Historia de la Caricatura Política en México: De Posada a la Era Digital

Rodrigo Pomar
Especialista en Estudios Latinoamericanos Rodrigo Pomar Verified profile Ultima actualización:: November 7, 2025

México no solo tiene una de las tradiciones de caricatura política más antiguas y ricas de América Latina, sino también una de las más valientes y combativas. Desde las calaveras mordaces de José Guadalupe Posada hasta las viñetas digitales que hoy se vuelven virales en segundos, la caricatura política mexicana ha sido testigo, crítica y, en ocasiones, protagonista de cada revolución, crisis y transformación del país. Su historia es inseparable de la turbulenta historia política de la nación, sirviendo como un espejo a menudo deformado pero siempre veraz del poder y la sociedad.

Este recorrido por la historia de la caricatura en México nos llevará desde las primeras sátiras visuales de la era independiente, pasando por la genialidad de Posada durante el Porfiriato y la Revolución, hasta la consolidación de un periodismo gráfico crítico durante el largo régimen del PRI y su explosión en la era democrática y digital. Descubriremos a las figuras clave, las publicaciones emblemáticas y la evolución de un género que sigue siendo una forma indispensable de la crítica y la conciencia nacional.

Antecedentes y Primeras Manifestaciones (Siglo XIX)

La tradición de la sátira visual en México comenzó a tomar forma con la consolidación de la imprenta y la efervescencia política del México independiente. La litografía, en particular, se convirtió en la tecnología que permitió una difusión más amplia de imágenes críticas, sentando las bases para el nacimiento de una prensa satírica combativa.

La Independencia y el Nacimiento de la Prensa Satírica

Aunque existían antecedentes coloniales, fue tras la Independencia cuando la caricatura comenzó a emerger como una herramienta en la batalla ideológica entre liberales y conservadores. Se considera a Gabriel Vicente Gahona, “Picheta” (1828-1899), como el primer caricaturista mexicano propiamente dicho. En sus publicaciones yucatecas como “Don Bullebulle”, Picheta adoptó el estilo europeo para criticar con agudeza a los políticos locales de todas las facciones. Otro pionero fundamental fue Constantino Escalante (1836-1868), quien desde las páginas de “La Orquesta” fustigó la Intervención Francesa y al emperador Maximiliano, demostrando el poder de la caricatura como arma de resistencia nacional.

José Guadalupe Posada: El Padre de la Caricatura Mexicana

Ninguna figura es más sinónimo de la gráfica mexicana que José Guadalupe Posada (1852-1913). Aunque en vida fue un artesano popular más que una celebridad, su obra póstuma lo consagró como el padre de la caricatura moderna en México y un artista de talla mundial.

Las Calaveras Políticas: La Muerte como Crítica Social

El genio de Posada radicó en tomar la tradición popular del Día de Muertos y convertirla en un vehículo para la sátira política más mordaz. Sus famosas calaveras no eran solo ilustraciones macabras; eran un comentario social devastador. Al representar a políticos, burgueses, damas de sociedad y hasta al propio Porfirio Díaz como esqueletos, Posada transmitía una idea profundamente democrática y subversiva: bajo la piel, en la muerte, todos somos iguales. Su creación más icónica, “La Calavera Garbancera”, hoy conocida como “La Catrina”, era una crítica directa a los mexicanos que renegaban de sus raíces indígenas para aparentar un estatus europeo.

Crítica al Porfiriato y Legado

Trabajando para la imprenta de Vanegas Arroyo, Posada produjo más de 20,000 grabados que se distribuían en hojas volantes baratas, haciendo su crítica accesible a una población mayoritariamente analfabeta. Sus imágenes, que ilustraban desde crímenes y desastres hasta corridos y críticas al régimen de Porfirio Díaz, formaron el imaginario visual de una época. Su estilo expresivo y su compromiso con los temas populares inspirarían décadas más tarde a los grandes muralistas como Diego Rivera y José Clemente Orozco, quienes lo rescataron del olvido y lo elevaron a la categoría de pilar del arte mexicano.

Prensa Satírica del Porfiriato y la Revolución

El régimen de Porfirio Díaz, a pesar de su autoritarismo, vio florecer una prensa de oposición feroz, donde la caricatura era el arma principal.

Revistas Emblemáticas como “El Ahuizote”

Publicaciones como “El Ahuizote” y, posteriormente, “El Hijo del Ahuizote”, se convirtieron en verdaderas pesadillas para el dictador. Dirigidas por figuras como Daniel Cabrera, estas revistas utilizaron la sátira visual para denunciar la represión, la desigualdad y la farsa democrática del régimen. Sufrieron clausuras, encarcelamientos y persecución constante, pero su resiliencia demostró el poder de la prensa satírica como bastión de la disidencia.

