El peruano como estereotipo y estigma. Cultura e identidad nacional en la televisión peruana

The Peruvian like stereotype and stigma. Culture and national identity in Peruvian television

O peruano como estereótipo e estigma. Cultura e identidade nacional na televisão peruana

Urbano Muñoz Ruiz [1]

RECIBIDO: 12-12-2013 ACEPTADO: 26-12-2013

 

Introducción

Existe un vacío en la investigación social y comunicacional acerca del significado del peruano como estereotipo y/o como estigma televisivo asociado a los procesos de afirmación de la cultura e identidad nacional, situación que reclama ser abordada si consideramos que los medios en general, y la televisión de señal abierta en particular, se han constituido en un espacio estratégico muy importante en la construcción y afirmación de identidades como la peruana, diversa y de grandes desencuentros histórico sociales.

En este contexto, me planteo la cuestión: ¿cuál es el sentido simbólico de los estereotipos y los estigmas sobre el peruano en los programas de mayor rating de la televisión peruana de señal abierta en relación a los procesos de afirmación de la cultura e identidad nacional?

Las hipótesis formuladas son, primero, los estereotipos y los estigmas televisivos sobre el peruano con mayor intensidad y alcance, es decir más usados y con alto grado de consenso en su significado entre los productores de los programas de alto rating de la televisión peruana de señal abierta, son criollo, cholo acriollado, gay, negro, calabaza (mujer de corto entendimiento) y charapa (persona nacida en la región de la selva).

Segundo, el sentido simbólico de los estereotipos y los estigmas sobre el peruano en los programas de mayor rating de la televisión peruana de señal abierta es una réplica de la dinámica afirmativa de la cultura occidental, transnacional y etnocentrista, la misma que genera estereotipos y estigmas que reproducen prejuicios almacenados por siglos en la memoria colectiva y alientan el racismo, la discriminación, la homofobia y el complejo de inferioridad; por lo tanto, es desfavorable para los procesos de afirmación de la cultura e identidad nacional.

El problema de la cultura nacional, asociado a la preocupación por determinar el carácter de la nación peruana, se trata insistentemente desde principios del siglo XX, destacando dos posiciones opuestas: hispanista e indigenista (Klaren, 2005: 563).

Los hispanistas, entre los cuales destacan José de la Riva-Agüero y Osma (1885-1944) y Víctor Andrés Belaunde (1883-1966), plantean la tesis de la existencia de la nación peruana entendida como la síntesis de las diferentes tradiciones culturales que han hecho la historia nacional y, por lo tanto, el Perú sería un país racial y culturalmente mestizo. Los indigenistas (Hildebrando Castro Pozo, Pedro Zulen y Luis E. Valcárcel, principalmente) sostienen la tesis contraria, de que el Perú no es una nación, sino un país en donde desde la conquista coexisten enfrentadas y en una relación de dominación y subordinación dos tradiciones culturales distintas: la occidental y la andina.

En la década de 1970, se zanja este debate al reconocerse a la cultura andina como la matriz de una nueva cultura e identidad nacional-popular. Se considera, empero, que recién desde finales de la década de 1980 los peruanos vivimos una etapa de tránsito hacia un nuevo paradigma: el modelo intercultural. Este modelo se caracteriza por tener como medio y fin la construcción de una nación étnica y culturalmente plural basada en el reconocimiento y el respeto a la diversidad cultural, un respeto que pasa por la construcción de un nosotros diverso,

[…]reivindicando el derecho de unos y otros a la igualdad y a la diferencia. Derecho a la igualdad, no como sinónimo de uniformidad sino como superación de la existencia de seres humanos de primera y de segunda categoría. En otras palabras, igualdad ante la ley, que tiene que ver con ciudadanía, democracia, derechos humanos, justicia social. Y a partir de esa igualdad, derecho a las diferencias, que tienen que ver, entre otros temas, con equidad de género, pluralismo e interculturalidad (Degregori, 2009: 63).

Por otro lado, en los últimos años, hay la preocupación por dar cuenta de los cambios ocasionados en las culturas nacionales por la cultura transnacional (Sandoval, 2009: 308) o cultura de masa (Morin, 1966: 20), fuertemente asociada a las tecnologías de información y comunicación y a los procesos comunicacionales. Aquí surge el concepto de cultura industrial, para designar a la gran industria mediática que trabaja con arquetipos de probado éxito comercial y que son reducidos a meros clisé. El mundo creado por la industria cultural es un mundo estereotipado y estigmatizado.

Respecto al estereotipo, otra categoría importante del presente estudio, según Newcomb, “es la percepción estandarizada en grado sumo de una clase de objetos o de una clase de personas” (Hevia G.L., 1988: 6).

El estereotipo se desarrolla en los procesos inter grupales y sus dimensiones son los contenidos específicos, la intensidad y el alcance (Bar-Tal, 1994: 24). Los contenidos específicos son las informaciones que estructuran el estereotipo, pueden ser negativos (resultado de relaciones conflictivas entre grupos) y positivos (resultado de relaciones cooperativas). La intensidad se refiere al grado de confianza que una persona tiene en un estereotipo, y el alcance, al grado de consenso que los miembros del grupo mantienen sobre un estereotipo.    

Según Goffman (2006) los sujetos estigmatizados son aquellos que tienen un atributo personal que los descalifica como “normal” entre los demás, que son considerados como “diferentes”, ante el común de los demás estos son los “otros”. El propio Goffman propone la existencia de los tres tipos de estigmas:

a) Las deformaciones físicas: es casi común en los programas cómicos la participación de un enano, una persona inmensamente obesa y/o extremadamente delgada, personas que son caricaturizados (la Paisana Jacinta es una campesina desgreñada, sucia y desdentada; el Negro Mama, un afro descendiente con unos enormes labios).

b) Los defectos de carácter del individuo: el colérico, el celoso, el corrupto, el erotómano, el homosexual, el travesti, la huachafa, el aniñado, el agresivo, la chismosa, el machista, etc.

c) La raza, el fenotipo, la religión, la nacionalidad: el cholo, el negro, el chino, el selvático, la cucufata, la gitana, el judío, etc.

