Entrevista al Profesor Gerard Duménil

En las XIII Jornadas de Economía Crítica

María Teresa Aguirre C.

En las XIII Jornadas de Economía Crítica, se ha debatido sobre la naturaleza de la actual crisis europea, en el contexto del segundo rescate a Grecia se han analizado el papel de los países “periféricos” de la Unión Europea como Grecia, España, Portugal, Irlanda e Italia, frente a la creciente importancia de Alemania y Francia. La incidencia de estos últimos en la orientación del Banco Central Europeo (BCE) que junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) conocidos como la “troika[1], por su importancia en la fijación de las “condiciones” a que deberán someterse los países periféricos para recibir las “ayudas” o rescates por parte del FMY y la UE para hacer frente a su crisis de deuda soberana.

La diversidad de respuestas ofrecidas por los participantes dotó a estas Jornadas de una riqueza de propuestas. Uno de los temas debatidos fue la posible salida del euro de algunos países, que para un grupo de investigadores representa una de las posibles salidas de la crisis, en tanto que para otro grupo, la paulatina modificación del sistema neoliberal sólo se podrá promover, con la modificación legal del marco institucional en que asienta el funcionamiento del euro, lo que implicaría un cambio en la correlación de fuerzas políticas, así como en la gestión de las empresas y en la orientación de la políticas económicas y sociales. Los procesos electorales como el que se avecina en Francia, muestran una polarización social y política donde la movilización social puede inducir cambios significativos, con efectos para toda la región. Es en este sentido, se inscribe la propuesta del profesor Duménil, quien abre con ello vetas interesantes de reflexión.

Palabras clave: crisis, Unión Europea, proceso electoral, movilización social

 

El profesor Gerard Duménil es investigador del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de Francia. Prestigiado economista, fue de los primeros en recuperar desde una perspectiva marxista e histórica, el análisis el funcionamiento del capitalismo en la era neoliberal con Dominique Lévy, ha publicado varios libros como: “Crisis y salida de la crisis: orden y desordenes neoliberales” editado por Fondo de Cultura Económica en 2008, y el más reciente: The crisis of neoliberalism, Harvard University Press, 2011, sus libros han sido traducidos a varios idiomas y sus contribuciones son conocidas internacionalmente. El profesor Duménil, es un asiduo participante en una gran cantidad de reconocidas revistas como New Left Review, Cambridge Journal of Economics, Review of Radical Political Economics, donde ha analizado ampliamente el funcionamiento del capitalismo a escala mundial, diferenciando los las experiencias nacionales y regionales que adquiere este proceso de globalización. Ha puesto especial énfasis en los ciclos de acumulación de capital, el papel del capital financiero, de la tasa de ganancia, y su interrelación como elementos explicativos de la crisis.



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TA. Estamos con el profesor Gerard Duménil, Muchas gracias, por concedernos esta entrevista. Esta mañana nos planteaba que esta crisis, es una crisis de la hegemonía de lo que llama las “Finanzas”, las clases capitalistas y las instituciones financieras, como forma que ha tomado el capitalismo en la etapa actual. ¿Cuáles serían los elementos que nos permitirían hacer frente a esta crisis, desde su perspectiva?

GD. Bien, esta crisis es la crisis del neoliberalismo. El neoliberalismo es la nueva etapa del capitalismo que se inicio alrededor del año ochenta del siglo XX. El neoliberalismo inicio una trayectoria histórica que aparece ahora como insostenible. Para salir realmente de esta crisis necesitamos salir del neoliberalismo, de este tipo de funcionamiento del capitalismo. Así que ¿Cómo salir del neoliberalismo? Depende si estamos hablando de lo que nosotros deseamos o si hablamos de lo que va acontecer, que son dos cosas diferentes desafortunadamente. Lo que nosotros deseamos es una especie de retorno hacia un compromiso de izquierda, un compromiso social de izquierda, algo así como un tipo de orden social socialdemócrata, como inicio de una etapa hacia una trasformación más radical de la sociedad. Pero para eso se va necesitar tiempo.

Ello significa concretamente cambiar la forma de gestionar las empresas cambiar las políticas económicas y sociales. En el marco neoliberal las empresas se manejan con un objetivo: distribuir dividendos y sostener el alza de las cotizaciones bursátiles. Necesitamos manejar las empresas de manera totalmente diferente, con objetivos que pueden ser de crecimiento, pero con una visión más amplia, que también se comprometan en la protección del medio ambiente y el progreso social. Necesitamos políticas económicas y sociales que se orienten a aumentar el bienestar de la población y a mejorar las condiciones de vida, y no políticas para disminuir los salarios y transformar las condiciones de trabajo de formas que resultan en condiciones más duras y difíciles para las clases populares. Ahora los ejecutivos de las grandes empresas reciben ingresos enormes que dependen de las cotizaciones bursátiles, por lo que podemos entender porque manejan las empresas de esta manera. Todo ello se tiene que cambiar; legalmente y por medio de amplios debates, se debe prohibir este tipo de prácticas. Modificar las condiciones económicas legalmente depende de tener mayor poder de decisión sobre las políticas públicas.

