Quince opiniones por los siete años de nuestra Pacarina del Sur

Ricardo León García

 

Arriba a puerto el séptimo año de Pacarina del Sur. Con tal motivo, un grupo de amigos y colaboradores de esta revista de pensamiento crítico latinoamericano han expresado sus sentires sobre las leguas andadas y las que anhelantes todos, sugieren que se anden.

Acostumbrados como estamos en el mundo contemporáneo a la complacencia acrítica y al festejo ante cualquier superficialidad, quienes expresan sus ideas por estos siete años de arduo trabajo, además de congratularse por el hecho del camino recorrido, apuntan ahora hacia las posibles direcciones que deban seguir las miradas, los pensamientos, las ideas y las propuestas en el futuro de la Pacarina del Sur.

Cierto es que el trabajo intelectual en Nuestra América ha tendido a imitar y obedecer lo que las imposiciones académicas neoliberales han establecido. Quienes se han dado a la tarea de mantener el proyecto Pacarina del Sur, indudablemente asumirán su responsabilidad bajo una ética profesional coherente con el compromiso, congruente con el sentimiento solidario y anclada solamente en el respeto a la pluralidad de las ideas.

Las propuestas y los reclamos deberán ser anotados y, en la medida de las posibilidades y de la ampliación de la red de colaboradores y de la integración de nuevos esfuerzos colaborativos, habrán de materializarse. Debemos anotar que de esta fiesta de ideas por los siete años de Pacarina del Sur, encontramos sugerentes manifestaciones que invitan a redoblar esfuerzos.

Se ha lanzado el reto de analizar con mayor detenimiento a todo eso cuanto se critica y a lo que nos contraponemos, ¿realmente entendemos la magnitud de los problemas y las ideas que se promueven desde lo que hemos considerado como conservador, impositivo, neoliberal, capitalista?

Centroamérica está prácticamente ausente de este esfuerzo editorial y Nuestra América no acabará siendo totalmente nuestra, si no se expresan los sentires, sueños, memorias y proyectos de todas las regiones.

Convoquemos a las nuevas generaciones, seguramente hace falta una mayor interacción con quienes suponemos que habrán de reforzar los proyectos, revitalizar ideas o, simplemente, determinar nuevos rumbos de navegación.

En los últimos años hemos sido testigos del surgimiento de los llamados “gobiernos progresistas” en Nuestra América, pero en la Pacarina están ausentes los análisis de sus formaciones y actuaciones, ¿por qué?

Además, encontramos la insistencia en tratar de que las voces indígenas, las ideas de la tradición de los pueblos originarios de este continente tengan una mayor fuerza en el pensamiento crítico que se ha alimentado principalmente de la tradición occidental. En los comentarios siguientes, encontraremos la expresión de semejante urgencia.

Por último, pero no menos trascendente, está la propuesta de que la Pacarina del Sur sea el vehículo impulsor del encuentro más interactivo entre los emisores de las ideas que aquí se expresan “cara a cara o teclado a teclado”. Si bien las nuevas tecnologías han permitido el acercamiento, es cierto que el intercambio más dinámico es posible, más cuando en el pasado existió y en las últimas décadas parecía que tendía a su cancelación.

En fin, tras siete años de intercambio, he aquí más ideas. Se reúnen en este sitio para ser debatidas. Estamos seguros que la Pacarina del Sur seguirá siendo el canal de este encuentro de ideas y que éstas serán cada día más y de la profundidad que ha caracterizado a esta revista de Nuestra América.

Siete años de travesías, complicidades y desafíos

La Revista Pacarina del Sur, surca los mares del Pensamiento Crítico Latinoamericano desde hace siete años. Desde ese entonces me parece que no ha perdido la brújula que marcó su momento (manifiesto) fundacional y que es pertinente volver a escuchar: expresará una corriente de pensamiento crítico, cribada entre la antropología y la historia, sobre diversos temas culturales, ideológicos, políticos y religiosos de Nuestra América. Y desde su tierra firme y sus islas, navegará a contracorriente por el Océano Pacífico, legando a sus lectores su bitácora, su catalejo y su brújula. Será, en cierto sentido, memoria y registro del agitado y fugaz presente; será también idea, sentimiento solidario, palabra y prisma cultural.

En efecto, consideramos que actualmente pocas son las publicaciones de inspiración tan polifónica que sea imposible anclarla a estado, nación o territorio exclusivo. Pacarina ha nacido latinoamericana y desde esos múltiples tiempos/lugares asume nuestros problemas, encuentros, desafíos, interrogantes, historias y coyunturas sintiéndose heredera y parte de la mirada crítica que ha esgrimido nuestra tradición de pensamiento social continental. Tarea nada fácil en la que han insistido las y los editores, colaboradores y lectores que la construyen trimestralmente. Insistiendo en un punto nodal: en tiempos de arremetida neoconservadora, mercantilización del conocimiento y privatización del saber es fundamental sortear los feudos de la academia y la política con las redes críticas y solidarias del pensamiento radical. Radical por la mirada sensible ante las estructuras de inequidad que no podemos ni queremos esquivar, por la pluma afilada y analítica, por el horizonte emancipador que nos invita a seguir discutiendo, intercambiando, tirando nuestras voces al papel.

Un lugar fundamental han constituido en este sentido los 18 dossiers publicados desde entonces. Pensados para proponer y debatir en torno a una temática específica, profundizando desde diversas aristas, voces y nacionalidades. Su éxito en cuanto a la amplitud de su recepción puede ser constatable si consideramos las miles de visitas internacionales que nos arrojan las estadísticas y que nos pueden dar pistas interesantes respecto a las preocupaciones y necesidades que cruzan el debate continental. También ha servido para que grupos de estudio puedan presentar y difundir sus propuestas analíticas y principales hallazgos investigativos.

El arco de los temas tratados es bastante amplio. Miradas a nuestra historia política, debatiendo en torno al exilio, una realidad permanente en nuestra América; los usos (y abusos) de la memoria como herramienta heurística y política, o reflexiones a partir de los golpes militares que estremecieron al continente. También están presentes las preocupaciones sobre nuestro devenir, como estudios sobre el mundo del trabajo y la transformación de las relaciones laborales; las guerras fratricidas y aventuras neocoloniales; la privatización de la educación y el acecho a otros derechos sociales conquistados después de arduas luchas; así como también las diversas formas de resistencia que ensayan nuestros pueblos como el desarrollo de modernidades alternativas (no capitalistas), la potencialidad transformadora de los movimientos juveniles o el desarrollo de instituciones de defensa de la comunidad pensados desde el universo etnocultural y la problemática rural de América. Incluyendo por supuesto, preocupaciones epistémicas que abarcan por ejemplo, la perspectiva y propuesta de los estudios de la complejidad o las interrogantes abiertas por nuestro universo cultural y estético, entre ellos, los problemas de la comunicación y la industria cultural en América Latina; del cine comprometido y los derroteros de la caricatura e historieta.

