Representaciones de Centroamérica en el trabajo de Rafael Cuevas

Representations of Central America in the work of Rafael Cuevas

Representações da América Central na obra de Rafael Cuevas

Xóchitl Zambrano Bernal

RECIBIDO: 21-09-2015 APROBADO: 12-10-2015

 

Rafael Cuevas Molina, nacido en Guatemala en 1954, se ha desarrollado como escritor, pintor e investigador de la Universidad Nacional de Costa Rica.

Desde muy joven, el dibujo y la pintura formaron parte importante de su desarrollo, llegando a realizar estudios en la Escuela Nacional de Artes en Guatemala y la Escuela de Artes Plásticas en la Universidad de Babes-Bolyai en Rumania. En su trabajo pueden apreciarse las influencias de Arnoldo Ramírez Amaya, Muchá y el contexto de Guatemala en la década de los años 1970’s; también se muestra el manejo de la iconografía Maya –influencia que brota desde el colegio-, así como los colores del «universo popular guatemalteco», que aparecen continuamente en su obra artística.

Habitualmente, en museos y galerias nos encontramos con mayor frecuencia la manifestación artitistitca en la pintura y el dibujo. Es a través de ellos que se lograron primeras expresiones, captura de rostros y escenas, pero más allá de los elementos “cotidianos”, podemos conocer creaturas míticas o imaginarias que el artista pretende mostrarnos. Muchas de estas creaturas míticas fueron capturadas en los conocidos Bestiarios y podemos hacer muestra de algunas piezas de la obra de Rafael Cuevas a partir de esta idea.

Los bestiarios se caracterizan principalmente por la fantasía y la creatividad que en ellos se expresa. El hombre, al tratar de explicar o dar cuenta de ciertos misterios o sucesos enlista en estos compilados una cantidad importante de creaturas para dar razón de los acontecimientos. Borges, dentro de su propio Manual de zoología fantástica nos introduce a la idea de un jardín zoológico, una primera visita inocente a un jardín lleno de creaturas dónde un niño «ve por primera vez la desatinada variedad del reino animal, y ese espectáculo, que podría alarmarlo u horrorizarlo, le gusta» (Borges, 1966:7).

Imagen 1.
Imagen 1.

Imagen 2.
Imagen 2.

Los bestiarios, a diferencia de un jardín zoológico, tienen una mayor gama de creaturas para generar asombro y curiosidad, pero al mismo tiempo generar cuidado, sobresalto e incluso miedo; dichas creaturas podrían recurrirnos a la idea del monstruo que en los bestiarios «no es otra cosa que una combinación de elementos de seres reales y que las posibilidades del arte combinatorio lindan con el infinito» (Borges, 1966: 8). Estas combinaciones infinitas pueden abarcar también al reino vegetal, tal como es el caso de la mandrágora que, en algunos bestiarios, como lo explica Nicolás Padron, tiene no sólo características semejantes a las del cuerpo humano, sino que también es capaz de causar la muerte del hombre que escucha su llanto al momento de desenterrarla, por lo que el miedo a esta creatura evita su posible contacto o manejo. Es a partir de estas características que logramos asociar a las bestias las con la idea del monstruo el cual «está allí para provocar el esfuerzo, el dominio del miedo, el heroísmo» (Chevalier, 1986:721). La idea de encontrar a estas creaturas en nuestro entorno nos puede obligar a afrontar diversos retos.

Dentro de la gama de los Bestiarios podemos encontrar fauna más familiar, como en el caso del Bestiario de Juan José Arreola, dónde nos describe animales simples como el rinoceronte y el ajolote, pero además de ello nos permite aprecias pequeños relatos sobre orígenes del unicornio o actividades y comportamientos extraordinarios.

En la obra de Rafael Cuevas, podemos encontrar apreciaciones similares sobre animales como cerdos y colibríes combinados con peces, lagartos y rostros humanos, que no buscan expresar temor sino quizás una fascinación por la composición de los mismos. Además podemos identificar elementos fantásticos y salvajes de diversas creaturas: una sirena, una medusa; las combinaciones de colores hacen referencia al entorno natural y exuberante de Centroamérica, los colores de las selvas, los bosques, el cielo, alusiones a la cultura maya, la flora y la fauna son parte de las paletas y figuras presentes en las creaturas que Cuevas nos representa.