Estábamos hablando del tipo de transformación social que deseamos y que pudiera luego inducir una trasformación más profunda. Eso se puede hacer. Depende de la voluntad política.

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Hoy tenemos luchas que se están desarrollando en ese sentido. Pero las clases superiores, los grandes capitalistas, las grandes empresas, los grandes ejecutivos, los cuadros dirigentes, siguen con un poder muy fuerte. Controlan no solamente la economía del mundo sino que también controlan la ideología, las políticas, las universidades, controlan la información en la radio en la televisión. La gente escucha todos los días esta propaganda y pierde la capacidad de criticar este sistema, pierde el sentido y la posibilidad de visualizar cambios. Domina el famoso “no hay alternativa”, cuando de hecho hay muchas alternativas.

La crisis actual plantea un problema para las clases capitalistas, pues la crisis aparece como un fracaso del orden social neoliberal. Pero de hecho estas clases continúan con su poder y usan las condiciones de la crisis para aumentar la presión sobre las clases populares, disminuir los sueldos, endurecer las condiciones de contratación, disminuir la política social y todo eso…

T.A. ¿Hacia dónde se dirige el mundo, qué va probablemente a acontecer? ¿Hacia dónde se dirigen estos países, qué rumbo tomarán las decisiones? Nosotros pensamos que no pueden continuar con las reglas del neoliberalismo van a tener que cambiar; ¿pero de qué manera, en qué grado, de qué forma?

G.D. Pensamos que, primero, el mundo es muy grande y que las condiciones de China no son las de Estados Unidos y las de Europa. Existen fuerzas en Estados Unidos, como los republicanos que presionan para aumentar y endurecer los mecanismos neoliberales lo que sería una catástrofe. Pero también existen otras fuerzas. En el caso de Estados Unidos mucho más que en Europa, pesa lo que nosotros llamamos el “Factor Nacional”. Esta crisis también es la crisis de hegemonía de Estados Unidos; están perdiendo su dominio a escala internacional, así que es muy importante que reaccionen de cierta forma si quieren continuar con ese dominio, o si quieren garantizar por lo menos que no siga disminuyendo ese dominio con la velocidad actual. Así Estados Unidos podría impulsar transformaciones espectaculares. Ya habíamos mencionado que Obama buscaría que los capitales norteamericanos retornasen a invertir en su país.

En el caso de Europa ello es mucho más difícil. No existe un sentimiento de unidad nacional, tal vez existe un cierto sentimiento europeo, pero, en un sistema como el sistema actual europeo que no es democrático, las transformaciones serán mucho más difíciles. En Europa como conjunto de países ten  emos el problema de que no hay un sentimiento nacional como si existe en Estados Unidos. Alemania puede venir a sostener que todo es posible, que la economía de Alemania funciona bien y que, si la economía de otros países no funciona bien, es porque no son buenos… pero es sólo propaganda. Tal vez vamos a tener —de hecho ya los tenemos ahora—movimientos sociales en Europa, que impulsarán la lucha para cambiar el orden social. Más también, del otro lado, podemos observar el ascenso de la extrema derecha en varios países. En Francia hoy en día el 16% de las personas expresan su intención de voto por la extrema derecha, y muchos de ellos son obreros, lo que es normal en una situación de crisis como la actual. Las clases populares: obreros y empleados, no tienen tanta claridad de cómo cambiar las cosas, así que es factible que una fracción vote por el partido socialista, cuando otros votarán por la extrema izquierda y otros por la extrema derecha, algunos quizá por Sarkozy. También existe entre la población el sentimiento de que su voto cuenta poco para inducir el cambio.

T.A. ¿Si en las elecciones de Francia resultara ganador un candidato de izquierda cree que sería factible modificar el marco institucional en que el Euro ha venido funcionando?

G.D. Sí, sí, pienso que es realmente muy importante. Frecuentemente la gente dice que en Europa es imposible de cambiar… Mucha gente hoy piensa que de todas maneras no se podría hacer gran cosa pues se tiene que negociar con Alemania, y que este país haría lo imposible para no cambiar las condiciones actuales. Y que realmente la única opción que tendríamos sería salir del euro, es decir salir de la Europa para poder hacer algo… Pero pienso que eso no es correcto. Si, en Francia, tuviéramos la capacidad de impulsar un gobierno realmente de izquierda, lo suficientemente radical, que se opusiera al actual funcionamiento del neoliberalismo, eso sería un choque enorme en Europa. Pienso que tendría gran efecto en otros movimientos sociales de otros países como en Italia, España, Grecia y otros, pues transformaría la percepción haciendo ver que, sí, se puede cambiar, que ¡sí es posible!… Eso podría crear una situación muy difícil para las fuerzas de derecha que dominan actualmente. Para ello tenemos que transformar la percepción de que votar por fuerzas de izquierda radical y antineoliberal no tendría efectos, cuando si los tiene. No es verdad que no podemos hacer nada, que nada se puede cambiar, de ninguna forma.