En los programas cómicos la risa o la burla se sostienen en base a estos personajes estigmatizados; y, en las series de televisión, elaboran el guión, estructuran los personajes y diseñan el casting de acuerdo a los estigmas y estereotipos señalados.  

 

Material y métodos

            El estudio es descriptivo y explicativo, y el material los programas de televisión de señal abierta y cobertura nacional: Al fondo hay sitio (AFHS) de canal 4, y El especial del humor (EDH) de canal 2, elegidos por tener los mayores índices de sintonía[2] y una alta comicidad vía la instrumentalización de la parodia[3]. Por lo demás, considero que los programas televisivos con alta comicidad son los de mayor estereotipamiento y estigmatización, apropiados para elaborar un estudio taxonómico de estigmas y estereotipos de mayor prevalencia.

Se grabó, observó y analizó detenidamente nueve emisiones (cinco de AFHS, correspondientes a 28 de febrero, 1, 2, 3 y 4 de marzo de 2011; cuatro de EDH, del 5, 12, 19 y 26 de marzo de 2011), dentro de un período electoral muy intenso[4]. Y se aplicó el método del análisis de contenido de tipo cualitativo (Taylor y Bogdan, 1987). La identificación y recolección de las unidades de análisis implicó el visionado televisivo sistemático, objetivo, replicable y válido. Para el análisis, se consideró las recomendaciones de Morin (1966: 167) y se hizo la categorización de siete unidades de registro: número de representaciones de personaje, tipo físico, desempeño de rol social, la lengua, la gestualidad y el andar, la vestimenta y las situaciones tipo.


al-fondohaysitio.blogspot.com

Para realizar una aproximación a las formas en que la teleaudiencia consume y se apropia de los programas[5], se aplicó focus group a una muestra no probabilística y por cuotas, de 32 informantes de ambos sexos residentes en Lima Metropolitana, de los cuales 17 son consumidores de AFHS y 15, consumidores de EDH. Elegimos a residentes de Lima Metropolitana porque esta ciudad es una centralización de lo peruano (Hevia G. L., 1988: 8), ya que en ella vive la tercera parte de la población peruana, procedente de todo el país.  

Los consumidores de AFHS, corresponden a tres grupos: a) 5 jóvenes de 19 a 21 años de edad y diversa procedencia social, estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM); b) 6 adultos de 30 a 65 años de edad, del distrito de Villa María del Triunfo, ubicado en la zona sur de Lima, y c) 6 adultos de 30 a 65 años de edad, del distrito de San Borja, donde viven estratos de los niveles socio-económicos (NSE) A y B, asociados a las clases alta y media tradicional respectivamente (Torres, 2008; APEIM, 2010). Los consumidores de EDH, son: a) 10 jóvenes de 16 a 21 años de edad y diversa procedencia social, estudiantes de la UNMSM y b) 5 adultos de 30 a 65 años de edad, del distrito de San Martín de Porres, ubicado en la zona norte de Lima, habitado mayormente por los modestos NSE: C y D.


www.perulikes.com

 

Resultados y discusión

Los estereotipos de mayor intensidad y alcance

            AFHS presenta 28 personajes y 8 estereotipos: criollo pituco, cholo recién bajado, criollo achorado, cholo acriollado, criollo huachafo, cholo superado, charapa y sacerdote. Los clisés con mayor intensidad y alcance son criollo pituco (12 personajes, de las familias Maldini y Del Prado, con el total del 29% de representaciones), cholo recién bajado (Grace, Charo y Gilberto Gonzáles, con el 20%); criollo achorado (Pepe, Tito, Peter, Claudia, 15%) y cholo acriollado (Joel, Jaimito, Kevin, 13%). 

EDH presenta 49 personajes y 8 estereotipos. Los clisés con mayor intensidad y alcance son cholo acriollado (Vecino y Vecina de Ate, Choledo, Cholo propagandista, Cholo lacayo, Globero, Toldero, El Chorri, Tulipán, con el 20% de representaciones), niño (Monaguillo, Virginia, Lucía de la Crush, Kakaseno, Pitufina, L. Lechón, Fiona, Larisa, 16.5%), criollo pituco y achorado (Vieja y Mutante de La Molina, Claudio, Ney, Javi, 16%) y gay (Kenyón, Paolín, Techito Bruce, Patos Walter y Dany, Phillip Quaker, Profe Autuori, Padre Mariquita, Asistente de P. Mariquita, 15.5 %).

EDH está interpretado sólo por actores y con roles de género mayormente masculinos. Por otro lado, en ambos programas predominan los personajes criollos (los cholos, si aparecen, están acriollados) y destacan por su achoramiento (groseros en su expresión y con actitudes que rayan en la delincuencia), hecho muy notorio en EDH.


Los personajes más populares de Al fondo hay sitio
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Así constatamos que estos programas han sido elaborados desde la perspectiva del mundo criollo, caracterizado por dos rasgos distintivos: la sátira contra los poderosos y la transgresión gozosa de las normas, que se resume en “el culto a la pendejada”. Según Portocarrero (2004: 211), la transgresión criolla es de dos tipos: el machista (desconocimiento de la igualdad de la mujer y afirmación de la dominación masculina) y el racista (racismo y dominación étnica sobre indios y cholos). Esto se observa en la imagen que en los productos televisivos proyecta el criollo, representado como el personaje alegre, ingenioso y chistoso, pero también el cínico, mujeriego y homofóbico (machista) transgresor de la ley (pendejo), quien maltrata a los “inferiores” cholo, negro, mujer, niño y gay

 

Contenidos específicos de los estereotipos televisivos

A)  El tipo físico

   En AFHS, criollo pituco, achorado y sacerdote son de raza “blanca”. El huachafo es mestizo. En general, lo criollo es asociado a lo blanco. Cholo recién bajado, cholo acriollado, cholo superado y charapa son mestizos. Lo cholo es asociado a lo mestizo.