En esta amplitud temática llama la atención que uno de los dossier que más ha concentrado la atención en cuanto a recepción haya sido “Alternativas: Artículos y revistas académicas latinoamericanas”. Dicho interés pareciese surgir de una preocupación concreta que hoy por hoy ronda en el quehacer académico. El imperativo de demostrar “productividad” y la presión por publicar en ciertas revistas con alto impacto potencia la construcción de un individuo aislado (que mira desde arriba y desde afuera) por sobre la colectividad, la premura que coloniza los tiempos y las complicidades (apaga el fuego lento pero intenso en que se forjan las palabras, las letras y las redes); boga y recompensa la autocensura, la desvinculación con el territorio desde el cual se piensa y problematiza; contrae el espacio en que el pensamiento requiere nutrirse, entre otras problemáticas que podríamos seguir enumerando. He ahí el urgente desafío en lo que queda por venir. Avanzar sin renunciar a ese manifiesto inscrito en el mapa de ruta de la Pacarina hace siete años: Su itinerario se guiará por la utopía y la posibilidad de ser o hacer. Todos los artículos publicados son seleccionados por su originalidad, rigor analítico y sentido crítico. El arbitraje académico a que son sometidas las colaboraciones que nos llegan es exigente, pero al mismo tiempo respetuoso de la pluralidad del pensamiento crítico de nuestros colaboradores.

No es menor la tarea para los años venideros: continuar promoviendo el rigor intelectual y la pasión crítica que ha caracterizado a la mayoría de las publicaciones reuniendo a connotados y emergentes intelectuales, pero sobretodo, resulta urgente idear los mecanismos para ampliar con mayor fuerza la convocatoria hacia nuevas generaciones, haciendo hincapié en abrir el espacio hacia propuestas temáticas novedosas que refuercen desde miradas diversas y creativas el conocimiento de Nuestra América. También –por qué no- lograr consolidar en un futuro no lejano un foro o plataforma de encuentro que nos permita debatir cara a cara o teclado a teclado sobre nuestros escritos, retomando aquellos tiempos cuando el debate era una auspiciosa e ineludible práctica cotidiana.

Desde una esquina urbana del sur latinoamericano vayan estas auspiciosas felicitaciones a la Pacarina del Sur.

Viviana Bravo Vargas

 

Celebramos el numen lacustre que es la Pacarina, tan sólo para que pueda extender su aliento a cometidos telúricos y cósmicos. En su enorme palimpsesto se devela a la utopía como lo que ya está en camino y no el aún no, como una membrana abriéndose a alboradas que fueron negadas repetidas veces. Si bien hemos podido afilar lanzas y apuntalar aristas en su multiplicidad, se hace necesario el movimiento para poder agitarlas y vaciarnos de vida en los caminos, como decía Martí. Basta asumir, con la certeza histórica de los que luchan contra el orden de lo dado en diversas latitudes del planeta, que el acto de transmutar en letras el ineludible marasmo de la vida, habrá de sobreponerse a las metáforas del invierno ya que los pueblos saben que la primavera está a la vuelta de la esquina.

Dr. Guillermo Torres Carral y M. en C. Josué Sansón Figueroa
Universidad Autónoma Chapingo

Merecido reconocimiento a Pacarina del Sur por estos años de compromiso responsable y propositivo con Nuestra América y el mundo. Sólo mediante el esfuerzo colectivo, intercambiando generosamente reflexiones, experiencias, anhelos y deseos es factible una interlocución donde la crítica y la autocrítica sean valoradas como aporte y no como descalificación.

Suele aparecer como obvio y normalizado que se requiere conocer el pasado –especialmente el pasado inmediato­- para poder alcanzar el sentido del presente en que nos encontramos, afrontar los problemas e ir construyendo un futuro mejor. Y esa temporalidad no resulta suficiente cuando no queda más que tomar en cuenta las variantes espaciales en las que nos vamos desenvolviendo. Estas dimensiones espacio-temporales son ineludibles y conocer los procesos de los que formamos parte, la mayoría de las veces sin prestarles atención, resulta decisivo para poder ubicarnos y no perder el rumbo. Incluso para poder decidir los rumbos que anhelamos.

Hacer llegar estos aportes y compartir el esfuerzo conjunto requiere esfuerzo muy laborioso, convicciones muy arraigadas, constancia ejemplar, disciplina muy bien ejercida.

De todo esto es ejemplo Pacarina del Sur. Su equipo gestor, encabezado por el tenaz impulso del querido amigo Ricardo Melgar, ha sabido aprovechar al máximo el potencial de las nuevas tecnologías para impulsar y mantener esa red de trabajo conjunto con miras a un actuar cuidadoso y efectivo en este mundo donde la agresividad aparece como ‘normalizada’ por los sectores dominantes. ¡Nada de aceptación irresponsable y menos de actitudes sumisas ante estos dislates! ¡Búsqueda, invención y construcción de alternativas, siempre apoyándonos en un conocimiento adecuado y preciso de las coyunturas!

Abordar las múltiples aristas de la realidad requiere esfuerzos articuladores y convergentes donde lo literario, artístico, político, sociológico, antropológico, económico, psicológico, filosófico, histórico, religioso y mucho más sea tomado en cuenta y examinado con cuidado. Por otro lado, revisar múltiples enfoques simbólicos, culturales, ideológico, axiológicos, etc., permite vislumbrar perspectivas dispares y abrir senderos inéditos. No descuidar ninguno de estos matices resulta exigencia de pertinencia y efectividad.

Ante los desafíos que hoy enfrentamos en toda la región y a nivel mundial, sería muy grave despreciar el conocimiento de nuestro rompecabezas y desacreditar piezas o posibles articulaciones. Conociéndonos aumentamos nuestro potencial y desarrollándolo, poniéndolo en práctica, abandonamos la pasividad a la que se nos quiere reducir para evitar líos. En realidad no lo son, sino que resultan vislumbres de lo alternativo añorado y eso produce escozor y hasta pánico en los sectores dominantes que se aprovechan de todo al costo que sea, mientras no les cueste.

En suma, no cabe duda que sólo el trabajo en equipo abre sendas y la constancia ayuda a consumar la obra artesanal. Recuperar experiencias, valorarlas, apreciarlas, aprender de ellas no es sólo prurito de erudición, sino condición de posibilidad para avanzar. ¡A seguir el ejemplo de Pacarina del Sur, siempre formando parte!

Horacio Cerutti-Guldberg
Cuernavaca, 12 de septiembre de 2016

Navegando por y en Pacarina del Sur

I

Pacarina del Sur. Revista de pensamiento crítico latinoamericano cumple siete años de existencia. Encontrar un nombre para América Latina es una tarea ímproba. ¿Cómo concentrar en una palabra la vertiginosa heterogeneidad imperante en nuestro vasto territorio? “Pacarina o Paqarina es una voz andina, un término quechua de tenor polisémico, que alegóricamente nos ayudará a expresar nuestras ideas, sentires y quehaceres” versa en la presentación. El acierto consiste en haber recurrido a una figura de reemplazo que concentra el sentido y, al mismo tiempo, permite la visualización en una imagen. En este punto encontramos otro hallazgo, en el hecho de que la pacarina es “una y diversa” como América Latina, y, por ello, podrá ser “sentido, memoria y registro del agitado y fugaz presente; será también idea, sentimiento solidario, palabra y prisma cultural. Su itinerario se guiará por la utopía y la posibilidad de ser o hacer”. Es decir que remite al mundo mítico (utopías indígenas), o al mundo contemporáneo (fútbol y barras bravas o cine), al campo minado de los terrorismos y las guerrillas (Abigail Guzmán y Sendero Luminoso, Chiapas), pasando por maravillosos textos literarios (J. M. Arguedas) y autores reconocidos (Martí, Mariátegui, Rodó) hasta la elucubración filosófica (marxismo) o sobre cierto aspecto puntual de un fenómeno social reciente (Evo Morales). Afirman que Pacarina será “memoria y registro del agitado y fugaz presente; será también idea, sentimiento solidario, palabra y prisma cultural. Su itinerario se guiará por la utopía y la posibilidad de ser o hacer”. Así, esta revista de pensamiento crítico se constituye como tal, Rodríguez Reyes dice que “pensamiento es crítico o no es pensamiento (…) Lo es en el sentido de que un pensamiento tiene que estar al servicio de la humanidad. Para ello tiene que ir a contrapelo al status quo, de lo contrario sería un cúmulo de ideas instrumentalizadas a intereses particulares”.[1] Mucho se puede argüir acerca de su calidad y permanencia, sin embargo me interesa comenzar por otro ángulo de enfoque para justipreciar su vida digital y escudriñar un modo de especulación crítica, tal como nos lega Pacarina del Sur desde su primer número hasta hoy.

