Otra mirada en el espejo del noroeste de México

Fanny Flora Campillo Illanes [1]

RECIBIDO: 29-05-2014 ACEPTADO: 17-06-2014

 

 

 

La historia es la memoria colectiva de una sociedad cualquiera, a partir de la cual los hombres tratan de comprender y explicar el pasado en todas sus dimensiones y expresiones, descubriendo sus constantes – espacios de leyes sociales- y proponiendo líneas para el desarrollo ulterior de esos mismos hombres.[2]

 

Al recorrer México en sentido sur-norte, es inevitable palpar las diferencias, no sólo del paisaje que se va ensanchando, las distancias se alargan en el horizonte, pueblos y ciudades son cada vez más lejanos. El carácter de la población del norte mexicano parece marcado por esa fisiografía particular, con riesgo a caer en el determinismo geográfico, puedo asegurar que la cercanía de la frontera con Estados Unidos, condiciona no sólo las actividades económicas, influye en la mentalidad y en la manera en que los grupos sociales se organizan y desarrollan.

Héctor Aguilar Camín escribió “Un geógrafo aficionado a la historia de larga duración podría decir que el camino de México hacia Norteamérica en las últimas décadas del siglo XX continúa la inversión geopolítica fundamental verificada durante la Revolución Mexicana de 1910[3]. Casi siempre pensamos en México desde el centro del poder político del país, sin embargo Méxic  o se conformó por tres grandes áreas o regiones según Alan Knight: “con un altiplano populoso que extendía su influencia y su control sobre las tierras tropicales bajas del sureste maya y las llanuras altas del norte. Esa fue la tendencia hasta la revolución de 1910, cuando el flujo de poder y riqueza se invirtió y —por decirlo crudamente— el norte ‘colonizó’ el centro y, en consecuencia, al sur”[4]La revolución mexicana de 1910, retomando a Aguilar Camín, representó “una ocupación del centro del país por los ejércitos norteños, que entendían mal las tradiciones del altiplano, su corazón agrario e indígena, y mejor las tradiciones del norte emprendedor, agrícola y ganadero...” Es entonces cuando se consolida el estado revolucionario y se inicia la construcción del modelo económico mexicano de la primera mitad del siglo XX.

Ahora volvemos la mirada hacia el noroeste para preguntar ¿Existe una economía del norte y el noroeste de México?, la cuestión implica la configuración de ese territorio espacio-temporal que los historiadores denominan “el Noroeste  de México” en la obra colectiva Debates sobre el Noroeste de México. Agricultura, empresas y banca. (1906-1940), publicada bajo los auspicios de las Universidades Autónomas de Baja California y Sinaloa; los autores abordan los procesos económicos locales y regionales a lo largo de casi cuatro décadas, (en algunos textos el período es más extenso), con la finalidad de establecer referentes que permitan el análisis del fenómeno que representa esa región tan extensa y lejana como poco conocida en el centro del país, pero tan definitoria para la historia nacional.


Ese territorio que identificamos como “noroeste” es el resultado de las miradas y enfoques que se han puesto sobre ella[5]. Así, nos encontramos con un libro que no pretende diferenciar a la península de Baja California, Sonora, Sinaloa y Nayarit para segregarlos del México contemporáneo; por el contrario, ...intenta rescatar la experiencia histórica para tener un panorama más completo de todo el país …[6]    

Los coordinadores de la obra, Dres. Jesús Méndez Reyes y Gustavo Aguilar Aguilar, buscan hacer un énfasis en la historia económica con una óptica regional que subsiste en las aportaciones de cada investigador de acuerdo a sus necesidades, intereses o enfoques que conforman los atributos esenciales para habilitar la región Noroeste de México como objeto de estudio. Destaca también, la temática centrada en la cultura empresarial, La historia de los empresarios, el rescate histórico de las empresas, de las redes empresariales y en general de quienes fundaron, consolidaron o vieron rotos sus sueños…[7]. En ese sentido, el Noroeste de México emerge de “La espacialización de una relación económica” y que no es “necesariamente congruente con la divisiones políticas y administrativas más familiares y fácilmente identificables, o aun con rasgos topográficos[8]


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Por otra parte, resalta el papel de las redes empresariales que afianzaron la expansión de la banca privada en favor de la agricultura intensiva y la agroindustria, la decisiva influencia de los Estados Unidos en el know how de los negocios fronterizos. La conjugación de empresa, gobierno, fiscalidad, ventajas competitivas, coyuntura, perspectivas de largo plazo y crédito[9], dieron forma, en términos políticos, a la región que evoca originalmente una peculiar dirección dada a… un régimen institucionalizado en su decir, su hacer o su representar[10].