Personajes de El especial del humor. www.laprensa.pe

También en EDH, cholo acriollado es mestizo, con excepción de Choledo (alusivo a Alejandro Toledo, el ex presidente de la República), que es indio. Niño es encarnado por tipos variados; se identifica en este conjunto al negro (De la Crush, Kakaseno y Portola). Criollo pituco y achorado y criollo achorado son blancos y mestizos. Gay es mestizo. Gringo acriollado es “blanco”. 

En ambos programas, se asocia al cholo con lo mestizo y al criollo con lo blanco. Las diferencias étnicas y raciales tienen su correlato en las diferencias sociales: los criollos son blancos y ricos; los cholos (y negros), mestizos y pobres.

 

b) El rol social

   Los pitucos adultos de AFHS asumen roles de prestigio (empresarios). Los adolescentes y las mujeres tienen roles sin prestigio (no trabajan). Con excepción de Lucho (trabaja formalmente) y de sacerdote, los demás personajes tienen roles sin prestigio: ama de casa, trabajadores informales.  En suma, de los 28 personajes de AFHS, siete cumplen roles sociales con prestigio y de éstos sólo uno es cholo (Lucho). La mayoría (cholos, adolescentes, mujeres y niño) asumen roles sin prestigio.

En EDH, cholo acriollado y jugadora asumen roles sin prestigio, a excepción de Tulipán (animadora de TV) y Choledo (ex presidente). También asumen roles sin prestigio la profesora Portola, los personajes niño y criollo achorado (trabajador de mercado, policía, ama de casa). Pituco tiene roles con prestigio (empresario, futbolista profesional), igualmente gay (empresario, líder de opinión, entrenador de fútbol). Periodista sensacionalista asume un rol de prestigio al asociarse a la televisión, medio de gran impacto social. Gringo acriollado hace roles con prestigio. 

En ambos programas, los pitucos varones y adultos asumen roles de prestigio; los roles sin prestigio son de los personajes que hacen de cholo, negro, niño y mujer.

 

c)     La lengua

Pituco de AFHS usa un castellano salpicado de voces europeas y limeñismos. La excepción son Raúl, Luciana, Andrea y Margarita, pitucos que hablan un castellano estándar. También son llamativos sus nombres y apellidos italianos (Francesca Vittoria Maldini Di Paolo) o su vinculación a familias aristocráticas limeñas (Rizo Patrón, Del Prado), incluso el mayordomo tiene apellido inglés (Mackey). Añadamos que la familia pituca con mayor protagonismo se llama Maldini; desde el nombre ya se va estereotipando a esta familia de ser blanca, rica y “maldita”.

Las cholas Grace y Charo emplean un castellano estándar, mostrando su adecuación favorable al contexto limeño. El cholo don Gilberto, más conservador, usa un castellano andino con diminutivos y aderezado con frases quechuas: mamachallay mama. El achorado (Pepe, Tito, Peter) se comunica en un castellano informal, con locuciones del argot peruano: chelitas (cervezas) y  jonca (caja de cervezas). Modo de hablar similar es empleado por cholo acriollado y huachafa. Charapa usa un castellano selvático, con diminutivos y locuciones que remiten al mundo amazónico: cherete (enamorado), otorongo (designación del felino, pero también del hombre fogoso) y RC (abreviatura del nombre de una bebida, el “rompe calzón”). 

En EDH, pitucos, cholos, gay, negros y gringos emplean un lenguaje achorado (jerguero y grosero). “Cholos, indígenas, pastrulos, desnutridos, ignorantes”, dicen Mutante y Vieja de la Molina a Vecino y Vecina de Ate. En otra secuencia, Claudio mete un gol y muestra su polo blanco donde con letras rojas dice: “El número 1 es peruano, los demás son cholos”, luego el personaje añade: “faltó decir pezuñentos”. “Oye, serranazo”, dice en una secuencia la gringa acriollada Karp a Choledo, quien también serranea a Cholo Lacayo que le echa aire. Serrano y cholo son empleados como una afrenta. Por su parte, Vecino de Ate llama a las pitucas de la Molina “Transformer, payaso gay, mutantes atorrantes”. Les achaca proclividad hacia la homosexualidad, también su carácter de insufribles (atorrantes). 

En AFHS, el criollo pituco usa un castellano con alto grado de penetración de las lenguas europeas. En la lengua del cholo se nota un creciente achoramiento, que refuerza el clisé de que son gente malhablada y agresiva, que encuentra el goce en la transgresión hasta de las normas de la lengua. Recordemos aquí lo que entendemos por achorado: la representación del pendejo avezado y delincuente, asociado a los bajos fondos (Hevia G.L., 1988: 115; Portocarrero, 2004: 211). Una excepción, son los personajes-puente entre los cholos y los criollos pitucos: Grace y Nicolás, Charo y Raúl, menos afectados por las taras de los sectores de donde provienen y curiosamente hablan un castellano estándar. En EDH, la entraña acriollada de los cholos expresa la ambivalencia de quienes hacen gala de ser como son, malhablados, agresivos e incluso delincuentes (choros, marcas), pero paradójicamente se detestan como tales. En todo esto se evidencia el gusto por la transgresión, pero también el complejo de inferioridad.

 

d)    La gestualidad y el andar

El pituco de AFHS se desenvuelve con aspavientos de gente que se considera superior. La proclividad hacia el exceso es un recurso para lograr efecto hilarante: se nota mucho en Isabella. En el caso del pituco y arribista Miguel Ignacio, lo excesivo se evidencia en su media sonrisa, maliciosa y cínica (un complemento de sus actitudes cuasi delincuenciales). Una minoría (Raúl, Luciana, Andrea, Margarita) es equilibrada. Las cholas Grace y Charo son también equilibradas. Distinto es el caso de don Gilberto, con proclividad hacia el defecto: anda con la cerviz ligeramente inclinada y abre la boca como un tonto cuando muestra asombro. Los achorados son maliciosos, groseros e impertinentes, tienen, además, en la proclividad hacia el doble sentido y lo grotesco un recurso para divertirse y divertir a los demás (Pepe, Tito y Peter) o para encontrar el goce haciéndoles daño (Claudia). El acriollado (Joel, Jaimito, Kevin) tiene modos que refuerzan su identidad de adolescente extrovertido y dinámico. La huachafa tiene proclividad al exceso, con algunas diferencias: hay malicia en doña Nelly, Teresita es excesiva por sus gestos y coquetería de adolescente niña. Los charapas tienen modos diferentes: Gladys exagera su carácter festivo, como si quisiera bailar siempre, Félix tiene gestos de charapa sensual y de provinciano candoroso.