 

II

Giorgio Agamben en “Del libro a la pantalla. Antes y después del libro”, capítulo de El fuego y el relato, refiere los cambios acaecidos cuando la Humanidad pasó de leer en el volumen (papiros y pergaminos que se desplegaban en un rollo) a manipular un codex (libro) en la Europa de los siglos IV y V. Ese acontecimiento radical implica el comienzo de la página. Este formato, que florece en el mundo de lo tangible, también se ha incorporado en el imaginario a tal punto que es imposible pensar en un texto sin percibir la imagen de la página. Agamben destaca la relevancia que cobra la materialidad dado que el ser humano debió adaptarse a los límites que ofrece el campo visual de la página, mientras que, al desplegarse el volumen, surgía “un espacio homogéneo y colmado de una serie de columnas de escritura yuxtapuesta”. En cambio, la nueva hechura “impone una serie discontinua de unidades claramente delimitadas” (81), la página, además trae consigo otras nociones, tales como la sucesividad y la fragmentación, además de la posibilidad de extender los textos, de incorporar más contenido. Si quisiéramos seguir indagando en estos campos, los historiadores hallan una relación entre el libro y la concepción del tiempo lineal, característica del mundo cristiano, mientras que la acción de desenrollar el papiro correspondencia con el tiempo cíclico de la Antigüedad Clásica. La lectura de Agamben y la reflexión sobre estas cuestiones me permiten imaginar sobre aquel cambio remoto y conjeturar sobre el que estamos viviendo ante el advenimiento de la tecnología. Múltiples son los caminos para abordar nuestro tiempo, el texto de Agamben me ilumina desde uno de ellos. En el mismo sentido, desde otra senda, se podría referir lo concerniente a La Galaxia Gutenberg, título del libro de Marshall McLuhan, en el cual toma la evolución histórica hasta llegar a la imprenta y su desarrollo en contraste con la cultura oral que la precedió. También el erudito canadiense hizo aportes sustanciales sobre el poder de las tecnologías en el siglo XX, por ejemplo, el concepto sintetizado en la frase: “El medio es el mensaje”. En trabajos sobre los textos literarios he centrado mis estrategias de análisis en el tratamiento del discurso y desde los procedimientos he llegado a perfilar un sentido. En el caso de los medios digitales considero central tener en cuenta el medio y cómo se envía el mensaje desde ese sitio. Es otro modo de materialidad, no física, pero determinante.

Las pantallas han invadido nuestras vidas cotidianas tanto en lo privado como en lo público. Día a día hay más publicaciones en internet y los medios de acceso se han facilitado, de modo que es viable el acceso a los textos. En muchos casos, las pantallas reproducen el formato libro y hasta la denominación e-book remite a ese formato. Sin embargo, otros diseños pueblan los sitios, blogs y publicaciones digitales. Pareciera que el ser humano se está dando un tiempo para decidir si las pantallas van a dejar la reminiscencia del codex o, como signo de posmodernidad, todos seguirán fluyendo, en vigencia, sin llegar al reemplazo definitivo. Lo cierto es que lo iconográfico ha revivido y cobrado un valor agregado, sin pensar sólo en una categoría de valor económico en un circuito de producción, sino trasladándola a un campo simbólico. El diseño gráfico alcanza, así, un sentido que infunde sensaciones múltiples en el lector. Si la página fragmentó el texto enmarcándolo en una caja entre márgenes, la pantalla abre esos márgenes a la diversidad de ventanas, que abren nuevas pantallas, que se linkean a su vez con otras pantallas, que nos llevan a múltiples contenidos e hipervínculos…y así sucesivamente. La sensación de navegar es la que lidera porque expresa una acción ejercida desde un lugar minúsculo (embarcación/pantallas) en un medio de inconmensurable (mar/internet). En sincronía con esta metáfora, en la presentación nos explican: “La Pacarina es lago, laguna, manantial y mar del Sur, el principal eje de la unidad y movimiento del mundo contemporáneo”. El que navega puede ir, volver, cruzarse, deambular, dirigirse a un destino pero también quedar a la deriva. Esto no sólo depende de quién comanda la nave (pantalla), sino del mar que transita (sitio web visitado).

 

III

Pacarina del sur se halla entre los sitios que no reproducen la página del libro (codex). En esta revista se apropian del espacio digital tal como se ha ido conformado, aprovechando todas las posibilidades de existencia, sin reproducir la experiencia del libro en la pantalla. Las multiplicidad de sus dieciséis secciones establece una sensación de fragmentariedad exacerbada que el lector visita, sondea y decide leer o no, según sus intereses. Estas visitas, apertura y cierre de pantallas, tienen una correspondencia lejana tanto con el desenrollo de volumen cuanto con el hojear un libro. Sin embargo, en el espacio digital prima la fragmentación, se encuentran las partes de un todo que nunca se podrán obtener físicamente, nunca se visualiza la totalidad a pesar de que está supuesta y vigente; ya no se trata de un espacio homogéneo como el del volumen, pues, a pesar del diseño gráfico que arma áreas semejantes, se altera la continuidad y se trabaja contra la noción de totalidad, es una pacarina, se vigoriza el texto. Esa es la dinámica del espacio digital a la que adhiere Pacarina del Sur y se potencia desde el buen uso de la tecnología.

En el Inicio en la barra de navegación principal, uno de los cuatro títulos funciona como un faro que se denomina, “Nuestra América”. De modo inmediato nuestra mente puede entrar en la deriva que abre esa frase por la referencia al ensayo de José Martí pero, además, porque determina, para un lector desprevenido, la diversidad temática aun cuando desconozca al escritor cubano. Al cliquear se despliegan los nombres de las dieciséis secciones ya mencionadas. Haremos una breve descripción, ya que la creatividad evidente en esas titulaciones, lo amerita. Los que van directo al grano (“Abordajes y contiendas”, “Figuras e ideas”, “Señas y reseñas”, “Indoamérica”, “Mares del Sur”) remiten a modos tradicionales de nombrar las secciones de una publicación periódica. Otros sugieren los contenidos metonímicamente, es decir partes desde las cuales se intuye una entidad mayor (“Amautas y horizontes”, “Huellas y voces”, “Máscaras e identidades”). Las metáforas (“Piélago de imágenes”, “Ostras y cangrejos”, “Mallas”) invitan al lector a tratar de decodificarlas antes de visitar los artículos. Todas juegan con el discurso y convocan a un lector muy activo.

Para finalizar, reflexionemos sobre una categoría siempre problemática: el tiempo. Si he hablado de una correspondencia entre el tiempo lineal y el libro, mientras que en la Antigüedad Clásica el papiro envuelto respondía a la vivencia de una circularidad temporal, ¿qué diríamos de esta lectura digital? Aunque el tiempo lineal transcurra en el momento de navegar por y en Pacarina del Sur, otra noción y experiencia del tiempo circula en el lector. No hay cronología ni linealidad en avance, hay superposición, yuxtaposición, acumulación y simultaneidad. Acaso sea un tiempo inefable, pero es el de la experiencia en este nuevo siglo.

