinguido amigo, que queramos hacer una colectividad distinta de la colectividad no aborigen; precisamente, perseguimos todo lo contrario: que sean iguales todos, indios y no indios, como lo establecen la constitución y las leyes de la República”.

En 1918 Pedro Zulen en su estancia por Jauja pronuncia dos discursos; el primero fue “Socialismo y el problema social peruano”[9] y el segundo se llamó “Discurso en la plaza de Concepción”,[10] por ese mismo tiempose le había pedido que preparara otro. El día 20 de junio Joaquín Capelo responde su carta con las mismas preocupaciones de siempre a lo que Zulen responde el día 23 haciendo notar su extrañeza a lo leído referido a la preparación de un discurso “pues parece significar que no debo en absoluto expresar mis convicciones de ayer y de siempre”. Pedro Zulen continúa y dice que un discurso no lo volvería completamente a la actividad intelectual y política con la misma intensidad de años anteriores[11], si su salud le permitiese continuar lo hubiera hecho pues “las ideas de regeneración nacional no son en mí cosas frías sino que forman parte de mis sentimientos”. La gran amistad que los unía le permitía escribirle con franqueza y dureza en ocasiones a Joaquín Capelo pues Pedro Zulen no podía comprender como un hombre de mundo, de una sensibilidad humana y un alto espíritu con quien “he sentido las fruiciones de siete años de lucha por la libertad y la justicia” le pidiera que dejara lo que hasta ese momento abrazaba con todo entusiasmo, a pesar de su debilitada salud.

Sus viajes al interior del país, según tenemos referencia, fueron en dos momentos. El primero lo realizó en 1915, siendo secretario de la Asociación Pro-Indígena. Fue un viaje de estudios por Arequipa, Puno y Cuzco del cual regresa a finales de febrero[12]. Este viaje le sirvió para verificar los avances, pero sobre todo para sostener que el indígena es el conductor de su propia lucha y que nada podríamos esperar de las autoridades corruptas y serviles. Más adelante, alega que es necesaria su educación, su trabajo y la obediencia a sus deberes de ciudadano para lograr su redención. Así lo sostuvo en su Discurso a los indios de Chucuito[13]: “El día de la victoria no está lejano. Si hoy la frase “No hay justicia” acude á cada instante á vuestros labios, no se debe desesperar por eso. El día que la libertad y la justicia triunfen, entonces veréis á vuestros pies á los mismos que hoy os vejan, que hoy os arrebatan vuestro patriotismo. Ese día este suelo será de vosotros solos, como lo fue antes, y por tal motivo á vosotros también toca hacerlo grande, porque sólo así podrá surgir la nación que anhelamos, y entonces todos podremos decir ¡Viva el Perú, el Perú regenerado por sus indios!”.

Su segundo viaje fue a la ciudad de Jauja en 1918, el cual emprendió por cuestiones de salud. En el discurso que pronunció a los indígenas de la zona, sentenciaba: “Porque el problema social peruano no está en el proletariado de Lima y Callao o alguna otra ciudad de nuestro país; está aquí, en el verdadero Perú que no es Lima, está en las haciendas y en las minas, donde el empresario amasa su riqueza con la sangre y sudor de los infelices”[14]. Jauja representa un espacio vital para la recuperación de su salud; además, su cercanía a Lima y a la vez de las comunidades campesina propició, entre los jóvenes de conciencia honrada e ideas renovadoras, un clima favorable para el conocimiento de una realidad explotadora para los indígenas esclavizadas con el sistema de enganche (Leibner 1997: 38).

En 1919 Pedro Zulen, apoyado por la juventud de Jauja, realiza campaña para una diputación suplente. También por esas fechas participa en una conferencia en la comunidad de Marcos, el 1º de mayo en 1919 donde expresa con más claridad el deseo de que el indígena luche por su propia emancipación. La historiografía ha tomado este hecho como “verdadero llamamiento a la rebeldía” y el inicio de su radicalismo (Arroyo 2005: 80). A causa de esta conferencia fue llevado a la cárcel por cinco días.