El noroeste mexicano, visto como ámbito político, resulta un modelo que constata la fuerte vinculación entre política y economía: políticos convertidos en empresarios, camarillas y redes familiares de intercambio que se sirvieron de su posición social, militar o gubernamental; de su nivel educativo y bilingüismo, además de sus nexos sociales y comerciales con el mercado estadounidense.

De esta manera, el objeto de estudio histórico se define a partir de variables económicas y políticas que actúan sobre un espacio particular delimitándolo, pero que es susceptible de ser ampliado.

Este interesante ejercicio de historia económica y regional ha precisado la reconstrucción de una gran cantidad de relaciones que crean un “mercado” cuyo estudio requiere de la participación activa de especialistas en: teoría económica, rescate de fuentes documentales, metodología histórica e interdisciplina con la sociología, la contabilidad y la administración de empresas, la migración y las relaciones internacionales o los estudios sobre trabajadores y empleados[11]

El pasado visto desde la perspectiva de esa integralidad, a través de la historia económica y regional, ofrece elementos para la construcción de la identidad social que sin duda,  adopta  representaciones históricas como verdades remotas y lejanas pero que han definido  el destino colectivo en nuestro país.


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Notas:

[1] Antropóloga Social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (México). Directora (1981-1987) y fundadora del Museo Regional INAH de Baja California Sur. Jefa del Departamento de Sensibilización y Educación Comunitaria del  Consejo Nacional de Fauna, A. C. (1989-1997). Jefa de Relaciones Internacionales de la Dirección de Comunicación Social de la Presidencia de la República (1988-1994). Jefa de Actividades Especiales del Canal 22 (1994-2000). Directora del Departamento de Actividades Especiales del Instituto de Cultura de Morelos (2000-2007). Jefa del Departamento del Centro de Documentación (2008-2012). Forma parte del Consejo de Redacción de Pacarina del Sur desde enero de 2014.  

[2] Medina Rubio, Arístides. “Teoría, fuentes y método en historia regional” in RELACIONES. Estudios de historia y sociedad. Vol. IV, núm. 15,1983, p.88

[3] Aguilar Camín, Héctor. “Historia para hoy: 5. La nueva frontera nómada” in MILENIO Diario, 03 de junio 2012.

[4] knight, Alan. “Mexican National Identity”, en Susan Deans y Eric van Young: Mexican Soundings. University of London, 2007.

[5] Martínez Botero, Sebastián. “La necesaria existencia de la historia regional o la tarea por construir la región” in Foro: El Ocaso de la Historia Regional, Manizales, julio 11 de 2012.

[6] Méndez Reyes, Jesús et Aguilar Aguilar, Gustavo. Debates sobre el Noroeste de México. Agricultura, empresas y banca. (1906-1940). México, Universidad Autónoma de Sinaloa, Universidad Autónoma de Baja California, 2012, 246 pp.

[7] Méndez Reyes, Jesús et Aguilar Aguilar, Gustavo. “Estudio introductorio” in Debates sobre el Noroeste de México. Agricultura, empresas y banca. (1906-1940). México, Universidad Autónoma de Sinaloa, Universidad Autónoma de Baja California, 2012, p. 9.

[8] Van Young, Eric. “Haciendo Historia regional: consideraciones metodológicas y teóricas” in Anuario del IEHS, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil, núm. 2, 1987, pp. 256-257.

[9] Méndez Reyes, Jesús et Aguilar Aguilar, Gustavo. “Estudio introductorio” in Debates sobre el Noroeste de México. Agricultura, empresas y banca. (1906-1940). México, Universidad Autónoma de Sinaloa, Universidad Autónoma de Baja California, 2012, p. 9.

[10] Martínez Garnica, Armando. “Historia Regional y Agendas Estatales” in Simposio de Historia Regional de Cundinamarca, Fusagasugá, 22 y 23 de septiembre de 2004.

[11] Méndez Reyes, Jesús et Aguilar Aguilar, Gustavo. “Estudio introductorio” in Debates sobre el Noroeste de México. Agricultura, empresas y banca. (1906-1940). México, Universidad Autónoma de Sinaloa, Universidad Autónoma de Baja California, 2012, p.10.

 

Cómo citar este artículo:

CAMPILLO ILLANES, Fanny Flora, (2014) “Otra mirada en el espejo del noroeste de México”, Pacarina del Sur [En línea], año 5, núm. 20, julio-septiembre, 2014. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=995&catid=12