Aymará de Llano
CELEHIS-Universidad Nacional de Mar del Plata

Saludo y balance personal de Pacarina del Sur

Para Ricardo e Hilda por su ejemplo de valor y fe.

A fines del año 2009 apareció el primer número de Pacarina del Sur, y sus directores me han pedido que escriba algunas líneas críticas comentando la trayectoria de dicha publicación de la que me precio ser uno de sus colaboradores. Dos peruanos son responsables de la revista: Alberto Villagómez Páucar (Universidad Nacional Mayor de San Marcos) como director, y Ricardo Melgar Bao (Instituto Nacional de Antropología e Historia, México) como editor, aparte de un amplio y representativo Consejo de Redacción.

Como dice en su presentación (“Brújula y bitácora”): “Pacarina del Sur expresará una corriente de pensamiento crítico, cribada entre la antropología y la historia, sobre diversos temas culturales, ideológicos, políticos y religiosos de Nuestra América”. Y como me lo sugirió mi amigo Ricardo Melgar, tomaré su palabra para evaluar críticamente a esta revista crítica. Pero ojo, según el Diccionario de la Lengua Española, criticar tiene como primera acepción: “Analizar pormenorizadamente algo y valorarlo según los criterios propios de la materia de que se trate”. Es decir, no es como comúnmente se piensa, que criticar solo es manifestarse en contra de alguna idea o posición. Criticar también es dialogar.

A diferencia de los años 20, y 70 - 80, en donde había una diversidad de publicaciones de revistas con sentido crítico, propuestas ideológicas y políticas, y, además, con un talante integrador de nuestro sub-continente, el momento actual ofrece un panorama muy opaco. Curiosamente, a pesar de los avances tecnológicos y de los medios de comunicaciones, la desarticulación de los intelectuales críticos de nuestros países entre sí es notoria. Pacarina del Sur aparece desde el trimestre octubre-diciembre de 2009 tratando de cubrir ese espacio abandonado y solo poblado por algunas publicaciones supérstites del periodo anterior a las que solo se suman una que otra revista de periodicidad incierta, incluso. A ello hay que agregar el hecho que se trata de una revista virtual, y por tal razón su difusión se vuelve extensiva en poco tiempo. Entonces aparece el tema de la lectoría: ¿hay lectores para este tipo de revistas?

Si uno tiene la paciencia de revisar los ingresos podrá verificar que es constante y masiva la consulta que se hace de los distintos artículos. En otras palabras, es cierto que hay un público lector que espera con interés artículos que aborda temas como los que Pacarina del Sur ofrece. Pero aquí me surge otra pregunta. Estas consultas ¿obedecen a un interés exclusivo de investigación académica o también a uno de explicitación ideológica y de combate político? No sé la respuesta, quizás la tengan los propios directivos de Pacarina del Sur, pero aventuro a afirmar que esas consultas están en relación más a la investigación académica y a la exploración ideológica que a la participación política práctica. Sostengo esto por la evidente crisis de las organizaciones político-partidarias que aún están buscando las maneras de engarzar con una sociedad que se ha modificado dramáticamente en términos generacionales, con una visión despolitizada de la vida que ha terminado ubicando el problema del poder en un lugar secundario, pero que sí requiere conocer el pasado y el papel de personajes y situaciones fundamentales de nuestros países. Quizás en esto radique el éxito de Pacarina del Sur. Porque, por un lado, pone a disposición del lector amplio y sin distinción una plataforma de discusión de temas −por medio de sus diferentes secciones− que responden a intereses generales, y, por otro lado, porque se instala en un campo de debate ideológico.

En efecto, si se revisa con atención los nombres de los colaboradores y los títulos de los artículos se extrae sin ninguna dificultad el sentido de Pacarina del Sur y su objetivo de diálogo con ciudadanos especialmente (de ninguna manera exclusiva) de nuestro sub-continente. No se propone construir la identidad latinoamericana, pero sí formar el espacio para la comunicación entre todos sus integrantes. Tampoco es exclusivamente histórico el contenido de esta revista, también abundan los estudios sobre diversos aspectos de la realidad continental actual, lo que le da un carácter integral.

Pero seamos claros, el contenido de Pacarina del Sur atiende la realidad pasada y presente desde las luchas de los pueblos latinoamericanos, de su aporte cultural, de sus revoluciones derrotadas y triunfantes, desde sus héroes victoriosos o inmolados. Y los diferentes y diversos abordajes que se exponen por medio de los artículos y colaboraciones diversas pretenden engrosar esa tradición de búsqueda permanente de liberación y cambio. Pero lo hacen no con los lemas y dogmas de un pasado no tan lejano, sino con la investigación detenida y documentada, basada en archivos y en reflexiones serias y maduras.

¿Por qué no existen publicaciones en nuestros países de este tipo pero de signo opuesto? ¿Por qué el pensamiento liberal, conservador, reaccionario, o como se le quiera tipificar, no es capaz de producir una publicación como Pacarina del Sur? Quizás porque su pasado no sea tan honorable, quizás porque le es suficiente con tener el poder, o porque carece de intelectuales y está desguarnecido de ideas. Posiblemente, la respuesta sea una combinación de estos y otros factores. Pero esta ausencia no es la única, también desde el pensamiento crítico se nota, como he señalado líneas arriba, un retroceso en la difusión de sus ideas y posturas políticas. Las razones seguramente son otras y considero que tienen que ver especialmente por la ausencia o debilitamiento del sujeto político. Es necesaria una nueva narrativa, de un nuevo discurso, pero también de una nueva forma de hacer política con jóvenes de última tecnología.

Pero es precisamente en este espacio que podemos llamar de razón ideológica en donde se ubica mi principal crítica a Pacarina del Sur, y la señalo con amistad e identificación con lo que representa. Es cierto y sobradamente meritorio el buscar cumplir con el objetivo de ubicarse en una tradición, historia y pensamiento de liberación y continentalismo, y en este sentido abundan artículos sobre lo que somos y queremos ser los que nos declaramos de izquierda. Pero ante esto no existe la contraparte que es el propiciar el debate con los contrarios. Es decir, son muy escasas las colaboraciones que tengan como interés analizar al adversario, casi no se estudian ni se debaten con los opuestos a las propias ideas. Decodificar al del frente también sedimenta la propia identidad. El desmontaje ideológico del neoliberalismo por ejemplo es necesario hoy en día porque se ha vuelto hegemónico políticamente a nivel global.

Pacarina del Sur ha cumplido siete años y ha avanzado significativamente en su propósito de convertirse en una referencia del pensamiento crítico de Nuestra América. Ha sido capaz de convocar a un gran número de colaboradores de diferentes disciplinas que consideran prestigioso publicar en sus páginas virtuales. Ahora también es editorial y anuncia publicaciones que sin duda contribuirán a ampliar su importancia y meritorio.

Osmar Gonzales Alvarado

Siete años de la Pacarina del Sur

Siete años de una revista independiente en el campo de las ciencias sociales y las humanidades, mantenida bajo el ánimo incansable de Ricardo Melgar, enriquecida a pulso con el concurso de sus colaboradores en diversos países y con el aporte creativo y profesional del diseñador Luis Sánchez, amerita no solo una felicitación muy efusiva, sino una detenida reflexión.