En la carta del 6 de junio de 1919 tomamos noticia de que Pedro Zulen es detenido y puesto en prisión. El padre de Pedro Zulen envía un telegrama escrito por la hermana y de esa forma Joaquín Capelo se entera que la orden de apresar a Pedro Zulen venía desde Lima. Joaquín Capelo se informa a través del policía magistrado de la Dirección de Gobierno, el Sr. Bastida que la orden no venía de Lima; después de dos días es informado por el subprefecto que la causa de la prisión era por haberse declarado socialista, lo cual significaba una amenaza. El mismo telegrama de su hermana fue llevado al presidente y con ayuda del Director de policía del gobierno se dio la orden de libertad. Ambas autoridades estuvieron de acuerdo con la liberación inmediata de Pedro Zulen. Capelo cuenta también que “ha facilitado el resultado obtenido los artículos a favor de Ud. que publicaron La Crónica y La Razón en sección oficial y el concepto que en esos periódicos se dijo de su persona”. En el primer periódico escribió Julio César Tello, quien por entonces ejercía actividad como diputado.

Joaquín Capelo
Imagen 2. Joaquín Capelo
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Tanto Pedro Zulen como Joaquín Capelo habían comprendido que esta intervención tan absurda, contra la libertad personal escondía un interés político. “Veo que Ud. en su carta se dio cuenta exacta y fácil de lo sucedido, y para mí es un hecho que el miedo en las autoridades inferiores y el interés electoral en sus contrarios ha formado todo el lio”. Y es que Pedro Zulen representaba hasta el momento un intelectual crítico del Estado y sus instituciones, que había preparado toda una campaña en contra del centralismo y que además se vinculaba con las masas populares en las provincias haciendo uso de un discurso socialista. En carta del 10 de junio de 1919, Pedro Zulen le cuenta a su amigo que ya se encuentra libre y que SS. Villaran y Barreda también abogaron a su favor, lo cual alegra a Joaquín Capelo.

 

Zulen y la Universidad de Harvard

Después de haber concluido el proyecto de formación de la Liga Nacional Descentralista del movimiento regionalista del Sur, bajo la creación y dirección del periódico La Autonomía (entre julio y diciembre de 1915) viaja por primera vez a Nueva York para estudiar en la Universidad de Harvard. Estando allí tuvo que regresar por motivos de salud y se instaló por un breve tiempo en Chosica. El día 30 de diciembre de 1917, Pedro Zulen vuelve a escribir a Joaquín Capelo diciendo que su estancia en Chosica le ha mostrado mejoría en su salud. También anuncia su interés por licenciarse en la Facultad de letras de San Marcos y dedicarse a la enseñanza en Jauja. Capelo muestra su preocupación en la carta del 5 de enero de 1917: “Efectivamente, recibirse de bachiller en Letras significa trasladarse a Lima y entrar en una labor de estudio que Ud. no solo haría como todo sino muy encima de lo que hacen todos y en ello echaría por tierra en 15 días todo lo ganado en un año.

Para Joaquín Capelo lo más ideal para la salud de Pedro Zulen era “ni el bachillerato ni la enseñanza” sino el reposo absoluto; conocía bien a su amigo y entendía que el bachillerato y la enseñanza en Jauja lo involucrarían más en la contienda social y política que tanto le preocupaban. Joaquín Capelo no se equivocaba. Cuando Pedro Zulen se traslada a Jauja se vincula con gremios de obreros como la “Asociación obrera” y como maestro en la Escuela Fiscal Nº 5002 se relaciona con la liga de maestros de primera enseñanza.

Pedro Zulen en 1919 consigue el grado de bachiller en Letras con la tesis de filosofía Bosquejo de una interpretación y una crítica de la filosofía de Bergson. En agosto del mismo año, viaja por segunda vez, a Estados Unidos donde estudia referente a organización de bibliotecas. Después de un año de residencia, Pedro Zulen comentaba a su amigo la difícil situación por la que atravesaba por cuestiones económicas. En una carta del día 16 de octubre de 1921 insiste en contarle su delicada situación. Con el problema económico a cuestas y no teniendo ninguna ayuda del gobierno peruano, Pedro Zulen se dedica a dictar clases particulares de castellano, en efecto desde Cambridge el 13 de enero de 1922 el señor. A. f. Curtis escribe a su profesor, Pedro Zulen: “Ahora que los obstáculos se disipan y estoy libre á seguir mi intención. Pues si le es conveniente, iré a su casa el lunes que viene”.

En la carta del 28 de enero de 1922, Pedro Zulen da noticias de su buena salud pero continúa con el problema económico. En una carta posterior del día 18 de julio, Pedro Zulen insiste en su difícil situación. Joaquín Capelo contesta la misiva el 24 de julio y dice que “creímos fácil encontrar allí trabajo remunerado”, continúa afirmando que Estados Unidos también está en crisis y que es mejor que Pedro Zulen esté en su patria y con su familia.

Pedro Zulen no solo recurrió al apoyo de Joaquín Capelo, también busco a otro amigo, Julio C. Tello. Su carta del 11 de abril de 1922, dirigida al Director del Museo de Arqueología y Etnología de la universidad de San Marcos fue para pedirle su apoyo para gestionar su pensión y los gastos de viaje de regreso. Tello responde su carta, el 3 de junio y afirma que buscó en una oportunidad, en los primeros días de abril, luego lo hizo después de su carta, asegurando que el gobierno atenderá en la brevedad su pedido. El 24 de junio de 1922 Pedro Zulen le escribe al cónsul pidiendo que solucione el problema de su estancia en New York, pues no le envían su pasaje de regreso y tampoco para pagar sus gastos de estancia. Según la carta de Joaquín Capelo del día 3 de noviembre de 1922 para el 24 de setiembre del mismo año, Pedro Zulen se encontraba en un barco rumbo al Callao (Lima).

 

El Pensamiento

Joaquín Capelo, estaba imbuido de la sociología de su época, una ciencia que despertaba en él sus deseos de organizar la ciudad para que sirviera al mejor desenvolvimiento de sus habitantes. Se había familiarizado con las lecturas de Emile Durkheim (1858-1917), sociólogo francés. Su conocimiento en la ciencia sociológica y nuestra realidad social le había permitido en sus años más maduros darse cuenta de algunos errores de su juventud. Había creído que el individuo estaba sobre un pilar frente a la colectividad. Creía que los políticos, preparados, notables podían lograr revertir y solucionar los problemas del país. Por lo menos creyó en él e hizo hablar y actuar a ese individuo. Pero no vio la misma entrega en otros parlamentarios. Así le escribía a Pedro Zulen desde París el 3 de octubre de 1921:“Yo miro el mundo con luz distinta que en mis años de lucha y ahora creo que el individuo es nada y la colectividad todo y que en el mundo con todos y con cada uno pero que es independiente de toda acción individual determinada, por manera creyendo en el progreso y en el bien, las considero obligados y necesarios productos de la colectividad”.

Si bien es cierto desde los años en que formaron su amistad los unía sus deseos por la justicia y libertad en el Perú, en los años posteriores a la desintegración de la Asociación Pro-Indígena, los sueños y pensamientos de los dos van asumiendo nuevos rumbos y nuevos retos. En esta última etapa en Joaquín Capelo se evidencia más sus pesares por el futuro del país mientras que Pedro Zulen se encuentra en una lucha frente a su enfermedad que no le quita el aliento, sino por el contrario, lo anima a seguir con sus ideales más profundos.

Creemos que estas noticias que recibía de las cartas que se intercambiaban le preocupaban mucho a Joaquín Capelo pues las actividades a que se dedicaba su joven amigo lo podían devolver nuevamente a sus dolencias de salud. Y también fue motivo para que escribiera en sus cartas los errores e ilusiones de su pensamiento. En efecto dice desde París el 3 de noviembre de 1922: “Veo también que tiene Ud. [ilegible] viajes muy largos en la cosa pública hasta fundar una logia para cambiar el medio moral. Sueños mi querido, sueños solamente”.

Pedro Zulen creía que el individuo y su capacidad eran suficientes para lograr la redención del indio, para buscar y sostener una sociedad más justa. Por el contrario Joaquín Capelo creía que la colectividad debería fermentarse en grandes cantidades. La colectividad debía adquirir ciertas proporciones para lograr el cambio. El Perú estaba muy lejos de lograr una colectividad es decir una integración de los hombres y para los hombres por la búsqueda de una unidad social y un bien común; según él, esto llegaría cuando cada hombre este consciente de integrarlo y luchar por lo que busca. Mientras Pedro Zulen se afirmaba en que el indio debía buscar por sus propias manos su redención toda vez que las autoridades no mostraban ningún interés por concedérselos, Joaquín Capelo, por su parte, a su avanzada edad y la experiencia de su vida, que más desengaños le había traído, había comprendido que para lograr acabar con todo tipo de abuso al indígena era vital la formación de una nación que todavía no existía y que esta nación conduciría que las leyes pongan en la práctica lo que el pueblo decidiera. En efecto decía en la carta del 18 de julio de 1918: “…la nacionalidad no se ha formado, ni pueblo siquiera existe todavía, mucho menos nación”. Joaquín Capelo, por una parte, llegaba a esta conclusión ya que a través de sus años como senador y denunciante de las vejaciones a que eran sometidos tanto obreros como indígenas, creía que la situación era la misma, que sus esfuerzos individuales por crear leyes no eran suficientes.

Pedro Zulen
Imagen 3. Pedro Zulen
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Por otra parte, su conocimiento de la estructura social del país, lo había llevado a pensar que los ideales de Pedro Zulen eran imposibles, pues un grupo poderoso y pequeño con una organización muy fuerte, eran los verdaderos dueños del país. De esta forma veía que esa realidad no iba a cambiar. Así escribe en la carta de 18 de jul-io de 1918: “Un grupo de familias son los dueños absolutos de este país y lo serán muchos años todavía sin control alguno, están habituadas a triturar lo que se oponga a su camino […]”. El contexto en el cual Capelo formula estas palabras contrarias al ideario de Zulen es el del Oncenio de Leguía. Su gobierno no mostró verdadero interés por cambiar el problema de los sectores populares, entre ellos, el del indígena: “[…] Leguía dictó diversas medidas que parcialmente respondían a las exigencias populares y de los sectores medios, con la expresa finalidad de atraerse el respaldo de dichas clases y, al mismo tiempo, neutralizar su actividad política independiente” (Cotler 1992: 187). La llegada de Leguía al poder influyo en la formación de su pensamiento.

En la carta del 16 de octubre de 1921 Pedro Zulen escribe a Joaquín Capelo, entre otras cosas, que se encontraba en la preparación de un libro. Probablemente el libro a que alude sea “Gamonalismo y centralismo” cuyo contenido serían artículos periodísticos y discursos. Algunos de estos eran Discurso a los indios de Chucuito, Discurso en la romería de concepción, Pedantería y charlatanismo universitario, La bancarrota, Discurso a los indígenas de Marco, Alrededor de la historia nacional, El Perú en su primera centuria republicana. Por la respuesta que da Joaquín Capelo, desde Paris, a esa carta el 4 de noviembre, Pedro Zulen, no solo pensaba en reunir sus trabajos sobre el tema sino que también se animaría a escribir nuevos trabajos, así escribe: “pues ahora mismo acomete la empresa de escribir un libro de mucho aliento”.

En la carta desde el centro de Francia (Vichi) el 24 de julio de 1922, Joaquín Capelo escribe sobre las comunidades indígenas a Pedro Zulen: “Estamos conformes en que es estúpido querer destruir las comunidades indígenas y creo que el estudio de que Ud. me habla será útil y puede dar a Ud, valiosamente moral y provecho real económico”. Lamentablemente no se tiene la carta anterior donde Pedro Zulen comenta sus ideas sobre las comunidades indígenas. Según los estudios dedicados al tema, Joaquín Capelo era de un pensamiento tutelar al afirmar la necesidad que el indígena tenga su propia propiedad familiar pero que el Estado les diera las garantías correspondientes para el desarrollo de una agricultura eficiente (Lynch 1979: XVI-XVII). Por otro lado, Pedro Zulen, fue más radical al plantear la destrucción del latifundio y una revolución agraria: “Una revolución que cambie radicalmente, este estado de cosas, tendrá que ser una revolución agraria que logre la subdivisión de las haciendas para que no haya ninguna familia peruana sin su lote de terreno propio, aunque reducido pero indiviso, inembargable y siempre heredado dentro de su seno. Así, no faltara nunca, a nadie de lograr su pan. ¡Destruyamos el Latifundio! ¡He aquí el lema de la futura revolución social peruana!” Zulen (1915).

Un incidente ocurrido en la publicación del Deber Pro Indígena (1912- 1917) obligó a Joaquín Capelo dejar su cargo como Presidente y miembro del Comité de la Asociación Pro-Indígena. En la carta de mayo 8 de 1916 comunica su renuncia irrevocable, pero seguidamente, en la carta del 13 de mayo, Pedro Zulen le informa que el Comité Central reunido en sesión extraordinaria estima “que son muy importantes los servicios que al frente de dichos cargos ha hecho Ud. en beneficio de nuestra institución y por el logro de sus fines, de modo que su separación dejaría un vacío difícil de llenar”.

Es probable que el retiro de Joaquín Capelo de la Presidencia de la Asociación Pro Indígena se debiera, como dice Domingo A. Verástegui en una carta dirigida a Pedro Zulen el 2 de junio de 1916, por “la pobre actuación de esta escritora en los últimos artículos que usted conoce” y es que siendo Capelo, amigo de Pedro Zulen no podía permitir el escándalo que Dora Mayer había hecho confesando públicamente el amor no correspondido del joven filósofo (Leibner 1997: 38).

 

Reflexiones finales

Las cartas como fuente que acompaña una investigación son valiosas desde el punto de vista histórico porque muestran el lado más íntimo y los momentos previos de la divulgación de sus ideas. Pedro Zulen y Joaquín Capelo como intelectuales ejercen influencia en la vida social y cultural en un contexto de profundos cambios. En el panorama peruano de inicios de siglo XX existe un interés, entre los intelectuales de clase media, en cuestionar la situación del indígena ante una República incipiente; un gamonalismo y sistema de enganche que estaba en su máxima expresión y unas leyes en defensa del indio que fueron solo simples declaraciones.

Las idas y vueltas de la correspondencia nos revelan dos asuntos importantes, el problema de salud de Pedro Zulen y el problema económico. Sobre el primero, para Capelo eran valiosos los aportes de Pedro Zulen en el campo intelectual y sobre todo su labor indigenista; consideraba que primero debía conservar al individuo puesto que de nada servía tanto esfuerzo sino vivía para concretar sus ideales. En materia económica, Pedro Zulen pasó buena parte de su juventud sin un trabajo; solo al regreso de su segundo viaje y gracias a la influencia de sus amigos logró una cierta estabilidad económica cuando trabajó en la organización de la biblioteca de San Marcos.

Los años alejados del trabajo en la Asociación Pro-indígena los condujeron a tomar decisiones y caminos distintos. Joaquín Capelo se retiró de la política probablemente porque perdió las esperanzas de algún posible cambio en el Perú que era conducido por un grupo social poderoso que no permitía la formación de la nación. Por el contrario, en Pedro S. Zulen los movimientos y organizaciones indígenas del interior del país aceleraron en él el surgimiento de un pensamiento socialista.

 

ANEXOS

Lima, 13 de mayo de 1916

Señor doctor don Joaquín Capelo.

                                   Presente.

Muy distinguido señor y amigo:

El comité Central Directivo de la Asociación Pro Indígena, reunido hoy en sesión extraordinaria, me encarga expresar á Ud. el sentimiento con que ha visto la renuncia de los cargos de Presidente y miembro del Comité, que se ha servido Ud, hacer con el carácter de irrevocable.