Imagen 3.
Imagen 3.

Imagen 4.
Imagen 4.

En el entorno general de su obra encontramos la figura femenina cómo un elemento central, refiriéndose a ella como un elemento familiar y cotidiano a partir del cual expresa mejor su trabajo. Lo femenino para Cuevas representa el todo, el cual asocia a Centroamérica con la vida en sus mares, bosques y colores. Dentro de estas representaciones encontramos la figura de la sirena, la cual en «la imaginación tradicional lo que ha prevalecido de las sirenas es el simbolismo de la seducción mortal» (Chevalier, 1986:949). Dicha idea nos la remarca José Manuel Pedrosa en su reseña del libro Sirenas: seducciones y metamorfosis de García Gual, donde subraya que las sirenas son «criaturas tan mitológicas como mitificadas y remitificadas» (Arreola, 2006:817). En las figuras femeninas que nos presenta Cuevas la representación a la que nos refiere con esta figura es la alegría, exuberancia, dolor, agresividad y deseo, quizás podamos agregar la pertenencia y resguardo que nos ofrece al expresar en sus pinturas: celebra la naturaleza tu presencia, te entienden como parte suya y te integran alegre para siempre.

Imagen 5.
Imagen 5.

[fc edicion="025" foto="123306]Imagen 6.[/fc]

Sin embargo, se logra distinguir la figura de lo femenino en su obra visual y narrativa. En esta última Cuevas se refiere a ella en un entorno, más conflictuado, urbano, inserto en la dinámica política de Guatemala.[1] Dicha representación la asocia al contexto y construcción social que ha tenido Guatemala desde los años 1970’s y por la cual expresa que «la misma estructura social y la historia del país le ha asignado a ésta [la mujer guatemalteca] otros roles, otro perfil identitario, más asociado a la mansedumbre, al silencio, al recogimiento, al sufrimiento y al sacrificio» (Cuevas, 2010: 5).

Imagen 7.
Imagen 7.

Dentro de su obra narrativa encontramos alusiones a las relaciones de pareja o amorosas, representaciones eróticas de lo femenino, expresiones del anhelo, deseo y soledad, como es el caso de El rastro de mi deseo: Relato de amor intenso (2002). Algunas de sus obras han generado controversia, sin embargo no pierde importancia la interpretación y la expresión que nos aporta el trabajo de Rafael Cuevas, por lo anterior los invitamos a seguir más de cerca su trabajo en ambos campos.

 

 

[1] Entrevista a Rafael Molina en Mayo de 2015.

 

Bibliografía:

Arreola, Juan José. Bestiario, Editorial Planeta, 2006, México, D.F.

Borges, Jorge Luis y Guerrero, Margarita. Manual de zoología fantástica. Fondo de Cultura Económica, 2da edición, México 1966

Chevalier, Jean. 1986, Diccionario de los Símbolos. Barcelona, Editorial Herder.

Cuevas Molina, Rafael. ¿Qué es ser guatemalteco?, en Archipiélago, Revista cultural de nuestra América, 1 Enero 2010, ojs.unam.mx . http://www.academia.edu/2150350/_Qu%C3%A9_es_ser_guatemalteco

Padrón, Juan Nicolás. Bestiario, animales reales fantásticos, LOM Ediciones, Chile, 2012.

Pedrosa, Manuel José. Carlos García Gual, Sirenas: seducciones y metamorfosis, en eHumanista N° 28 , Madrid, España, 2014, pág. 817-821 http://www.ehumanista.ucsb.edu/volumes/volume_28/articles/part%203/ehum28.review.Garcia%20Gual%20pedrosa1.pdf

Entrevista mayo 2015 a Rafael Cuevas Molina.

 

Cómo citar este artículo:

ZAMBRANO BERNAL, Xóchitl, (2015) “Representaciones de Centroamérica en el trabajo de Rafael Cuevas ”, Pacarina del Sur [En línea], año 7, núm. 25, octubre-diciembre, 2015. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Viernes, 19 de Abril de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=1233&catid=17