Los personajes de EDH se desenvuelven con proclividad hacia el exceso: maliciosos y groseros. Esto se entiende, en parte, por la naturaleza del programa (de parodia de personajes cómicos, deportistas, estrellas de la farándula), que busca en lo grotesco sus fuentes de comicidad. Hay que añadir que los personajes niños tienen modos que expresan características del estereotipo: el lloriqueo y el actuar como tonto, abriendo grande la boca, mientras se hace preguntas impertinentes y disparatadas. 

En los dos programas, el pituco es amanerado y hace gala de su origen europeo y sus taras, mientras que los cholos, sobre todo los acriollados, son irreverentes y festivos. La excepción son los personajes-puente de AFHS: Grace y Nicolás, Charo y Raúl: tienen gestos y ademanes equilibrados.

 

    e)   La vestimenta

            Pituco de AFHS viste con refinamiento y según la ocasión. Cholo recién bajado viste de tres formas: “andina” (Charo adolescente en su natal Ayacucho, con chompa, falda y trenzas), “migrante andina” (Charo adulta en Lima y Grace adolescente en Lima, metidas en chompa sencilla, vestido largo y zapatos chatos) y “formal tradicional” (Gilberto, con sombrero, gafas y terno sin corbata, al estilo de los burócratas de provincia). Achorado es desaliñado. Huachafa viste con un estilo “sincrético, con un exhibicionismo desenfadado, una abundancia cromáticamente contrastada y una heterogeneidad visualizada” (Hevia, 1988: 113). Doña Nelly es mucho más huachafa cuando vive en Ayacucho (diferenciándose de las ayacuchanas, a las que desprecia), pero cuando retorna a su natal Lima, viste como la andina Charo. Lucho (cholo superado), cuando es adolescente y vive en Ayacucho, luce terno; en Lima, viste un sport sencillo. Charapa tiene vestimenta sensual de colores vivos (Gladys) o muestra la figura del vigilante con borceguíes y uniforme marrón (Félix).


Doña Nelly Camacho y Gilberto Collazos. elcomercio.pe

La vestimenta de los personajes en EDH, sobre todo de los gay, es carnavalesca. AFHS presenta mayor variedad y permite determinar que en los personajes adultos la etnicidad no se desliga de las diferencias de clase social: los criollos están mejor vestidos que los cholos y charapas (ropa sencilla, menos variada y más huachafa). En los personajes adolescentes se da una situación distinta; por la ropa y la forma de vestir “achorada”, los adolescentes y jóvenes cholos parecen más bien criollos.

 

f)      Las situaciones tipo

Según Morin (1966: 35), como los personajes tipo, las situaciones tipo (situaciones estereotipadas protagonizados por determinados personajes) son modelos-patrones cuya función es proporcionar al producto de la industria cultural su estructura interna. La industria cultural, urgida de productos de éxito asegurado, tiene recetas que implican el manejo de ciertos temas. Así, no deben faltar: la acción (aventuras), la intriga amorosa, la comicidad y el final feliz.

Las situaciones tipo de AFHS y EDH giran en torno a la comicidad y la acción. En AFHS, hay un tema adicional: intriga amorosa. Son asuntos recreados según la etnicidad, el género y el aspecto generacional de los personajes tipo. Pituco y gringo acriollado son racistas, discriminadores y con tendencia a la corrupción (en una secuencia, Autuori corrompe a los Árbitros alemanes para que dejen “meter” un gol a Claudio en un partido de fútbol, ofreciéndoles un “terreno de Cofopri de 300 mil metros cuadrados con 200 millas de playa”); cholo es trabajador, festivo y solidario, pero también agresivo (lo festivo es determinado por dos elementos recurrentes: la música andina tradicional y la cerveza); criollo achorado es homofóbico y sexista; profesora, incompetente; negro, de corto entendimiento; gay, escandaloso; y niño, bobo.


lasociedadyelmundo.bligoo.com.mx

 

La teleaudiencia y su apropiación de los programas[6]

¿Qué es lo que gusta de AFHS? Todos los televidentes coinciden en que el programa gusta porque es entretenido, merced a sus buenos actores y su trama bien elaborada. Para Flor, joven universitaria, el programa es entretenido, además, porque:

[…] hay cierta representación de algunos familiares que tengo en casa, está la abuelita que siempre grita y que la identifican con un personaje, la señora Nelly, también está el chico, Joel, que no quiere estudiar ni trabajar, que le gusta la música, allí más o menos se identifica mi hermano, se identifica con el personaje, ¿no?, y como viendo que ese personaje no va a ser nadie si no se esfuerza entonces mi hermano dice que tiene que ser algo… aquí encontramos todos los estereotipos sobre una familia que viene de provincia, personas que no quieren hacer nada, que sueñan o que saben luchar, como esta personaje Charo, mi mamá lo ve como a una persona que lucha, que sí puede, a pesar de que tiene varios hijos y ha sufrido la pérdida de su esposo, esta mujer sigue adelante, entonces mi mamá dice que yo también puedo hacer lo mismo…

Vemos el tema del reconocimiento con los personajes en los que el televidente encuentra algunas cosas en común, pero también aparece la proyección del televidente en la medida en que quisiera parecerse a determinados personajes o desenvolverse como ellos en determinadas situaciones.