No son tiempos fáciles para un empeño de este calado. Los “medios”, vertidos a menudo en la reproducción mecánica de mentiras solemnes, proyectan reiteradamente el pensamiento único ideado en el laboratorio de la conformidad. Abundan los opinadores, las recetas y los lugares comunes y escasea a menudo la autenticidad. Así, no todos los medios brindan insumos para nutrir una libre reflexión mediante el acceso a una información objetiva y a otras libres reflexiones. No todos brindan matices diversos y también disensos fundamentados.

Tampoco los escenarios actuales de América Latina son hoy, como a menudo, muy promisorios. Por ello la reflexión que brinda y a que invita la Pacarina del Sur tiene un papel relevante, al lado de otras voces y de otros medios empeñados en avizorar presentes y futuros de vida. Y ese lugar lo tiene la Pacarina del Sur gracias al nivel de sus colaboraciones, nivel que nos lleva a reconocer que el mantenimiento por años de esta publicación incluyente y de calidad, ha requerido una notable capacidad de convocatoria, que sólo puede provenir de una confianza generada en relaciones sólidas, de respeto mutuo y de amistad, que es terreno propio del Chino Melgar.

Así que un sostenido proceso ha derivado ya en la consolidación de esta apuesta fundamental. ¿Por qué fundamental? Porque la revista emerge ya como un canal de comunicación eficaz y a la vez elegante, que permite acceder al análisis de muchos colegas, en diversos temas y problemas de Nuestramérica, siempre pertinentes.

Editar esta revista independiente en un marco de apremios constantes, una publicación nutrida de convicciones y no de cálculos, no ha sido tarea fácil. La confluencia en una tarea trascendente se encuentra en la base de la Pacarina, de la que emergen sus temáticas. No es asunto menor, además, el cuidado puesto en su diseño, desde la definición inspiradora de sus diversas secciones, hasta el cariño plasmado en un diseño innovador, sugerente y bien cuidado, expresando una identificación estrecha con el cometido y el sentido mismo de la publicación. Nada de todo ello se hace sin el concurso del genuino interés de sus participantes.

La Pacarina del Sur no goza de patrocinios institucionales, y ello no es poca cosa. Su patrocinio sin embargo no es desdeñable, porque radica en la convicción de sus participantes. Para llegar a donde se ha llegado con esta Pacarina, se necesita bastante tenacidad, y al mismo tiempo, la capacidad de responder a una infinidad de detalles diversos, a menudo operativos y poco visibles. Resulta en suma un poco disparatada la empresa, porque hoy se va y se viene en el vértigo de infinitas tareas, arrastrando una acumulación incesante de pendientes; sin embargo, en síntesis, la Pacarina del Sur da respuesta a la necesidad compartida de comunicar diversas perspectivas, hermanadas y orientadas todas por un norte: el norte del Sur. Es decir, es decir, engarzadas por la adscripción inveterada y natural a un referente común, asediado y magnífico, que es América Latina, en vías de ser mejor conocida como Nuestramérica.

Así, el trabajo logístico y organizativo subyacente en la revista, usualmente poco reconocido, aunado a lo antedicho, se traduce en una nutrida consulta a sus contenidos. No son pocos los artículos que alcanzan una cantidad de lectores difícilmente lograble a través de los medios impresos usuales en el medio académico, normalmente ayunos de una suficiente distribución. Esta vertiente contable de la consulta, sin embargo, no es posible sin la dimensión cualitativa de los trabajos que conforman cada edición, pero tampoco sin la plataforma misma de eficacia de la estructura y del proceso de acopio de materiales seleccionados que hace posible a la Pacarina del Sur.

Así, sirvan estas líneas para felicitar el encomiable y luminoso esfuerzo de los colaboradores de la Pacarina del Sur y en particular de nuestro querido amigo y cómplice Ricardo Melgar y, por supuesto, del magnífico diseñador que es Luis Sánchez.

Paul Hersch Martínez

Pacarina del sur: una “rendija” para la conciencia crítica

El término “rendijas” supone una fisura. Esta puede tener una significación positiva o negativa. En sentido positivo, una rendija permite que la vista de una cena o un espectáculo, impedida por cierto obstáculo, no quede vedada. Una rendija puede inclusive ser establecida de modo que alguien vea pese a que, por alguna razón, no deba ser visto. Así puede suceder por una impericia del constructor o por ardid. En un sentido negativo, una fisura deja ver que una construcción presenta aspectos defectuosos que dan lugar a interpretaciones impropias o contradictorias; en ambos sentidos supone una oportunidad nueva e inesperada.

Luis Costa Lima

En este breve pero persistente espacio vamos a refutar la idea de que en la periferia no se produce discurso crítico. Nos referimos a Pacarina del Sur, Revista de Pensamiento Crítico Latinoamericano, cuya sede editorial está en México. Pacarina del Sur es una revista científica registrada por Latindex, elaborada por dos intelectuales peruanos: Ricardo Melgar Bao (Editor, radicado en México) y Alberto Villagómez Paucar (Director, establecido en Perú). Es la única publicación peruana arbitrada, trimestral, de dimensión, contenido y colaboradores latinoamericanos. Este octubre de 2016 cumple siete años de aparición ininterrumpida. Difunde artículos, ensayos, comentarios sobre la sociedad y la cultura, el arte y la literatura, la economía y la política.

En tal sentido, constituye una “rendija” que posibilita mostrar las investigaciones procedentes de los “Estados desunidos” del sur, como solía referir el historiador peruano Jorge Basadre a las naciones al sur del río Grande. Pacarina del Sur posee un registro de más de mil visitas cada día, y en estos siete años bordea el millón y medio de lectores. Desde nuestra perspectiva, el secreto de su éxito obedece al nombre, a la naturaleza de la convocatoria y al espacio donde se difunde. El término “Pacarina” o “Paqarina” es un vocablo quechua que viene de paqarichiy que significa crear, dar luz y está relacionado con la manifestación sagrada, con el inicio ritual, con el territorio de iniciación y de tránsito.

Como concepto de uso alude al lugar donde uno nace, amanece o se despide. Tiene un origen sacralizado, refiere donde el cuerpo andino se relaciona con el mundo de adentro (Ukjupacha), que concentra los impulsos de la creación (plantas, animales y seres humanos) y el acervo de las energías vitales. Las pacarinas son las vías de acceso entre dos estados sagrados y pétreos, es decir el origen y el sepulcro.

La revista convoca en forma plural y dialógica a los investigadores de la región que deseen colaborar, sin ninguna restricción de carácter ideológico, social o político, con la única exigencia de la calidad y seriedad de las contribuciones. Esto explica que reciba un gran número de artículos que le permiten difundir un promedio de treinta en cada entrega y otorgue un rasgo interdisciplinario a la Pacarina del Sur.

Finalmente, Pacarina del Sur es una revista virtual porque se difunde en la web; es decir, on line o en internet. Esta característica significa una virtud que no solo explica la magnitud de su público lector, sino la importancia del proyecto para el futuro de las ciencias humanas y sociales. Los intelectuales de estos campos disciplinarios son lamentablemente reacios a participar de la revolución informática y digital en curso, anclados en sus tradiciones impresas y afincados en el libro. Esto no solo los aísla, sino que impide el que se conozca el pensamiento crítico y reflexivo que encarnan. Pero sobre todo, deja a los millones de usuarios del ciberespacio a merced de los mercachifles, de los profetas improvisados y los mediócratas manipuladores, cuando se requiere que evolucione hacia formas más democráticas, igualitarias y solidarias. El posibilitar a los investigadores e intelectuales humanistas un acceso al ciberespacio es una de las claves del éxito de Pacarina del Sur. Por todo lo expresado, celebramos el séptimo aniversario de esta revista que difunde el pensamiento crítico latinoamericano, nos congratulamos de haber participado en ésta como colaborador e invitamos a nuestros escritores, intelectuales y pensadores –”de huesos fidedignos” –como diría Vallejo-, a visitar la página, cuyo link aparece al final de este video, a leer sus interesantes artículos y a conversar sobre estos.

Miguel Ángel Huamán
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú

Pacarina del Sur, espacio consolidado del pensamiento crítico latino-caribeño

Pacarina del Sur hace honor a su apellido: Revista de Pensamiento Crítico, pues a lo largo de sus siete años de existencia ha logrado convertirse en un espacio de debate en el ámbito latino-caribeño; una herramienta no sólo para la reflexión teórica sino también para la difusión del conocimiento, la investigación y la cultura de Nuestra América. La diversidad temática enriquece esta publicación, de obligada referencia para nuestra época. Hay que destacar que Pacarina del Sur ha sabido superar un reto complejo bajo la lógica de cumplir con los requisitos formales de la academia sin perder su esencia crítica, en un escenario cada vez más secuestrado por los estándares del eficientísimo neoliberal que selecciona, una buena parte de las veces, entre lo "bueno" (para ellos) y lo bueno pero incorrecto políticamente (la perspectiva constructora de alternativas desde el Sur), premiando lo primero, censurando lo segundo. Sin duda, Pacarina debe seguir creciendo entre la comunidad académica, intelectual, cultural, y al interior de las sociedades latinoamericanas y caribeñas que buscan otro mundo posible. Pacarina del Sur es un instrumento para el saber y el hacer. Celebremos este nuevo aniversario, esperando muchos más.

Nayar López Castellanos

Pacarina del Sur en el océano de nuestras tempestades

Publicar 28 números de una revista como Pacarina del Sur, de diciembre del año 2009 a septiembre del 2016, es un gran logro, no sólo académico sino también político, especialmente en estos tiempos en que la hidra capitalista somete a los pueblos de Nuestra América, y de todas las latitudes de la Tierra, a esta tormenta de violencia, despojo y destrucción, que cada vez más analistas consideran que amenaza a la especie humana con su posible extinción, junto con la casi irreversible catástrofe ecológica en el ámbito también mundial.

Precisamente, para evitar ese futuro apocalíptico, hoy, más que nunca, hacen falta esfuerzos intelectuales como los que hacen de Pacarina del Sur, un bastión del pensamiento crítico, particularmente latinoamericano, a cuyo frente como editor se encuentra nuestro querido y admirado colega y camarada Ricardo Melgar Bao, quien con su indeclinable determinación, (a veces terquedad), hace posible coordinar a un representativo y diverso grupo de hombres y mujeres de la intelectualidad critica para que cada trimestre aparezca un número más de la revista.

Pero Pacarina del Sur no sería posible sin el extraordinario trabajo de edición, bella e imaginativa, por cierto, de Luis Sánchez García, quien se ha distinguido todos estos años por su acertado profesionalismo y capacidad de conjugar pensamiento con imagen y símbolo.

En todos estos años, la revista se ha distinguido, asimismo, por el alto nivel de lo que publica, que no tiene relación alguna con los criterios de calidad del estéril productivismo neoliberal de las mafias que se publican entre sí. La revista cumple a cabalidad su requerimiento de seleccionar trabajos con base en su “originalidad, rigor analítico y sentido crítico”, demostrando con ello que no hay conflicto entre compromiso social, pensamiento crítico y excelencia en el trabajo investigativo.

Felicitamos al Consejo Editorial y deseamos que Pacarina siga navegando en ese océano amenazado, como brújula y bitácora de ese futuro “colectivo deseable”.

Gilberto López y Rivas

Es un motivo de orgullo felicitar al equipo de trabajo que hace posible la publicación de la revista digital, Pacarina del Sur. Revista de Pensamiento Crítico Latinoamericano, revista especializada en temas latinoamericanos, que a pesar de las obstrucciones y contratiempos de diferente índole se ha consolidado por siete años consecutivos de publicación continua. Es un honor participar en este pequeño homenaje. Con un profundo agradecimiento y admiración.

Dr. Mario Magallón Anaya
Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, UNAM

Comentarios sobre Pacarina del Sur

Pacarina del Sur nació como un disenso de comunicación y divulgación del pensamiento y la acción de numerosos actores latinoamericanos, y no únicamente de académicos especialistas. Es sugerente, es inclusiva y es innovadora. Se aleja de los formatos de carácter elitista y cada vez más excluyentes de las revistas llamadas especializadas del área de humanidades y ciencias sociales.

Veo en Pacarina del Sur un proyecto serio y renovador de transmisión del conocimiento que subvierte y rompe con los criterios impuestos por las políticas neoliberales de divulgación de la ciencia y la tecnología. En esta tesitura, me parece que Pacarina del Sur se nutre de una tradición latinoamericanista de más de un siglo, cuando se dan forma y aparecen las publicaciones periódicas como documentos que contienen diversa información con la idea de erigirse en medios y engarces comunicativos de amplio espectro. Pacarina del Sur tiene el honroso papel de constituirse en una correa de transmisión de ideas y pensamientos latinoamericanistas, cobijando e insuflando una cultura desde abajo, codo con codo con las aspiraciones democráticas e incluyentes de nuestros pueblos latinoamericanos.

Pacarina del Sur divulga pero también es un vínculo de intercambio académico no sólo en el campo de la historia sino en diálogo permanente con la antropología, la etnohistoria, la arqueología, la sociología, la ciencia política, la economía, la lingüística, la psicología, la historia del arte, la creación artística y literaria, las tradiciones comunitarias, las artes escénicas, el ejercicio periodístico, la caricatura y la historieta. Su impacto se ha expandido en el área latinoamericana, por encima de muchas otras revistas académicas que se ven obligadas a seguir estándares internacionales, provenientes de instituciones anglosajonas y europeas, y que inhiben la crítica y la independencia de argumentación, y que sobre todo eluden el compromiso social.

En cambio, la interdisciplina y el diálogo enriquecedor transitan por las distintas secciones de Pacarina, que el solo pronunciar sus títulos –colocados y pensados con creatividad- resulta una mágica y fresca provocación al intelecto y una avidez intensa por conocer su contenido: “Abordajes y contiendas”, “Alma matinal”; “Amautas y horizontes”; “Brisas”; “Figuras e ideas”; “Huellas y voces”; “Indoamérica”; “Mallas”; “Mar del Sur”; “Máscaras e identidades”; “Oleajes”; “Señas y reseñas”; “Utopías”; “Piélago de imágenes”; “Ostras y cangrejos”, y “Saberes y horizontes”.

