La revuelta en Bagua y la escena contemporánea del movimiento social globalizado por la aplicación de la ecología política

Mario Wong[1]

 

Artículo recibido: 7-12-2012; aceptado: 12-12-2012

El movimiento de los pueblos amazónicos de Bagua, contra la discriminación racial y por la defensa del territorio de las comunidades de la región, forma parte del movimiento social globalizado por la aplicación de la ecología política. Lo cual significa el reencuentro de las tradiciones ancestrales de dichos pueblos, con las expresiones múltiples del movimiento global, en el presente. Movimiento que apuesta por el cambio de modelo de sociedad, por la conservación del planeta Tierra y que va contra las políticas neoliberales. En cuanto corresponde a opciones estratégicas que ponen en cuestión un tipo de desarrollo, al enfatizar la protección de las condiciones de reproducción de los ecosistemas amazónicos y la valorización en ellos de los recursos humanos, esto constituye una expresión de la ecología humana, que es social y deviene política.

Palabras clave: Bagua, pueblos amazónicos, ecología política, biopoder, movimiento global

 

En la gestión de la interdependencia -en el contexto espacio-temporal de la mundialización-, América Latina se halla abierta a un proceso efectivo de desarrollo desde hace casi ya una década. Esto ha conllevado cambios importantes, a nivel político, en la constitución de la historia latinoamericana. Pues, es en este tiempo que la revuelta indígena andina (de aymaras, quechuas, wenayeks, etc. en la región del altiplano boliviano), las casi insurrecciones de los pueblos de los Andes peruanos y de la Amazonía, la revuelta de los negros en las grandes metrópolis brasileñas y la insurrección en el gran Buenos Aires, con el « ¡Qué se vayan todos! », construyen la resistencia y, a veces, paralizan por completo las estructuras estatales del biopoder.

Marcha yo recuerdo el Baguazo
Foto Marcha yo recuerdo el Baguazo (Junio del 2010- Un año después de la masacre del 2009). «Capitalismo = muerte. No al saqueo de la Amazonía». Fuente: http://elditropodo.lamula.pe

No se trata, por lo tanto, solamente del «virage hacia la izquierda » de varios países, sino de algo mucho más importante y aún más profundo: de la expresión de un movimiento múltiple, globalizado, en los que las luchas que se libran, por sus características específicas, son los sucesos que constituyen dicho movimiento. Así dicho movimiento múltiple se organiza como tal, sin reducirse al espejo identitario del poder y del Estado (Negri, y Cocco, 2007). A mi entender, se trata de explicar las luchas que se libraron en Bagua, durante los meses de Mayo y Junio del 2009 -contra la discriminación racial y por la defensa del territorio de las comunidades amazónicas-, como parte del movimiento social globalizado por la aplicación de la ecología política; se trata, como escribe el filósofo argentino Miguel Benasayag, de la construcción de las miles de vías subversivas de resistencia contra la locura utilitarista del neoliberalismo.[2] Estas son luchas solidarias, que nos involucran a todos, por la democracia en el Perú, por la ciudadanía de todos los peruanos sin ningún tipo de distinción; son luchas por la conservación del planeta Tierra, y contra el neoliberalismo, porque éste es lo contrario de la solidaridad; en estas luchas el pasado, las tradiciones ancestrales de los pueblos amazónicos, se reencuentran con el presente, por un cambio de modelo de sociedad. Lo cual presupone, sin ninguna duda, otra visión del proyecto de modernidad y/o, en forma más precisa, de postmodernidad política y cultural.

 

La ecología política y la dinámica radicalmente democrática del movimiento de Bagua