Los adultos de San Borja plantean una recepción con cierta resistencia que se nota cuando reconocen el carácter estereotipado de los personajes. Empero, entre los adultos de Villa María del Triunfo, de extracción social humilde y con una visión menos crítica, se ve al programa sin muchas resistencias, llegando a afirmar que es un reflejo de lo que pasa en las familias limeñas.

Susana: A mi me gusta el programa, porque es chistoso, dramático, tiene de todo, todo lo que pasa en la vida real, por eso.

Marcelino: Recrea de manera entretenida una parte de la vida real, de lo que pasa en las familias de Lima, sus problemas.

Profundizando en los ítems del reconocimiento y la proyección, un joven, Fernando, a la pregunta de si los Maldini se parecen mucho a los ricos, reconoce que los personajes de marras son una parodia de las familias adineradas utilizando elementos reales como la falta de autenticidad y la frivolidad de las mujeres ricas:

Yo he notado que por mi barrio en San Borja, que es un distrito más o menos pituco, las viejitas pitucas sí son, como que te miran diferente… por ejemplo mi familia es numerosa y se reúnen para hacer fiestas y tomarse algunos tragos y se quedan hasta el día siguiente y siempre hablan las viejitas que “se quedaron hasta tarde y la música estaba fea”… El lugar donde vivo se llama Conjunto habitacional las Torres de Limatambo y cuando tú les dices a una de esas viejitas que es un conjunto habitacional te dicen “no, esta es una residencial”, “pero, señora, está señalado como conjunto habitacional”. Ese título de conjunto habitacional como que les quema los oídos.

Los adultos de la zona sur de Lima tienen opiniones similares. También los adultos de San Borja reconocen el carácter estereotipado de los Maldini, con un ánimo justificatorio de las actitudes de esta familia en su relación con los Gonzáles.

Delicia: (Los Maldini) Es una familia de los ricos… En algunas cosas les doy la razón, porque ellos están en un nivel económico alto, y al frente tienen a los otros que son diferentes… los Gonzáles, una familia con otras costumbres, otra forma de vivir, otra manera de pensar y de actuar entonces, ellos como que incomodan a los ricos.

Entre los adultos de la zona sur de Lima, se considera que los Maldini que generan más simpatía son Francesca, por ser bonita y con modales, y su hija Rafaela, por no ser racista. Los adultos de San Borja tienen discrepancias sobre el Maldini que genera más simpatía; valoran la lealtad, la compostura, la tolerancia, la madurez y la atracción física. Los jóvenes encuentran más simpáticos a los personajes jóvenes, valorando su capacidad de relacionarse con los “otros”. Así, Ana rescata a los personajes-puente, despercudidos del racismo y la intolerancia de su estrato social:

La familia Maldini está estereotipada, pero es un estereotipo especial, porque los hijos no siempre heredan el comportamiento de sus padres, por ejemplo Nicolás y Fernanda no copian a sus padres, porque ellos tienen sus enamorados en la familia pobre... a pesar de las diferencias y los prejuicios que tienen las familias los jóvenes luchan por romper lo establecido, lo que sus padres les han enseñado de una u otra forma...

En cuanto al Maldini menos simpático, en todos los grupos coinciden que es Isabella, por racista y discriminadora. El racismo, asociado a la discriminación social y étnica, es visto como el antivalor más detestable en el programa. Flor enfatiza en el racismo de Isabella y otros personajes afines.

Como es de clase alta (ISABELLA) tiene que marcar ciertas distancias frente a la clase baja, pero esa distancia no es tan marcada en otros personajes como la señora Francesca, que es educada con las otras personas que no son de su nivel, pero Isabella no, es muy negativa con sus comentarios, y por ética es la que menos me gusta, a pesar de que me hace reír a veces. Su manera de expresarse de los Gonzáles, los apodos que los coloca tienen referencia a la cultura andina, es una burla directa enmascarada de racismo; el otro personaje parecido es su padre, Bruno, él cuando sus hijas empiezan a tener relaciones con la familia Gonzáles entonces empieza el temor… y el explica de que su temor es que le salgan cholitos, no quiere tener nieto cholitos…

Es interesante constatar cómo el machismo que impregna a algunos personajes de la familia Maldini no llama mucho la atención, excepto en el caso de Luisa, del distrito de San Borja, para quien el más detestable de los personajes ricos es Miguel Ignacio:

No me simpatiza para nada Miguel Ignacio por su papel machista, la tiene ilusionada a la pobre Gladys y de paso ahora está en afanes con otra mujer, y qué afanes, y después aparece otra, y otra. Es un tipo detestable…Yo estoy riéndome con las disparatadas de la Teresita y de repente veo cosas que chocan con mis costumbres, con mi forma de pensar… estoy viendo que Miguel Ignacio está que le hace cariñitos a Gladys y después se está chapando a la otra, ¡qué es esto!

Los Gonzáles más simpáticos serían, según los adultos de la zona sur de Lima, Charito (por su docilidad, honradez, responsabilidad, sencillez y ternura) y Teresita (por ser muy alegre). Los adultos del distrito de San Borja consideran personajes muy simpáticos a Charito y Gilberto; de ella, valoran la bondad, la transparencia, la justicia; de él, la docilidad y la inocencia. Los jóvenes expresan opiniones similares.

En cuanto a los Gonzáles más detestables, los adultos de la zona sur de Lima consideran que son doña Nelly (por autoritaria y egoísta), Pepe y Tito (por su afición a la bebida y la holgazanería). Los adultos del distrito de San Borja coinciden con estas percepciones. En el caso de los jóvenes, la mayoría considera también que el personaje menos simpático de los Gonzáles es doña Nelly, por su arribismo sin escrúpulos y falta de autenticidad. 

Rogger: Para mí es la peor de los Gonzáles. Tengo una vecina así incluso… quiere dirigir la vida de los demás, le dice a su hijo Pepe “tienes que estar con Rafaela, no tienes que perderla, vamos, vamos”, “Teresita tienes que casarte con Mariano”, así por el estilo.