            Estima el Comité Central que son muy importantes los servicios que al frente de dichos cargos ha hecho Ud. en beneficio de nuestra institución y por el logro de sus fines, de modo que su separación dejaría un vacío difícil de llenar. Allanadas, por otro lado, las dificultades de orden interior que motivaron su renuncia, el Comité le suplica (a) (de) digno Ud. retirar dicha renuncia y hacerse cargo nuevamente de la Presidencia de la Institución.

            Con las mayores consideraciones me suscribo de Ud. muy atte, amigo y digno servidor.

Pedro S. Zulen

 

 

Jauja, Junio 23 de 1918.

Sr. Dr. D. Joaquín Capelo,

                                   Lima.

Estimado doctor y amigo:

            No puedo dejar pasar sin observaciónlo que Ud. me dice en su atenta del 20, pues parece significar que no debe en absoluto expresar mis convicciones de ayer y de siempre. Esto caería bien si mi estado de salud no lo permitiese, pero ello no sucede así. Pronunciar un discurso como el que se me pide no quiere decir volver á engolfarme en mis trabajos que ojalá pudiera ocuparme de ellos y con la misma fuerza de antes, pues las ideas de regeneración nacional no son en mí cosas frías sino que forman parte de mis sentimientos.

            Yo creo que una persona con la cual hesentido las fruiciones de siete años de lucha por la libertad y la justicia, no debe decirme por ningún motivo: “siento esos vuelos y le encaresco los deje por entero”.

            Perdone esta pequeña reflexión de su amigo, que acaso no pueda serla para los que tienen mas mundo, como Ud.., á quien respeto.

                                                                                  Muy suyo

Pedro Zulen

 

 

Jauja, julio de 1918

Sr. Dr. D. Joaquín Capelo

Lima

Estimado doctor y amigo:

Su carta del 18 motivada por los impresos que le remití, me ha dado gusto antes que haberme contrariado como Ud. pudo pensarlo. Reconozco la verdad de sus reflexiones, pero también creo que los males del país se deben á ése conformismo, á esa complicidad para no detenerlos. La generación que salve á este remedo de nación, tiene que ser una generación rebelde, altiva, amante de la verdad y de la justicia, con la unción del patriotismo y la aureola de las heroicidades, como la Joven Alemania, la Joven Turquía, la Italia de Mazzinió los revolucionarios de Méjico. Una generación opacacada y calculista, sin otra aspiración que el acomodo, jamás podrá salvar á este país. Estos mismos puntos los vuelvo á tratar en un artículo que saldría el 28 en Lima, en “La Crónica”, si es que lo publica; artículo que se va á publicar también aquí, en Huancayo, en el Cerro, en Arequipa y en el Cuzco. Yo tendré el buen cuidado de mandárselo de acá.

                       Siempre muy suyo,

Pedro S. Zulen

 

 

Vichi, 24 de julio de 1922

Señor Pedro S. Zulen

            Mi querido amigo

            Su carta del 18 del pasado la recibí aquí, pasado mañana estaré en París, de regreso de aquí, para seguir á España después de unos 20 días de guardar en Paris. S. Y uds. donde esta, debe ser en el Perú. Mucho me alegraré de eso, pues veo con dolor que no lo pasa ud. bien allí y que no es [uno] creimos fácil encontrar allí trabajo remunerado, también en esa hay crisis económica y mucho cuenta es hallarse en la patria y al lado de los suyos. Dice ud. que en el año ha hecho todo mucho y da por bien sufrido lo sufrido; pero yo digo, mejor hubiera sido lograr todo eso sin sufrir y solo con Cristo prelución en las finalidades hubo podido lograr ese resultado. Dios sin embargo dispone las cosas de otro modo y ud. por lo menos tiene la ventaja de poseer el inglés en toda forma y eso es valioso en todo orbe, por ello sí debo felicitarlo. Por mi parte en lo escrito domino el ingles y el francés pero no hablo ni entiendo nada de uno ni otro. Del alemán conozco algo y cultivo ese estudio, no aspirando sino poderlo traducir aunque sea con ayuda de diccionario.

Así me distraeré pudiendo leer algo original en lo poco de vida que queda. En cuanto a hacer ó ser, absolutamente pretendo ni lo uno ni lo otro; y lo que he conocido de estos mundos no ha alterado en mí el concepto que tengo de la vida ni en un apice; solo puedo decirle que nada encuentro de nuevo, sino la corrupción y la miseria en la extensión que abraza.

            Estamos conformes en que es estúpido querer destruir las comunidades indígenas y creo que el estudio de que Ud. me habla será útil y puede dar a ud. valiosamente moral y probecho real económico. Lo deseo mucho.

            Sobre la influencia de Washington nunca me hice ilusiones en lo más mínimo, y á jusgar por las motivaciones, parece que ese asunto ha sido ya terminado; no se en que términos, pero esa terminación me ha alarmado mucho, pronto sabremos á que atenernos.

            Deseando pronta mejoría en la salud de su papa y buen arreglo de su situación y regreso al Perú, y con saludos de mi señora le envía un estrecho abrazo su amigo muy suyo.

Capelo

 

 

Vichi, 24 de Julio de 1922

Señor Pedro S. Zulen

            Mi querido amigo:

Su carta del 18 del pasado la recibí aquí, pasado mañana estaré en París, de regreso de aquí, para seguir á España después de unos 20 días de guardar en París. S. Y uds. donde esta, debe ser en el Perú. Mucho me alegraré de eso, pues veo con dolor que no lo pasa ud, bien allí y que no es (…) creimos fácil encontrar allí trabajo remunerado, también en esa hay crisis económica y mucho cuenta es hallarse en la patria y al lado de los suyos. Dice ud. que en el año ha hecho todo mucho y da por bien sufrido; pero yo digo, mejor hubiera sido lograr todo eso sin sufrir y solo con Cristo prelución en las finalidades hubo podido lograr ese resultado. Dios sin embargo dispone las cosas de otro modo y ud. por lo menos tiene la ventaja de poseer el inglés en toda forma y eso es valioso en todo orden, por ello sí debo felicitarlo. Por mi parte en lo escrito domino el ingles y el francés pero no hablo ni entiendo nada de uno ni otro. Del alemán conozco algo y cultivo ese estudio, no aspirando sino poderlo traducir aunque sea con ayuda de diccionario.

Así me distraeré pudiendo leer algo original en lo poco de vida que queda. En cuanto á hacer ó ser absolutamente pretendo ni lo uno ni lo otro; y lo que he conocido de estos mundos, no ha alterado en mi el concepto que tengo de la vida ni en un apice; solo puedo decirle que nada encuentro de nuevo, sino la corrupción y la miseria en la extensión que abraza.

            Estamos conformes en que es estúpido querer destruir las comunidades indígenas y creo que el estudio de que ud. me habla será sutil y puede dar á ud. valiosamente moral y probecho real económico. Lo deseo mucho.

            Sobre la influencia de Washington nunca me hace ilusiones en lo más mínimo, y á jusgar por las motivaciones, parece que ese asunto ha sido ya terminado; no se en que términos, pero esa terminación me ha alarmado mucho, pronto sabremos á que atenernos.

            Deseando pronta mejoría en la salud de su papá y buen arreglo de sus situación y regreso al Perú, y con saludos de mi señora le envía un estrecho abrazo su amigo muy suyo.

Capelo

 

 

Notas:

[1] Ponencia preparada para el II Simposio La inmigración china al Perú. Homenaje a Don Emilio Choy Ma. Organizado por la Asociación Peruano China, el Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Instituto Confucio de la Universidad Ricardo Palma los días 17 y 18 de octubre del año 2013 con el nombre de La Correspondencia entre Pedro Zulen y Joaquín Capelo. Agradezco los comentarios y sugerencias de Wilfredo Kapsoli, Ricardo Portocarrero y Guillermo Fernández.

[2] Bachiller en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ponente en diferentes eventos nacionales. Diplomada en Especialización de la Enseñanza de las Ciencias Sociales por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

[3] Carta obtenida por Narda Henríquez Ayín en el Archivo Zulen de la Biblioteca Nacional. Tomado el 09 de Setiembre del 2013 a las 18: 00 pm. http://sisbib.unmsm.edu.pe/exposiciones/pzulen/personajes/Capelo.htm.

[4]

[5]Biblioteca Nacional del Perú. Archivo Pedro Zulen (Documentación personal de Pedro Zulen).

[6] Biblioteca Nacional de Perú. Archivo Pedro Zulen. El Eco de Junín Marzo 1, 1919 (publicado como hoja suelta en Jauja y reproducida en La Evolución de Huancayo, Marzo 8 de 1919)

[7] Publicado en La Evolución de Huancayo, febrero de 1919. Luis Ulloa, historiador limeño, director del periódico El Liberal y fundador del Partido Socialista Peruano, el cual Zulen rechaza.

[8] El Problema del Indio I. Conceptos generales. La Prensa, 22 de enero de 1912. Según el autor, este sería el primero de más estudios.

[9] Discurso pronunciado en Jauja el 1° de mayo de 1918. Publicado en La Evolución de Huancayo del 7 de mayo de 1918.

[10] Discurso pronunciado el 9 de junio de 1918. Publicado en La Evolución de Huancayo del 10 de Julio de 1918

[11] Podríamos referirnos a los años arduos en la Asociación Pro-Indígena y la lucha del movimiento regionalista del Sur que ejecutó con el periódico La Autonomía cuya dirección tuvo a cargo.

[12] La Crónica, viernes 26 de febrero de 1915. pp. 13

[13] La Crónica, 9 de febrero de 1915.pp.10, 11.

[14] La Evolución de Huancayo, 07 de mayo 1918.

 

Fuentes:

Biblioteca Nacional del Perú (Lima). Archivo Pedro Zulen

La Prensa (Lima), 1912

La Crónica (Lima), 1915

 

Bibliografía:

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ARROYO, Carlos. 2005. Nuestros años diez. La Asociación Pro-Indígena, el levantamiento de Rumi Maqui y el incaísmo modernista. Argentina: Libros En Red.

BENVENUTTO, Nepalí. 1921. Parlamentarios del Perú Contemporáneo 1904-1921.Lima: Imprenta Malatesta. pp. 50-55.

BURGA, Manuel y FLORES GALINDO, Alberto. 1994. Apogeo y Crisis de la República Aristocrática. En FLORES GALINDO, Alberto. Obras Completas. Tomo II. Lima: Fundación Andina - SUR Casa de Estudios del Socialismo. pp. 1-364

CAPELO, Joaquín. 1912. Los Menguados. Madrid: Libr. de Fernando Fé.

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GONZALES, Osmar. 1996. Sanchos Fracasados. Los arielistas y el pensamiento peruano. Lima: Eds. Preal

_____, 2002. Pensar América Latina. Hacia una sociología de los intelectuales latinoamericanos, siglo xx. Lima: Ed. Mundo Nuevo.

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KAPSOLI, Wilfredo. 1987. Pedro Zulen. El Precursor. Kuntur. Perú en la cultura (Lima) 3, pp.45-49

LAZARTE OYAGUE, Saby Evelyn. 2014. El Pensamiento Filosófico de Pedro Zulen. Lima: Universidad Ricardo Palma. Editorial Universitaria.

LEIBNER, Gerardo. 1997. Pedro Zulen: Del indigenismo paternalista al humanismo radical. En European Review of Latin American and Caribbean Studies (Amsterdam, Países Bajos) 63, pp. 29-53.

LYNCH, Nicolás. 1979. El pensamiento social sobre la comunidad indígena en el Perú a principios del siglo XX. Cuzco: Centro de Estudios Rurales Andinos Bartolomé de las Casas.

ZULEN, Pedro. 1915. ¡Destruyamos el latifundio! La Autonomía (Lima), 27 de noviembre, 1.

 

Cómo citar este artículo:

LÓPEZ SONCCO, Nadia Milushka, (2015) “Pedro Zulen y Joaquín Capelo: Una Amistad Pro-Indígena”, Pacarina del Sur [En línea], año 7, núm. 25, octubre-diciembre, 2015. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Viernes, 29 de Marzo de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=1219&catid=4