El auge del modelo neoliberal y sus políticas de capitalismo salvaje, en esta última etapa del late capitalism, en su expansión mundial, han erosionando las bases en que se sustentaba la soberanía de los Estados-naciones; los flujos transnacionales de capitales, de poblaciones, de recursos productivos, de mercancías, etc., etc., que ha conllevado la mundialización, han comprometido, seriamente, sus diversos atributos (por mencionar, aquí, solamente el de la supremacía absoluta, con todo lo ficcional que ha tenido siempre esta aspiración, la continuidad del Estado de derecho y el monopolio de la violencia). Esos flujos al hacer explotar, prácticamente, las fronteras que atraviesan y, al interior, consolidar diversas fuerzas, terminan por comprometer la soberanía; pero, aunque dicha soberanía esté en crisis -como poder que proviene del pueblo, en el régimen democrático-, los Estados, al conservar una brutal capacidad de actuar y de ejercer la fuerza, no se eximen de hacer uso de ella, abandonando toda pretensión de expresar la soberanía popular, la voluntad ciudadana. De lo que se trata, y es lo más probable, es de un eco lejano de la raison d’État, de la sustitución del prestigio del poder soberano por el del triple rol de actores, facilitadores y estabilizadores de la mundialización económica.[3] De aquí que se dé una crisis de legitimidad, de representación e integración.

En lo ocurrido en Bagua,[4] el rol que en la mundialización se « auto-otorgaba » el poder –concretamente, en las palabras del ex-Presidente Alan García[5] estigmatizando a los indígenas, para así justificar su política de intervención directa en sus territorios–, en lo que concierne al uso de los recursos naturales, con las consecuencias trágicas, que tienen más que ver con la marginación étnica de la población indígena, ponen en entredicho las relaciones de equilibrio sociedad/naturaleza, que deberían ser mediadas por todo gobierno, en tanto que constituye el objeto central de la ecología política (Alimonta, 2007: 182). El otrora gobierno aprista puso de manifiesto, en la ejecución de su proyecto con respecto a la Selva ´peruana, un completo desprecio de la « ecología humana » de las comunidades amazónicas, lo que requiere valorar las condiciones de reproducción socio-naturales de las mismas. Esto, ciertamente, implica un proyecto ético-político[6] diferente al de los gobiernos que se han sucedido, en las últimas décadas, que lo único que han hecho es « gerenciar » la mundialización de la economía peruana.

Indígenas de la Amazonía peruana
Indígenas de la Amazonía peruana. Fuente:  http://heraldo21.blogspot.com

De que la vida humana se hallaría en el centro del proceso productivo, y que ella representaría la posibilidad absoluta de reproducción, constituye una premisa básica del biopoder; cuya consciencia apareció entre fines del Siglo XIX y comienzos del XX y de allí, en adelante, se desarrolló como sujeción de todas las formas de vida (Negri, 2006: 31). Tal parece que en la concepción del amigo/enemigo, que manejaba el gobierno de García, para « resolver » los conflictos, se manifestaba un tipo de pensamiento determinista y reduccionista, tradicional, en cuanto se movía con las oposiciones dualistas estructurales, clasistas, de la « política soberana » del Estado-Nación, sin plantearse la problemática de una biopolítica dentro del sistema capitalista globalizado; es así que los aborígenes de la región amazónica, cuando luchaban por sus derechos ancestrales y porque su « palabra » sea escuchada, aparecían como « enemigos del progreso », como agentes y aliados a intereses protervos de países extranjeros. Todo ese maniqueísmo político sería menos evidente sino se hubiese expresado como si fuese ajeno, completamente, a las cuestiones que plantea la biodiversidad y la interculturalidad, haciéndolos aparecer como enemigos de la democracia y de los intereses soberanos de la nación en su « marcha hacia la modernidad ». De ahí que, de acuerdo con la formulación de un proyecto ético-político diferente, se plantee la necesidad de la reinvención de la política y la democracia; esto en respuesta a la realidad de una sociedad étnica y culturalmente plural, que reclama que se tomen en cuenta los intereses múltiples de las mayoría nacionales. Así, se puede tener un diálogo crítico, creativo y solidario en la visión de la construcción de la nación y del futuro del país en un mundo globalizado, abierto.