La Caricatura Durante la Revolución Mexicana (1910-1920)

La Revolución fue un período de caos y realineamientos constantes, y la caricatura lo reflejó a la perfección. Los caricaturistas cambiaban de bando según la facción dominante, produciendo propaganda visual que lo mismo exaltaba a Madero que ridiculizaba a Huerta, Villa o Carranza. Las caricaturas de este período son un documento histórico invaluable, pues capturan la intensidad de las luchas de poder y las promesas incumplidas que marcaron el conflicto armado.

La Época Post-Revolucionaria y el Régimen del PRI (1920-1970)

Con la consolidación del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder, el panorama mediático cambió drásticamente. El control estatal sobre la prensa, especialmente a través de la publicidad oficial y el monopolio del papel, llevó a una “domesticación” de la crítica y a una era de autocensura generalizada.

Eduardo del Río “Rius”: La Caricatura como Herramienta Educativa

En este contexto, la figura de Eduardo del Río, “Rius” (1934-2017), fue absolutamente revolucionaria. Con su historieta “Los Supermachos” y, tras ser censurado, “Los Agachados”, Rius creó un género único: la caricatura política-didáctica. Mezclando humor, collage y una investigación rigurosa, Rius explicó a millones de mexicanos temas complejos como la historia, la economía y la filosofía. Sus libros, como “Marx para principiantes”, se convirtieron en best-sellers internacionales, demostrando que la caricatura podía ser una poderosa herramienta de educación popular y conciencia crítica.

1968: El Movimiento Estudiantil y la Crisis del Sistema

El Movimiento Estudiantil de 1968 y la posterior matanza de Tlatelolco representaron un punto de quiebre para la sociedad y para la caricatura mexicana. La represión brutal del gobierno de Díaz Ordaz radicalizó a una generación de artistas e intelectuales. La caricatura se convirtió en un medio para documentar la masacre, denunciar la censura y mantener viva la memoria frente a la versión oficial. Este evento impulsó el surgimiento de una prensa más independiente en las décadas siguientes, como la revista “Proceso” y el periódico “La Jornada” (fundado en 1984), que se convertiría en el hogar de una nueva y brillante generación de caricaturistas críticos.

Democratización y Era Contemporánea (1990-Presente)

La transición democrática de finales del siglo XX, que culminó con la alternancia en el poder en el año 2000, abrió un espacio sin precedentes para la caricatura política, que se diversificó y consolidó como una parte indispensable del debate público.

Caricaturistas Contemporáneos Destacados

La escena actual está dominada por una pléyade de talentos con estilos y enfoques diversos, publicando en los principales diarios y, cada vez más, en plataformas digitales. Figuras como Rafael Barajas “El Fisgón”, José Hernández y Antonio Helguera (fallecido en 2021) desde “La Jornada” han mantenido una línea de crítica social aguda. En otros espacios, destacan Rafael Pineda “Rapé” y Rocha, conocidos por su ingenio y su capacidad de síntesis. Esta diversidad de voces es analizada en mayor detalle en nuestro artículo sobre ejemplos contemporáneos de caricatura política.

Características Distintivas de la Caricatura Mexicana

La tradición mexicana ha desarrollado una iconografía y unas temáticas particulares que la distinguen. La herencia de Posada es visible en el uso recurrente de calaveras como símbolo de la muerte igualitaria. Hay una fuerte influencia del muralismo en la composición y en la vocación de mensaje social. Temas como la compleja relación con Estados Unidos, la corrupción endémica y la desigualdad son constantes que atraviesan más de un siglo de producción gráfica.

Censura y Libertad de Expresión: Una Historia de Tensión

La historia de la caricatura en México es también la historia de su lucha por sobrevivir a la censura. Desde el cierre de periódicos y el encarcelamiento de artistas en el siglo XIX, hasta las presiones económicas y la violencia del crimen organizado en el siglo XXI, el oficio de caricaturista ha sido y sigue siendo una profesión de riesgo. Esta tensión constante, sin embargo, es precisamente lo que ha forjado el carácter valiente y resiliente de una de las tradiciones de sátira visual más importantes del mundo.

Conclusión: Un Espejo Crítico en Permanente Renovación

Desde las calaveras de Posada hasta los memes de hoy, la caricatura política mexicana ha sido el espejo crítico de una nación en permanente transformación. Con una tradición ininterrumpida de más de 150 años, ha sabido adaptarse a cada nuevo contexto político y a cada nueva tecnología, sin perder nunca su función esencial: cuestionar al poder, dar voz al descontento y contar la historia que los libros oficiales a menudo omiten. Mientras haya poder que vigilar y realidades que criticar, habrá un caricaturista mexicano dispuesto a dibujarlo desnudo, ya sea literal o figuradamente. Para entender el fenómeno en su totalidad, explore nuestra guía sobre la caricatura política como género global.

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