Grecia:   Doña Nelly ya cae chinche, tú dices que espesa es esta vieja... pero esa señora marca lo que va a hacer cada uno de ellos, y no le interesa si es feliz, sino que ella lo único que quiere es que tengan un nombre y tengan plata… Doña Nelly es tan exagerada y ya una no quiere ni que aparezca en la pantalla.

Las discusiones con los consumidores de AFHS permite identificar dos formas de recepción del programa: a) una recepción con pocas resistencias y donde hay mucho de reconocimiento y proyección del televidente con personajes de la misma extracción social, género y condición generacional; b) una recepción con muchas resistencias y que llega en algunos casos a la contestación, cuestionando el carácter estereotipado de los personajes. Las dos formas de recepción se hallan en los tres grupos de televidentes, aunque la primera predomina en el grupo de los adultos de la zona sur de Lima, la segunda ligeramente en los adultos del distrito de San Borja y los jóvenes universitarios. En términos absolutos, no hay una predominancia de ninguna de las dos formas de recepción.

En el caso de EDH, ¿qué es lo que gusta del programa a los televidentes? A los adultos de la zona norte de Lima les gusta su alta carga de comicidad tomando como referente central la vida política nacional. Omar, joven universitario, enfatiza en lo mismo:

Lo que me gusta de este programa es su capacidad ilimitada para imitar a las figuras políticas, a las metidas de pata de los políticos, y todo lo que ocurre en el Congreso está plasmado allí a la semana siguiente. Eso engancha primeramente. Y otra cosa que a mí me gustaba era el trabajo de Carlos Álvarez que ya no está, que ya está en El estelar del humor, era una persona con un bagaje político alturado, no era, pues, un chabacano de a pie que como de repente con cierto talento puede imitar... Esas dos cosas me llamaban, me llaman la atención de El especial del humor.


http://elcomercio.pe/espectaculos/1380467/noticia-cuarta-temporada-al-fondo-hay-sitio-debuto-38,3-puntos-rating
El primer capítulo de la cuarta temporada de Al fondo hay sitio lideró el ránking de los programas más vistos del día lunes con un promedio de 38,3 puntos de ráting. La teleserie llegó a alcanzar picos de 45,5 y 47,5 puntos en su segunda y tercera media hora en el sector “AB”. (El Comercio, 28 de febrero 2012).

Los jóvenes consideran que con la salida de Álvarez el programa se ha empobrecido: con Álvarez había “humor político fino”, con Benavides lo que se logra es una comicidad de menor calidad, basada en la imitación grotesca, el buen maquillaje y la explotación de estereotipos y estigmatizaciones.

Conviene aquí hacer una distinción entre lo simplemente cómico y el humor, y sus derivados efecto cómico y efecto humorístico. Para ello, es menester convocar a la categoría comicidad, que es la cualidad de lo divertido. Hay comicidad en todo lo que puede generar divertimiento y risa. Para el logro del efecto cómico y del efecto humorístico, se tiene las mismas fuentes. Hay un consenso en definir cuatro grandes fuentes de la comicidad: el disparate, la simpleza, el exceso y el defecto. Más, ¿cuál es la diferencia entre lo simplemente cómico y el humor? Según Casares (1961: 5), el humor tiene tres elementos principales: el sentimiento de compasión[7], la elevación desde lo particular a lo genérico (la proyección de la comicidad del individuo sobre el plano general de la especie) y la presentación de un proceso anímico reflexivo. Aladro (2002: 3) precisa que “en su más profunda naturaleza, el humor es un sentimiento de lo contrario, más que una contradicción puramente cognitiva o mental”, y su función más importante es la restitución del carácter vital de las cosas. El humor sarcástico es corrosivo en cuanto niega todo lo que se va atiesando o quedándose rígido. En síntesis, el humor requiere mayor elaboración y tiene un efecto más complejo que sólo generar risa.

¿Con qué cosas suelen reír los jóvenes que consumen EDH? No hay una preferencia dominante respecto a cualquiera de los personajes del programa. 

Lourdes:       Son divertidos el padre Mariquín, Paolín y Martha Chávez por eso de la Constitución, parecía una loca, salía toda zombie ella, entrando al Congreso, pronunciaban el 79 y ella, pucha, entraba en crisis.

Juan:             El personaje que me gustaba era Alan García, porque retrataba todo lo que él es como persona, expresivo, megalómano, egocéntrico, prepotente, todo eso lo reflejaba, también con los zapatos gigantescos que le ponía (ÁLVAREZ), sobre todo después que Alan García le dio una patada a un señor en una marcha.

Entre los adultos, tampoco predomina alguna preferencia por determinado personaje, aunque se nota cierta tendencia a reír más con los personajes que parecen tontos pero en realidad son “vivos” (“achorados”). Aurora comenta:

En este programa trabajaba antes la Paisana Jacinta… me gustaba por ser provinciana, le querían tomar de lorna, pero ella con su picardía les tomaba el pelo a los capitalinos, a los criollos. Me gustaba también Luismi, que se molesta cuando se equivocan y le dicen algo que le molesta y allí siempre el lorna es Careyuca, es el que mete las cuatro, es el tonto y entonces le cae (EL GOLPE).

Los jóvenes no aprecian el lado achorado de los personajes, pero tampoco lo cuestionan ampliamente. Hablando de los personajes menos divertidos de EDH, algunos jóvenes critican su nivel de comicidad técnicamente deficiente y gastada por repetitiva. Entre los adultos encontramos cuestionamientos a los personajes que explotan la homosexualidad y el amaneramiento como fuentes de comicidad. Dice Doris:

Me gustaba Paolín, pero después ya no, Carlos Álvarez ya exageraba mucho con los gestos, los ademanes, poniéndole como un homosexual de verdad. Álvarez exagera lo mismo con Claudio Pizarro, con Farfán y con el hijo de Fujimori, lo ponían como si fueran gay, hablando “tampoco, tampoco”… Yo me decía como pueden permitir que les hagan eso. Me acuerdo de una entrevista que le hicieron a Paolo Guerrero y él estaba bien molesto… pero ni Paolo ni Kenji son homosexuales, son engreídos pero no homosexuales…. Carlos Álvarez exageraba mucho e incluso era muy lisuriento, es más lisuriento y habla más en doble sentido que Benavides.

A diferencia de los jóvenes que apuestan por el trabajo de Álvarez, los adultos tienen más simpatía por el de Benavides. Álvarez es considerado por los adultos como “el más lisuriento” por la forma como trabaja el tema de la homosexualidad. Así, María dice:

No me gusta que se metan con los sacerdotes, es una falta de respeto a la iglesia católica… me parece que un sacerdote es un sacerdote, no está a la altura de nosotros. Una secuencia que no me gustó fue cuando al Monseñor Duránd lo pusieron como homosexual, sí, lo hizo Álvarez, la verdad en buena hora que se haya retirado del programa… Siempre tocan a la iglesia católica, nunca a otra iglesia… la iglesia católica apoya a la población, pero a las otras iglesias, a las evangélicas no, a pesar de que reciben plata del extranjero… ¿porque a ellos no les imitan? Hay poblaciones que no tienen ni para comer y los evangélicos no les apoyan, eso deberían de imitar en el programa...

Sugiere que si se parodiara como gays a los representantes de los evangélicos, no estaría molesta. Se evidencia aquí la actitud ambivalente de María: no le molesta el personaje gay, sino que se haga aparecer como gay a personas que ella respeta mucho.

Hablando de personajes del programa rescatables, los adultos eligen a los personajes que encarnan los clisés de los peruanos que, siendo discriminados por ser provincianos, cholos o negros, se sobreponen y triunfan.   

María Luisa: Me gustaba la Paisana Jacinta, que llega a la capital y le toman el pelo, hacen lo que quieren con ella… en mi caso lo viví un poco, porque yo me fui a provincia y todos me decían la limeña y cuando vine a Lima tenía mis chapitas y “hola serrana” (RISAS) y entonces como que un poquito que me sentía mal cuando me decían serrana, chola…

Doris:             En estos personajes Paisana Jacinta y el Negro Mama hay que rescatar el autoestima, que frente a la adversidad y que son maltratados, como que no les hacen caso, no sé si por su propia ignorancia o inconciencia, pero como que al final superan eso.

La Paisana Jacinta y el Negro Mama son vistos como prototipos de un sector emergente, pese a que los personajes fueron cuestionados, y en el caso de Negro Mama retirado en más de una ocasión de la televisión, debido a las protestas de la comunidad afroperuana que lo consideraba elaborado con criterios racista y despectivo. Sin duda, entre los adultos de la zona norte de Lima, lo que más se valora es el lado emprendedor de los personajes, pero es una valoración con ciertas resistencias al menos en el caso de la Paisana Jacinta. Su imagen de campesina recalada en Lima no gusta del todo. Algo parecido pasa con las actitudes del Negro Mama, que tampoco gustan demasiado; es más, al final, son rechazadas.


trome.pe. La Paisana Jacinta y el Negro Mama

Doris:     Este programa no nos representa, porque los peruanos acá lo vemos porque de alguna manera está caricaturizando, exagerando algunas posturas, pero no porque realmente seamos así… lo que sale en la televisión en relación a nosotros los peruanos es erróneo, no es tal como somos… cuando han venido actores de otros lugares y los han entrevistado y han dicho caramba yo nunca pensé que Lima era así, yo no sabía que Lima quedaba junto al Océano Pacífico y que hubieran tantos edificios. Los actores pensaban antes de venir acá que en Lima había demasiadas personas nativas, vestidas con chullos, ponchos… entonces los extranjeros que tenían otra percepción se quedan sorprendidos… pero nosotros ya no somos así.

Víctor:   Yo creo que los personajes del programa tienen algo de los peruanos… algo del tipo criollo, del vivo, incluso un tanto corrupto, este, la criollada, que aún hay en la Capital.

Encontramos tres formas de recepción de EDH, que se hallan en los dos grupos de televidentes: a) recepción con pocas resistencias y mucho de reconocimiento y hasta de proyección del televidente con personajes de la misma extracción social, género y condición generacional; b) recepción con pocas resistencias y cierto reconocimiento en algunos personajes rescatables por su humor entendido como comicidad corrosiva; c) recepción crítica y contestataria, cuestionando el carácter negativo de los clisés que se manejan en el programa. La primera forma predomina entre los adultos y la segunda entre los jóvenes universitarios. No hay la predominancia absoluta de ninguna de las formas de recepción. Así, se pone en evidencia la ambivalencia como rasgo dominante de los consumidores de EDH: ven el programa porque es divertido, aunque encuentren que desde lo educativo y ético no es rescatable. Los personajes “achorados” del programa son divertidos, pero al mismo tiempo pueden ser también detestables, porque proyectan una parte de la mentalidad de la teleaudiencia, que ésta mantiene muy a su pesar: la homofobia, el racismo, la discriminación étnica y social.

 

Conclusiones

1. Los estereotipos sobre el peruano más intensos y de mayor alcance –es decir, más utilizados y con alto grado de consenso en su significado entre los productores– en los programas con mayor rating de la televisión peruana de señal abierta son el criollo y el cholo acriollado. Así, se confirma parcialmente nuestra primera hipótesis. 

2. Ser Criollo es ser alegre, ingenioso, chistoso, frívolo, cínico y mujeriego. Es el que encuentra su goce en la transgresión de las normas en perjuicio del Estado y de los seres a los que consideran inferiores: la mujer, el gay, el niño, el cholo, el negro. Las variantes del estereotipo son diferenciables por el nivel que ocupan en la escala de la transgresión desde lo más refinado a lo más degradado: pituco, huachafo, arribista, achorado.