En el desprecio de la vida de los nativos y los policías, por parte del poder de turno, durante el « baguazo » (del que aún no se conocen la cantidad exacta de muertos y desaparecidos en la « Curva del diablo »), la raison d’État llevó a que el gobierno procediese como si pudiese negar o, a lo más, ignorar la realidad de lo acaecido. Pero, las realidades son tercas frente a la ceguera de los políticos, que no quieren comprender que la vida misma, de la gente de la Selva (con sus experiencias y tradiciones ancestrales) constituye un recurso escaso, y que debe protegerse tanto o más que cualquier otro; va en esto las condiciones de reproducción de los ecosistemas amazónicos. Es por esto que la salida de la crisis económico-financiera mundial presupone un cambio de paradigma, en el que el desarrollo durable constituye un verdadero programa para salir de ella. De aquí que, sin duda, es de hallarle un sentido a la crisis, insistiendo en otro tipo de aproximación, cualitativa, en cuanto conjugue la economía y la ecología, insistiendo en la reestructuración y recreación del tejido social; para lo que, contra los discursos tradicionales de las viejas élites, es « necesaria la crítica -como lo sostiene H. Alimonda- a, los modelos productivistas de organización de la sociedad, teniendo como centro una concepción ética de la modernidad, que subordine a las consideraciones crematísticas y tecnológicas ». Porque como « la definición de esos modelos de desarrollo, y sus correspondientes opciones estratégicas son función del poder, es por eso mismo que la ecología humana, que es social, deviene también política. » (Alimonda, Ob. Cit., 188.)

 

La interdependencia y el movimiento social globalizado por la aplicación de la ecología política

En la etapa del Imperio (Hardt y Negri, 2000), el capitalismo mundial se ha impuesto, de aquí en adelante, como la civilización que ha sustituido a las otras, y la interconexión global ha devenido la regla, sometiendo a cada cual al disfuncionamiento sistémico como resultado de las crisis. La mundialización que ha producido la « tercera revolución tecnológica » se da, fundamentalmente, en el terreno de lo inmaterial; impulsada por las tecnologías de punta en la información y la comunicación, tiene leyes que se hallan en las antípodas de aquellas que gobernaban la mundialización industrial. Todo esto es de tomarlo muy en cuenta, porque es el « terreno » (en redes de interconexión) en que se mueve la economía transnacional, dominada por el capital financiero.

Baguazo: la Fiscalía confirma que el mayor Bazán es el de foto de la Policía
Baguazo: la Fiscalía confirma que el mayor Bazán es el de foto de la Policía. Fuente: http://peru21.pe

Como todo este « orden » ha sido impulsado por las políticas económicas  de mercado neoliberales, sujetas a la búsqueda del lucro en la explotación de los recursos naturales del planeta, los movimientos sociales globalizados de la ecología política contemporánea han aparecido sobre la escena como una suerte de contrapoderes. En cuanto actores diferenciados -según Alain Lipietz[7]- no existen, de antemano, determinaciones estructurales que establezcan, univocamente, las identidades políticas de los sujetos, ni la potencia de su trayectoria (Ver Alimonda, 188). Esto es importante, porque en realidades étnico-sociales muy heterogéneas como la peruana, una transformación profunda, revolucionaria, se vincularía con la posibilidad de su articulación en un movimiento de amplia confluencia de los sectores populares agredidos, que ponen en cuestión el modelo de desarrollo neoliberal actual (y, a su expresión política , en el proyecto autoritario de los gobernantes de turno, presas de las prebendas de las redes mafiosas de sus propios partidos), siendo portadores de otro proyecto de modernidad o de postmodernidad.

Aquí el pensamiento de J.C. Mariátegui es tremendamente actual para la constitución de un sujeto revolucionario plural, lo cual solo podía resolverse -en medio de la gran crisis del 29-, contra las élites, tradicionalmente conservadoras; lo que suponía una revolución intelectual y moral que él se propuso desarrollar, y donde la revista Amauta (y sus publicaciones conexas) constituían una herramienta estratégica.

El movimiento de Bagua, puso de manifiesto los nuevos desafíos de un proceso de cambios profundos en el país; éstos, desde la perspectiva contemporánea de la ecología política. Esto se ha manifestado también, más recientemente, en  las luchas del pueblo cajamarquino contra la transnacional minera Coga. Lo cual implica el plantear ciertas cuestiones, que conciernen a la dinámica de los movimientos sociales en la construcción de la democracia representativa, « integral » -en la conceptualización del filósofo italiano Norberto Bobbio[8]-, y el socialismo; como el resultado de la « combinación articulada de temporalidades diversas », de movimientos sociales múltiples , de composición heterogénea, pero que en un momento dado -y eso es lo que constituye un verdadero acontecimientohistórico-, ocasione una verdadera ruptura frente al bloqueo del orden capitalista periférico. Por lo tanto, como la escena contemporánea del movimiento global y de la ecología política, en su formulación teórica, propone la actualización en la praxis de la concepción mariateguiana de la hegemonía de los movimientos sociales plurales, esto lleva a que el pensador brasileño H. Alimonda sostenga que: « El movimiento global toma parte de su fortaleza y dinámica crítica a partir de la consolidación de identidades tradicionales indígenas, basadas en cultura y territorio, que a su vez tienden a establecer alianzas nacionales e internacionales entre sí, y con actores portadores de proyectos de modernidad alternativa. Al hacerlo, se apropia y recrea mitos movilizadores, esa idea tan mariateguiana. » (Alimonda, Ob. Cit. 189-190.).

 

Hacia la construcción de una dinámica autónomamente democrática, nueva y radical

Para los países de América Latina construir la democracia interna y gobernar la interdependencia global constituyen -según A. Negri y G. Cocco- un solo y mismo problema; pues, « la interdependencia entre las economías-mundo dentro del sistema imperial se halla amenazada permanentemente: las teorías neo-conservadoras se han planteado como meta gobernar la interdependencia de manera unilateral, a partir del centro capitalista de dirección. » (Negri y Cocco, 200.). Aquí los autores de Global, sostienen que, si bien los gobiernos democráticos de América Latina han aceptado moverse en el terreno de la interdependencia, lo que en sí mismo constituye un gran paso hacia adelante; sin embargo, todo aquello puede manifestarse insuficiente, si la apertura de un nuevo ciclo de luchas no es capaz de desequilibrar, definitivamente, el sistema de la dependencia, abriéndolo aún más. Nubes amenazantes y fuertes chantajes continuarán pesando sobre la dependencia de dichos países, en tanto que otra secuencia de luchas autónomas no imponga la transformación irreversible del sistema global. Esa secuencia, sostienen ambos, no puede darse más que a nivel internacional; « ella debe, sin ninguna duda, acompañar una revolución interna en cada país, que desestabilice, desmantele y, finalmente, lleve al fracaso a la élite dominante. Pero, al mismo tiempo, esta acción no puede ser otra cosa que el doble de una acción similar que parte de fuera, de un trastrocamiento de las relaciones internacionales, que ligue a la dimensión dramática del acontecimiento,el carácter incisivo de un porvenir contemporáneo. »[9]

Asalto de la policía, contra los nativos
Asalto de la policía, contra los nativos.  Fuente: http://peru.com

     A mi manera de ver, el movimiento amazónico de Bagua ha expresado ese nuevo ciclo de luchas, ya que ha puesto en cuestión, intrínsecamente, la dependencia del país en su relación con los poderes imperiales transnacionalizados; poniendo en evidencia la sujeción de los gobernantes para abrir las puertas al capital transnacional y, así, expoliar los recursos naturales de la Selva, cualquiera fuese su costo, incluso en vidas humanas. Pero, si dicho movimiento ha sido parte de un nuevo ciclo de luchas, no solo en el Perú sino en Latinoamérica toda (ahí están los campesinos de México luchando contra la apropiación de las aguas por parte de empresas transnacionales y, también, el heroico pueblo boliviano), de allí en adelante se ha abierto la perspectiva del desarrollo de luchas por un proyecto de gobierno democrático nuevo, a partir de la autonomía de los movimientos sociales de las clases subalternas; los que constituirían el motor de esa dinámica por la construcción de un proyecto democrático alternativo. Todo eso puede ser muy promisorio, en cuanto dichos movimientos generen una relación fecunda y productiva para llevar a cabo una transformación profunda, radical, que propulse esa dinámica democrática nueva, permitiendo dar salida a la crisis de representación y de deslegitimación política de los gobiernos de turno. La construcción de dicha alternativa -como expresión verdaderamente democrática de los movimientos sociales múltiples-, conlleva la aplicación de un programa de renovación de las estructuras sociales y productivas, en una dialéctica creativa entre dichos movimientos sociales y el nuevo gobierno en correlato con la interdependencia mundial.

 

Biopoder y biopolítica por el programa del común

En todos los países de Latinoamérica, y sobre todo en los andinos, la jerarquización de las clases sociales se da en base al color de la piel; éste cuenta para la ascensión social y los individuos cuando más alto se hallan se blanquean, y en las escalas más bajas se indianizan. La exclusión social y la ignominia del desprecio, con sus rezagos coloniales, es parte de esa realidad. El biopoder en la construcción de « la república aristocrática » se asentó en la xenofobia y la marginación de la mayoría indígena (allí está la sobrevivencia -hasta más allá de la segunda mitad del siglo pasado-, de las « dos repúblicas »: la de españoles y criollos –blancos-, y la de indios; además de las políticas paternalistas del Estado). Como ya lo dijese J. C. Mariátegui, el pecado original de esta república aristocrática es el de haber nacido sin los indios y contra los indios; las clases dominantes establecieron un sistema de opresión que explotó inmisericordemente a la población indígena y mestiza, para el beneficio de una minoría blanca que vivió siempre de espaldas a la tierra. Esto en casi todos los gobiernos de turno, excepto en el periodo de la Junta Militar Revolucionaria, dirigida por el Gral. E.P. Juan Velasco Alvarado, en cuyo gobierno se intentó, mediante un programa de reformas radicales cambiar esa realidad, ampliando las bases para una « democracia social de participación plena »; pero, el carácter vertical, autoritario, de tal proyecto puso los límites a su continuación. Esos gobiernos fueron los que cedieron las riquezas del país a las empresas y consorcios transnacionales y se convirtieron, en la práctica, en agencias de los negocios U.S.A.

Es por eso que la biopolítica de los movimientos sociales, entre los cuales considero al movimiento de Bagua (y el movimiento « Conga no va » del Dpto. de Cajamarca), debe optar por otro modelo social, incluyente, como alternativa del cambio del común, que lleve al reconocimiento de la ciudadanía de todos los peruanos sin distinciones étnicas, y que permita acabar con las desigualdades económico-sociales aberrantes, redistribuyendo la riqueza social creada. Para lo cual, debe darse un cambio en la estructura del gobierno que permita redefinir las relaciones económico-financieras del país dentro de la aldea global, estableciendo nuevas reglas de juego con las transnacionales. Esto porque: « El tejido de la acción política -como lo sostienen A. Negri y G. Cocco-, ya sea desde el punto de vista de las relaciones de clase o dentro del contexto de la interdependencia mundial, se ha convertido en biopolítico: esta sociabilidad que el saber, la pobreza y los mestizajes han vuelto fundamental, es hoy en día la marca de todo sujeto activo y el esquema de toda acción posible. » (Ibid. 110).

Baguazo: ¿Indígena = Ciudadano?
Baguazo: ¿Indígena = Ciudadano? Fuente: http://baguazone.blogspot.com

Para concluir, es de señalar que no es posible volver a ningún tipo de sucedáneo del viejo modelo de desarrollo cepaliano, ya sea el nacionaldesarrollistao el nacional populista; esas experiencias tuvieron ya su hora en otras etapas de la acumulación del capitalismo periférico (el del crecimiento sostenido por el desarrollo industrial y, en consecuencia, por la perspectiva del pleno empleo). « La sola política social « efectiva » sería -sostienen los autores de Global-, entonces, la que autorice los procesos de integración social, que nacen de la extensión de la relación salarial, que sería sostenida, a su turno, por el crecimiento económico mismo ». Esto debido, por un lado, a las mutaciones generales que ha experimentado el trabajo; y, por otro, a las relaciones complejas, entre éstas y el proceso global de los mercados. « En el capitalismo de las interconexiones, de la movilización de toda la vida misma, dentro de las dinámicas integradas de producción y reproducción, llevar a cabo políticas sociales es dirigir políticas económicas, o, mejor dicho, la innovación del desplazamiento reside, precisamente, en la capacidad de instalar políticas sociales en el punto en que comienzan una nueva generación de políticas económicas, que dan lugar, en su centro, a las nuevas dimensiones -inmateriales, afectivas, lingüísticas, vitales- del trabajo. » (Ibíd. 23-24).