La revista toda se ha vigorizado al cabo de estos siete años de construcción y de consolidación. Nació como una revista trimestral cultural en sus primeros números, pero muy rápidamente se afianzó como expresión de un repertorio muy completo del pensamiento crítico latinoamericano, abriendo una segunda época a partir de su número cuatro. A lo largo de su existencia editorial se ha reafirmado como un medio de sumo interés entre una amplia gama de lectoras y lectores, y a ello también han contribuido las nuevas tecnologías digitales. Del número 25 en adelante se pueden descargar completos en PDF. Los primeros números son relativamente breves, pero de unos años a la fecha cada número se ha engrosado cuantitativa y cualitativamente con expedientes que atienden temáticas que están a flor de piel en la opinión pública (educación, comunicación, violencia política, usos de la memoria, movimientos sociales y estudiantiles, etcétera). A partir del número nueve (octubre-diciembre de 2011) se iniciaron los dossiers. La revista cuenta hasta ahora con dieciocho dossiers. Todo ello habla de cómo Pacarina del Sur también incita y fortalece los estudios y la investigación en los campos sociales y humanísticos, es decir, ejerce una muy bienvenida función social. Amén de que nos aporta una sección de lecturas recomendadas que siempre se agradece para quienes buscamos publicaciones novedosas con contenidos analíticos de diversa temática histórica, social, antropológica y política.

El proyecto de Pacarina del Sur descansa en una posición abierta a la variedad de enfoques y perspectivas teóricas y metodológicas sin casarse sectariamente con ninguna, y a la vez abriendo el abanico de sus páginas a la crítica y al análisis consistente. De este eje rector se desprenden sus contenidos que aprovechan a cabalidad sus autoras y autores para iluminarnos el camino sin fin de las resistencias sociales antiguas y contemporáneas –la indígena, la popular, la barrial-; la desobediencia civil de las clases subalternas; las insurgencias juveniles; los movimientos alternativos; las capacidades contestatarias de distintos actores y su acción colectiva (mujeres, trabajadores, indígenas, estudiantes, intelectuales); las estrategias de pueblos y etnias para la reivindicación de sus culturas y cosmogonías; las luchas sindicales y del mundo laboral; la emergencia y el entrelazamiento de los imaginarios comunitarios y los bagajes políticos de distintos signo, ya sean anarquistas, socialistas, republicanos, liberales, demócratas, trotskistas, ambientalistas, feministas, etcétera, tanto en una óptica histórica como en la perspectiva contemporánea. No falta en la revista un tono intrínseco de civilidad y ciudadanía.

De este último nutriente es que se desprenden todos sus contenidos que de distintas maneras interpelan el mundo en que vivimos: la rapacidad y la explotación ejercida por el capitalismo en todas sus formas, es decir, la colonialidad; la desigualdad; las contrarreformas neoliberales; el despojo de los recursos; el oprobio; la pobreza; la violencia; los estigmas y estereotipos sociales; la estulticia y la corrupción de quienes gobiernan; las prácticas racistas; las guerras en todas sus modalidades; las migraciones y desplazamientos forzados; la corrupción en todas sus variantes y su encubrimiento; la injusticia; el poder corruptor; las redes trasnacionales de trata de personas; la esclavitud en todas sus variantes; la desaparición forzada; la tortura; las ejecuciones masivas; los genocidios.

Si el título de la revista se utiliza de manera metafórica como un ente que da unidad y movimiento al mundo contemporáneo, no hay duda de que también resulta “brújula y bitácora” de una ola incesante que nace y renace para afincar en la Oceanía de las mujeres y hombres de nuestra América la convicción de la pluralidad y la libertad. Larga vida a Pacarina del Sur.

Verónica Oikión Solano
El Colegio de Michoacán

Pacarina del Sur es este tipo de emprendimiento que muchos dicen querer llevar adelante, y pocos tienen la claridad, la perseverancia y el amor (sí, amor) para hacerlo realidad. Y decimos emprendimiento teniendo en mente a los emprendedores de memoria de los que habla Elizabeth Jelin: esos entusiastas que saben que desde los dilemas del presente es tan necesario abrir la ventana para observar el pasado como obligado también abrir la puerta para buscar el futuro. Y decimos amor porque un proyecto como éste no es posible hacerlo realidad sólo desde la erudición académica, sino que debe tener implícita la voluntad tenaz de hacer y compartir. Desde hace unos años, pocos pero intensos, Pacarina del Sur nos ha permitido asomarnos y abrirnos a las ideas, las reflexiones, los dilemas y las apuestas del pensamiento crítico que se hace en y desde nuestro continente.

Dr. Francisco Ramírez Treviño (CIALC-UNAM)
Yanna Hadatty Mora (IIFilológicas-UNAM)

Una nota para Pacarina del Sur

A siete años de iniciar la revista cultural de pensamiento crítico latinoamericano, Pacarina del Sur, son variadas las dimensiones críticas y otras no tan críticas del pensar y del hacer de la cultura y las ciencias sociales de Nuestra América. En su generalidad podemos decir que los contenidos de la revista ofrecen reflexiones de nuestras realidades desde perspectivas que pretenden formar parte del pensamiento anticapitalista.

Desde su primer número (octubre-diciembre 2009), la Revista Pacarina ha logrado perfilarse como una revista cultural independiente de pensamiento crítico latinoamericano, una propuesta editorial de pensamientos sociales y humanos; de pensamiento colectivo hecho revista. Sus dossiers son una de las formas más concretas y visibles del trabajo colaborativo.

En sus diferentes publicaciones, números y ediciones la revista Pacarina es una ventana para conocer y mostrar al continente americano desde criterios originales, abordando en sentido crítico temas filosóficos, culturales, sociales, históricos, políticos, económicos, pedagógicos, artísticos, literarios y ambientales. A la fecha, y a partir de sus 28 números publicados en el transcurrir de sus siete años, la página web que alberga a la Revista Pacarina, cuenta con más de un millón trescientas mil visitas; lo que permite comprender el significativo trabajo de quienes la dirigen, así como la importancia que tiene como referente de consulta, estudio o análisis de sus lectores.

Hoy Pacarina es una revista de criterio amplio, diversa y de trabajo constante, dedicada a difundir conocimientos que pueden servir de semillero para que los nuevos investigadores de las ciencias sociales fortalezcan su formación crítica y propositiva sobre nuestras realidades sociales, políticas, económicas, educativas y culturales. También Pacarina es un medio para que los noveles investigadores del pensamiento crítico manifiesten sus ideas.

El trabajo colaborativo en la Revista Pacarina es parte medular, de ahí que se extienda un amplio reconocimiento a las personas que conforman su directorio, su consejo de redacción y su consejo consultivo. Las y los colaboradores, las visitas y consultas constantes a su web, desde diferentes países (México, Perú, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Venezuela y Bolivia), hacen de esta revista, una de las de mayor consulta en el continente americano.

Pensar y decir las “debilidades” de la revista Pacarina, remite sin duda a las carencias y falencias que el pensamiento crítico latinoamericano tiene en este acontecer de la historia, en que la ideología y la dinámica económica y política del capitalismo neoliberal arrasan con todo lo no funcional al sistema, a tal grado que incluso el pensamiento crítico convencional ha sido muy bien domesticado, controlado y puesto al servicio de la política del Estado y de su política educativa. En el Dossier No 13 de Pacarina, “Alternativas: artículos y revistas académicas latinoamericanas”, invitamos directamente a más de doscientos colegas de distintos países, que de manera constante presentan ponencias cada dos años en una de las asociaciones de sociología crítica, para que aportaran con su reflexión sobre la problemática de las revistas, los artículos y la docencia. La autocensura respondió negativamente al llamado al decir que ese tema les podía costar el empleo. Otros fueron más claros al decir que la revista no contaba con los índices suficientes para que les otorgaran puntajes en sus evaluaciones. A pesar de ser un problema que a la comunidad académica y científica afecta de manera directa, incluso en lo personal, la mayoría de los pensadores críticos han abandonado la imaginación, el pensar y el hacer críticos y propositivos por la obtención de “estímulos a la producción”, a la mediocridad, obtenidos por elaborar “artículos” cuya importancia no es lo que se diga sino dónde se pública, presentándose en las pasarelas de los congresos sin discusión pero con aplausos, inventariando el conocimiento y las universidades, titulando en posgrados en muchos casos a analfabetas, y rebuscando papeles certificados y constancias hasta por participar en reuniones donde se decide colocar una tienda de comida chatarra.

Ante realidades tan aberrantes, el pensamiento crítico expresados en revistas como Pacarina, tiene mucho que decir y hacer. Buena parte de los críticos de las ciencias sociales han sido colonizados en su pensar y su actuar, siendo este uno los retos de la revista. Parte de los análisis de los contenidos de Pacarina, no trascienden a un pensamiento crítico decolonial, pues aún se percibe que el grueso de las colaboraciones han sido escritas bajo la influencia del pensamiento occidental, desde miradas poco fructíferas para comprender nuestras realidades. De ahí la importancia, necesidad y sugerencia para que la Revista Pacarina, sea portavoz de pensamiento no eurocéntrico, de teorías, metodologías y perspectivas conceptuales desde Latinoamérica y para Latinoamérica, dando cabida a otros saberes, conocimientos y epistemologías no-occidentales hasta ahora negadas e inferiorizadas en relaciones sociales interculturales desiguales, como las de los pueblos originarios.

Una autocrítica que podemos sopesar en el pensamiento crítico y hacerla extensiva a la revista Pacarina, son los escasos análisis críticos de los llamados “gobiernos progresistas” en América Latina. Cuáles han sido sus planteamientos teóricos, sus plataformas políticas, sus sistemas organizativos, sus dinámicas sociales, su ideología, sus rupturas y continuidades con el capitalismo neoliberal, son entre muchos otros aspectos, lo que amerita analizarse y producir teoría crítica que argumente dichas reflexiones.

Por último, vale la pena pensar en que la revista Pacarina incentive la publicación de artículos que tengan que ver con la discusión en el seno mismo del pensamiento crítico latinoamericano, incluyendo el pensamiento de los pueblos originarios que tiene que ver con una realidad multicultural, multiétnica y multilingüe de nuestros países. Aprender y discutir del pensamiento indígena es una de las potenciales fortalezas para descolonizar el pensamiento crítico y poder construir países con presente y futuro basado en la justicia, la democracia y la libertad.

Resta decir que a siete años de existencia de Pacarina, exalta su postura crítica y su cada vez mayor posicionamiento en el ámbito latinoamericano. Continuar con el proyecto colectivo y colaborativo, es seguramente el reto que tiene en sus próximos años. Seguramente el espíritu crítico y autocrítico le servirá para aquilatar esa gran tarea que se propuso Pacarina en su momento fundacional.

Eduardo Andrés Sandoval Forero

Pacarina del Sur continental: Sur sur, norte sur

Quisiéramos celebrar el séptimo aniversario de la revista on line Pacarina del Sur y el esfuerzo de sus editores, en especial del doctor Ricardo Melgar Bao, haciendo ver que la misma desarrolla su esfuerzo temático en la lógica geopolítica que juega América Latina en el contexto americano y mundial. Es decir, servir de puente intracontinental y de puente intercontinental. O sea, dar a conocer las realidades histórico-sociales y las producciones académicas de autores continentales y extranjeros de Sur a Norte y viceversa, así como exportarlas por medio de la magia éter hacia Europa, y los otros continentes. Todo ello por el esfuerzo de la preparación de dossiers en cada una de las secciones en que está dividida, haciendo énfasis en la calidad y la novedad de los trabajos. Sin embargo, en ese recorrido hace falta lograr que el istmo centroamericano aporte y consulte más los productos investigativos que comporta tal esfuerzo. Si a mediano plazo se logra, Pacarina del Sur habrá cumplido esa misión integradora de carácter investigativo que se propuso desde que nació y, por supuesto, fomentará aún más el debate tan necesario en estos tiempos para lograr varios de los objetivos que las ciencias sociales y humanísticas deben de perseguir: la descentralización, la desnacionalización, la decolonización del pensamiento latinoamericano. Por ello, deseamos que el esfuerzo pacarino continúe y animamos a quienes son los productores directos del mismo, sus editores, a que nos sigan regalando a los lectores e investigadores tan cara publicación intelectual. ¡Felicitaciones!

Arturo Taracena Arriola

Procesos pluriversos en La Pacarina del Sur

A propósito de la lectura de La Pacarina del Sur: Revista de Pensamiento Crítico Latinoamericano, Dossier Nº 18, con la modestia que me caracteriza, tal vez quede equivocado y olvidado en el pasado; pero es importante escribir y preocuparnos del tema “evocar sido”, sin dejar de lado “vivir siendo”. En principio, aquí no sólo se trata de polemizar sobre el pasado, creo suspirando, sino que el pasado nos encuentra en el presente de nosotros mismos (algunos llaman disposición identitaria), bajo una reflexión lógica como el qip nayra (conceptos aymaras, “mirar atrás para seguir adelante”); este pensamiento aymara difiere en parte de la cultura del recuerdo o “rememoración” como planteó Walter Benjamín; pues, nos referimos a la memoria histórica o la evocación larga de los pueblos de nuestro continente, que no sólo están llenos de triunfos y de derrotas simplificadas consciente o inconscientemente, sino que son procesos pluri-versos de vidas interdependientes de su cultura y su contexto territorial de cada ser humano o pueblo histórico. Recientemente, en estos momentos se visibiliza o se escucha con cierta atención este pasado de “nosotrocidad” que en aymara llamamos Jiwasa, ¿Será el ser y estar ontológicamente viviendo?, o ¿Será posiblemente que vivamos sumidos permanentemente en historias ajenas, los latinos y otros? Estos cuestionamientos contienen un profundo sentido humano.

El tema que abordan ustedes me parece apasionante, creo también que los otros temas han debido estar orientados en esa dirección; pero sería oportuno arrancar desde nuestras fuentes con autores del contexto como los pueblos Hopi, maya o aymara, ellos deberían ser tomados en cuenta, sin llegar a indianismos o indigenismos.

Un problema que se está debatiendo en Bolivia, es la cuestión sobre el tema indio o indigenismo que en mi humilde criterio, están vaciados en su relación dialéctica “blanco poder versus indio vasallo” o “K`aras contra T`aras”, porque supuestamente – según García Linera- el indio habría llegado al poder, como sería el caso de Evo Morales.

Ojalá pudiera pensar algo más auto-convocado con una lógica pluri-verso. En fin, una mirada a la revista que en general, nos pareció una revista científica donde los comentarios trabajados tienen una rigurosidad en su presentación formal literaria y también en su lógica de investigación, porque los temas abordados están fundamentos con autores que los han tratado y es más, que la revista es abierta al público y esencialmente, es portavoz de críticas a la realidad que vivimos, digo portavoz, porque ustedes amplifican las ideas, los gustos y los sentimientos de otros.

El Alto, septiembre de 2016

Dr. Jaime Vargas Condori

Universidad Pública de El Alto (UPEA), Bolivia

 

 

 

[1] Rodríguez Reyes, Abdiel, (2016) “El pensar filosóficamente en clave intercultural”, Pacarina del Sur [En línea], año 7, núm. 28, julio-septiembre, 2016. ISSN: 2007-2309. Consultado el domingo, 11 de Septiembre de 2016.