3. El Cholo acriollado es una variante de cholo (persona de rasgos fuertemente indígenas, feo, mal hablado y agresivo, aunque trabajador, festivo y solidario), que asume roles sin prestigio, aunque acriollándose puede asumir roles con prestigio. Su acriollamiento significa que va dejando atrás su ingenuidad y torpeza de recién bajado de la sierra, reniega de su cultura y asume el estilo más degradado de lo criollo, lo achorado. Es un nuevo achorado.

4. En Al fondo hay sitio, hay un esfuerzo por generar héroes, a partir de personajes-puente entre dos mundos opuestos, personajes despercudidos de las taras o estigmas que se achacan a sus familias y que, inspirados por el amor, hacen del entendimiento un desafío para lograr una mejor convivencia. Empero, es un esfuerzo que se hace desde una visión muy estrecha del Perú, donde lo central es la Lima criolla y el resto del país no tiene mucho que ofrecer, salvo lo pintoresco y exótico de sus costumbres. 

5. Los productores de los programas televisivos no usan datos extraídos de la ciencia social y están dominados por un maniqueísta paradigma homogeneizador y etnocentrista respecto a la vida peruana. Su visión sobre este asunto es estrecha y retrógrada, y su trabajo una cómoda réplica de la dinámica afirmativa de la cultura occidental, transnacional y etnocentrista, generando clisés que reproducen prejuicios y estigmatizaciones almacenados por siglos en la memoria e imaginario colectivo.

6. La apropiación de los programas Al fondo hay sitio y El especial del humor se da de diversas formas, desde una recepción con pocas resistencias y mucho de reconocimiento y proyección del televidente con personajes de la misma extracción social, género y condición generacional –muy evidente en los adultos de los sectores populares–, hasta una recepción crítica y contestataria –evidente en la juventud universitaria–, que cuestiona el contenido negativo de los clisés trabajados y la comicidad de bajo nivel. No hay predominio de ninguna de estas formas, lo cual permite colegir que:

a)      el rasgo principal de los consumidores de ambos programas es la ambivalencia: se divierten con los clisés (estereotipos y estigmatizaciones) sobre el peruano, pero al confrontarlos con una situación deseable para los peruanos, los rechazan por su carga negativa;

b)      el éxito de los programas radica en que utilizan los estereotipos y estigmatizaciones sobre el peruano más intensos y de mayor alcance entre los propios peruanos, sobre todo en los sectores populares, donde son mayores los niveles de reconocimiento y proyección con los personajes televisivos y los clisés que representan.

7. Se ha confirmado totalmente nuestra hipótesis: el sentido simbólico predominante en los programas de mayor rating de la televisión de señal abierta, respecto a la  construcción y  representación de lo peruano, se asocia preferentemente a la tendencia a una estereotipación y estigmatización, asociado a una serie actitudes o acontecimientos prevalecientes en la sociedad peruana actual: la corrupción, el machismo, la homofobia, el racismo, la discriminación, el travestismo, la deformación física y el complejo de inferioridad; por lo tanto, la programación televisiva vigente no es favorable para los procesos de construcción y afirmación de la cultura e identidad nacional.



Notas:

[1] Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Magister en Comunicación Social con mención en investigación en comunicación (UNMSM). Docente de Ciencias de la Comunicación y miembro del Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho). Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Ha publicado los libros: Relatos al Atardecer (2000), Los kanas de Quispillaccta. Historia de un pueblo quechua (2006), Trabajar el desarrollo… Entendiéndonos. Retos de la comunicación en la promoción del desarrollo (2006), Tesauro kana. Ritos y tradiciones de Quispillaccta (2007), Filosofía andina y otros temas quechuas (2007), Al pie de Andinía (2008).

[2] El 18 de setiembre de 2010, el rating lo lideró el Gran show (canal 4), con 20.8 puntos. Le siguieron: Recargados de risa (canal 4), con 19.0 puntos y El especial del humor (canal 2), con 13.2 puntos (www.elcomercio.pe, del 21 de setiembre). Al fondo hay sitio (canal 4), transmitido de lunes a viernes, es un gran éxito de sintonía nacional; su rating promedio fluctúa entre los 32 y 29 puntos (www.caretas.com.pe, revisado el 22 de setiembre de 2010).

[3] AFHS es una serie de corte cómico que pretende ser una parodia de la sociedad limeña actual y EDH, un programa de imitación y parodia de personajes cómicos, deportistas y estrellas de la farándula.

[4] El 3 de octubre de 2010 fueron las elecciones regionales y municipales. La primera vuelta de las elecciones presidenciales se realizó el 10 de abril del 2011.

[5] Desde la perspectiva de la investigación holista interdisciplinaria, el estudio de los procesos de producción simbólica en comunicación es complementario a toda investigación sobre la apropiación (recepción) de los productos de la industria cultural, y viceversa. Orozco G. (2001: 13, 15) recomienda “mirar a la televisión siempre interconectada con sus audiencias, y contextualizada y multimediada desde diversas fuentes”, considerando que “el único límite real al poder de la televisión son sus audiencias”.

[6] Recordemos que la apropiación de un programa televisivo no es “el mero recibimiento, sino una interacción, siempre mediada desde diversas fuentes y contextualizada material, cognitiva y emocionalmente, que se despliega a lo largo de un proceso complejo situado en varios escenarios y que incluye estrategias y negociaciones de los sujetos con el referente mediático de la que resultan apropiaciones variadas que van desde la mera reproducción hasta la resistencia y la contestación” (Orozco G., 2001: 23).

[7] “(…) no basta que contemplemos con piedad a las personas que pueden dar ocasión a la sátira para que entremos en el reino del humor: es menester que nos sintamos solidarios con ellas” (Casares, 1961: 5).

 

Bibliografía:

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www.caretas.com.pe, del 22 de setiembre de 2013, hora: 10:00 AM

www.elcomercio.pe, del 21 de setiembre de 2013, hora: 11:30 AM

 

Cómo citar este artículo:

MUÑOZ RUIZ, Urbano, (2014) “El peruano como estereotipo y estigma. Cultura e identidad nacional en la televisión peruana”, Pacarina del Sur [En línea], año 5, núm. 18, enero-marzo, 2014. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=915&catid=46