Se trata de un desafío político, en clara oposición a las políticas neoliberales aplicadas, para establecer un « nuevo pacto » social que, reconociendo la potencia productiva de la multiplicidad, tenga éxito en mantener reunidas las singularidades que la componen; el desafío consiste, entonces, en la construcción de un commun que permita a las singularidades, actuar en concierto para producir, como por efecto de espiral, un nuevo común. Este es, a mi entender, el desafío que se ha expresado en el movimiento amazónico de Bagua. El cual va más allá de una improbable identidad nacional, a construir sobre las bases del Estado y su « soberanía »; para asumir esto se requiere dépasser las condiciones impuestas por el « Estado nacional » y sus biopolíticas que no constituyen ni permiten crear, verdaderamente, « el espacio de la participación democrática »[10] para todos, sin distinción alguna; es, ahora, el tiempo del reconocimiento de los derechos ciudadanos de los indígenas, no sólo de Bagua sino de todo el Perú.



Notas:

[1] Escritor peruano. Reside en París desde 1989. Colaboró en la revista de poesía Maestra Vida (Perú) y en diversos diarios limeños. Actualmente es corresponsal de la revista latinoamericana Archipiélago (México) y Sieteculebras (Cuzco-Perú). Publicó críticas literarias en LIBRUSA, Mula Verde Review, Funes, Identidades (El Peruano), Casa Tomada, Latinoamérica al díaRevista Peruana de Literatura, Sieteculebras, Letralia, Vericuetos, La Otra Rivera y Ciberayllu. Entre sus publicaciones se encuentran: La estación putrefacta (Poesía, Maestra Vida, Lima, 1985); El testamento de la tormenta (Novela, Huerga & Fierro, Madrid, 1997); Moi, je vis à San Miguel, mais je meurs pour Amalia (Relatos, edición bilingüe, Indigo, París, 2002;  Cuentos Migratorios, 14 Escritores Latinoamericanos en París (Antología, Linajes, México, 2000); Le Paris latino-americain. Anthologie des écrivains latino-américain à Paris (Indigo, édition bilingue, préface de Claude Couffon, Cood. et présentation de Milagros Palma, París, 2006); Su majestad el terrror, (Novela, Editorial Pasacalle, Lima, 2009).

[2] On n’a pas besoin d’un modèle de société pour lutter pour la liberté… » ; entrevista de Daniel Mermet a Miguel Benasayag, en octubre de 1999, para la emisión « Là-bas si j’y suis », en France Inter; reproducida en la revista Espaces Latinos, N° 167-168, septiembre-octubre, 1999; pp. 27-31.

[3] Ver Wendy Brown, Nous sommes tous démocrates à présent ; In: G. Agamben, A. Badiou, D. Bensaïd, W. Brown (2009: 63-66)

[4] El alzamiento de los nativos de la localidad amazónica de Bagua, en el oriente peruano, conocido como Baguazo, se realizó durante los meses de mayo y comienzos de junio del 2009, en el los nativos de la amazonía peruana actuaron contra la violación de los derechos de los pueblos amazonicos. Esto produjo una cantidad de muertos y desaparecidos -entre indígenas y policías- aún no precisada, tras el enfrentamiento en la llamada « Curva del diablo ». El desprecio por las poblaciones nativas para llevar a cabo una real negociación que considerase el respeto del medio ambiente y de los escasos recursos humanos, se manifestó en el uso de la fuerza, el día 5 de Junio, buscando imponer los intereses de grupos transnacionales, sacrificando los de los habitantes de dicha zona de la selva peruana. El ex-presidente del gobierno peruano, Alan García Pérez, sostuvo que los nativos no eran «ciudadanos de primera clase», y que por ello no deberían ser un obstáculo para el progreso y el orden de la sociedad peruana.

[5] Ver sus artículos en el diario El Comercio sobre el « síndrome del perro del hortelano », que aparecieron el 28 de octubre y el 25 de noviembre del 2007.

[6] « La crítica al modelo de desarrollo seguido por el Perú independiente, la desconfianza en relación a los efectos de ese modelo para las masas populares, la incorporación de valores éticos como ordenadores de la crítica económico-social de lo realmente existente y como predicados esenciales para la formulación de modelos alternativos de modernidad, el enraizamiento del socialismo en tierras americanas a partir del pasado indígena, la recuperación de formas comunitarias de vida y organización de la producción como parte sustancial de ese socialismo latinoamericano a ser inventado: creemos que hay allí delineada una ecología política abierta al diálogo con nuestros desafíos de los días actuales. » (H. Alimonda, Ob. Cit., p. 183).

[7] Alain Lipietz, « A ecología política e o futuro do marxismo », Ambiente e Sociedade, VV/VI Campinas 2002/2003 (para todo el párrafo ver H. Alimonda, quien lo cita; Ob. Cit., p. 188).

[8] En 1980 -evocando la figura del dirigente de la democracia cristiana, Aldo Moro-, Norberto     Bobbio afirmaba « la necesidad de una perspectiva ideal e institucional que fuera liberal socialista, es decir, capazde concebir y realizar un programa de acción mínimo para una « democracia integral ». Se trataba, razonaba Bobbio, de encontrar una nueva síntesis « que no repitiera los dos errores que habían sido del fascismo y del bolchevismo, y era la vía de una democracia integral, en la cual la persona humana en su individualidad y en los grupos sociales en los cuales se integra consesuadamente se volviera protagonista de una nueva organización de la sociedad y del Estado » (N. Bobbio, « Dirito e Stato nell’opera giovanile di Aldo Moro », en Il Politico, Marzo 1980, pp. 7-26 (Ver Filippi, Alberto (2008). De Mariátegui a. Bobbio:Ensayos sobre socailismo y democracia, Cap. III, pp. 126-127; Lima, Libreria Editorial Minerva).

[9] « El leninismo nos había enseñado a considerar, desde el punto de vista sólo del Estado-nación, la crisis de la organización imperialista y de las relaciones entre los Estados-naciones capitalistas como en tanto que ocasiones para realizar la revolución comunista. Hoy en día, no podemos considerar más esta ocasión que en su globalidad. Esto quiere decir que no hay más ni etapas, ni estadios diferenciados dentro del desarrollo de las luchas por la transformación. » (ver Negri y Cocco, Ob. Cit., 200-201 ; la traducción es mía).

[10] Ver: Maristella Svamba (2005; 301); Cit. por Negri y Cocco, Ob. Cit., 27.

 

 

Bibliografía:

Alimonda, Héctor (2007). “¿Una ecología política en Amauta? (Buscando una herencia en Lima)”; In: VV.AA (2007). Amauta y su época. II Simposio Internacional, 17 y 18 de agosto del 2006, Lima: Librería-Editorial Minerva.

Brown, Wendy (2009), Nous sommes tous démocrates à présent ; In: G. Agamben, A. Badiou, D. Bensaïd, W. Brown (e.a.), Paris: La Fabrique.

Filippi, Alberto (2008). De Mariátegui a. Bobbio: Ensayos sobre socialismo y democracia. Lima: Libreria Editorial Minerva.

Hardt, Michael y Antonio Negri (2000). Empire, París: Exils Éditeur.

Mermet, Daniel (1999) “Entrevista de a Miguel Benasayag”, Espaces Latinos, N° 167-168, septiembre-octubre.

Negri, Antonio y Giuseppi Cocco, Global. (2007). Luttes et biopouvoir à l’heure de la mondialisation:le cas exemplaire de l’Amerique latine, París: Éds. Amsterdam; Préface à l’édition castillane.

Negri, Antonio (2006) Fabrique de porcelaine. Pour une nouvelle grammaire du politique, París: Éds. Stock, l’autre pensée.

Svamba, Maristella (2005) La sociedad excluyente. La Argentina bajo el signo del neoliberalismo, Buenos Aires: Taurus.

 

Cómo citar este artículo:

WONG, Mario, (2013) “La revuelta en Bagua y la escena contemporánea del movimiento social globalizado por la aplicación de la ecología política”, Pacarina del Sur [En línea], año 4, núm. 14, enero-marzo, 2013. ISSN: 2007-2309. Consultado el

Consultado el Viernes, 29 de Marzo de 2024.
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