La gente dice que tenemos acuerdos firmados en Europa, y no tenemos capacidad de hacer nada. Sí, tenemos reglas, pero esas reglas siempre se pueden cambiar, o podemos no aplicarlas. Los neoliberales, ellos mismos, lo hacen. Podemos ver por ejemplo en el manejo de la crisis que el Banco Central Europeo tiene estatutos que plantean que está prohibido financiar la deuda de los Estados, pero lo hacen. Entonces pienso que sí, un país podría tener mucha influencia si tuviera realmente un gobierno de izquierda verdadera, antineoliberal. Sería un choque político que podría impactar las institu  ciones europeas. En otros países podría alentar movimientos populares muy fuertes con la esperanza de cambiar… Un cambio tan radical tendría consecuencias enormes en escala europea.



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T.A. ¿La reciente y tortuosa negociación sobre el rescate de Grecia, me parece que busca asegurar el pago, aunque sea parcial, de la deuda, pero no evita la crisis de la zona euro, no le parece?

G.D. De cualquier forma Grecia no va a pagar toda su deuda. Podemos considerar aquí el ejemplo de Argentina en su crisis de 2001, que es un tanto semejante. En la década de los noventa las clases capitalistas de este país habían iniciado un proceso neoliberal loco. Argentina tenía una deuda enorme, nacional y también una gran deuda internacional. Después de la crisis terrible, no es que cambiaran completamente la sociedad, pero sí lograron no pagar una parte importante  de la deuda, tuvieron una devaluación de su moneda, cambiaron sus políticas y se recuperaron. Así que, si bien nunca la situación de un país es igual a la de otro, la lección de Argentina es que este tipo de crisis se puede resolver. Pero lo que acontece ahora en Europa es que Alemania, dice: “bien podemos financiar, podemos auxiliar, de cualquier forma vamos a anular buena parte de la deuda del país, vamos a ayudar a los bancos a sobrevivir, pero en el futuro vamos a controlar los presupuestos, vamos a controlar los déficits gubernamentales y de comercio exterior” ¡Así que es un chantaje! Quieren aprovechar la situación presente para imponer nuevas reglas que les permitan tener mayor control sobre los otros países en el futuro. No es que no haya otras posibilidades o alternativas para salir de la crisis. Ello demuestra que Alemania quiere utilizar la situación actual para imponer las reglas de funcionamiento que les permitan controlar Europa en el futuro.

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T.A. ¿Por último, la emisión de eurobonos, significaría un alivio, se que ello significaría una nueva reglamentación y para ello sería necesario un cambio en la visión de las alternativas?

G.D. Sí, pero la emisión de eurobonos, garantizada por los países mayores de Europa, como Alemania y Francia en cierta forma, es solución de un aspecto particular de la crisis, lo que podríamos llamar de “tranquilidad de los mercados”. Cuando las grandes instituciones financieras ven que la situación de un país se deteriora por el incremento del déficit presupuestario y de comercio exterior, aumentan las tasas de interés. Pero, cuando la tasa de interés de un país se dispara, evidentemente, se vuelve imposible rembolsar la deuda. El objetivo de la creación de eurobonos es evitar este aumento insostenible de las tasas de interés.

De cualquier forma, sí, la emisión de eurobonos pudiera ayudar —porque tendrían la garantía de Alemania— pero por si mismo, eso no resolvería el problema de la deuda. Llevaría a negociar una “quita” de la deuda, que es lo que acontece en el presente. Yo creo que van a anular la mayor parte de la deuda de Grecia, pero ahora están en una a  ctitud de chantajista… Pueden resolver la crisis pero quieren presionar para que se acepten nuevas condiciones de funcionamiento. Esto es el aspecto central.

Muchísimas gracias.



Nota:

[1] La Troika originalmente se usaba en lajerga comunitaria para mencionar de conjunto a una especie de triunvirato que representaba a la UE en las relaciones exteriores, particularmente en la política exterior y de seguridad comunitaria (PESC), y estaba compuesta de acuerdo al Tratado de Amsterdam por el Presidente del Consejo, el Alto Representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común, y la Comisión y era lideradeada por el país que tenía la presidencia. Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la máxima representación exterior corresponde a una troika distinta: a nivel de Jefes de Estado y de Gobierno, y en el ámbito de la PESC, la máxima representación corresponde al Presidente del Consejo Europeo (ahora permanente), la del resto de ámbitos de la política exterior al Presidente de la Comisión, y el conjunto de ambas, a nivel ministerial, corresponde al nuevo al Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Irónicamente ahora el término se usa tanto en la prensa como en trabajos académicos críticos, para definir a los poderes “reales” que guían la orientación de la UE e imponen las condiciones a los demás, por ello se refieren a Merkel y Sarkozy, al Banco Central Europeo (BCE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI).