Pocos momentos en la historia de la exploración han redefinido la cartografía mundial con la magnitud del 25 de septiembre de 1513. Aquel día, el descubrimiento del Océano Pacífico —bautizado inicialmente como Mar del Sur— confirmó la sospecha de que América no era Asia, sino un continente intermedio, y abrió la puerta a la verdadera globalización. Esta gesta, liderada por el extremeño Vasco Núñez de Balboa, no fue solo un hito náutico, sino una aventura de supervivencia extrema a través de una de las selvas más impenetrables del planeta.
La Ruta de Balboa: Una Travesía por el Infierno Verde
Para llegar a la “otra mar” de la que hablaban los indígenas locales, la expedición no podía navegar; debía caminar. La ruta de Balboa a través del Istmo de Panamá es recordada como una proeza física y logística. Partiendo de Santa María la Antigua del Darién, Balboa se adentró en una selva densa, húmeda y hostil, acompañado por 190 españoles y cientos de aliados indígenas y porteadores.
La travesía desafió ciénagas, enfermedades tropicales y el asedio constante de tribus hostiles. Lo que en el mapa actual parece una distancia corta, en 1513 representó semanas de lucha contra una naturaleza indómita, donde las armaduras oxidadas y la falta de provisiones pusieron a prueba la resistencia de los conquistadores.
El Instante del Hallazgo: 25 de septiembre de 1513
La historia narra que, guiado por los informes de Panquiaco, hijo del cacique Comagre, Balboa ordenó a sus hombres detenerse al pie de una cima en la cordillera del Chucunaque. Quería ser el primero en ver lo que yacía al otro lado.
Al alcanzar la cumbre, Vasco Núñez de Balboa contempló una inmensidad de agua que se extendía hasta el horizonte. Cuatro días después, bajaría a la orilla, entraría en el agua con su armadura y espada, y reclamaría ese vasto océano para la Corona de Castilla. Este acto no solo cambió su destino, sino que alteró para siempre la geopolítica europea.
¿Por qué se llamó Mar del Sur?
El nombre original, Mar del Sur, responde a una lógica geográfica simple vista desde la perspectiva del Istmo de Panamá. El istmo tiene una curvatura tal que, en esa sección, la costa corre de este a oeste. Por lo tanto, el océano se encontraba geográficamente al sur de la posición de Balboa. No sería hasta años más tarde, en 1520, cuando Fernando de Magallanes, tras cruzar el estrecho que lleva su nombre y encontrar aguas calmas, lo rebautizaría como Océano Pacífico.
Consecuencias: La Puerta al Perú y al Comercio Mundial
La historia del Mar del Sur es el prólogo de la expansión española en Sudamérica y el Pacífico asiático. El hallazgo tuvo dos consecuencias inmediatas y trascendentales:
- La Conquista del Perú: La confirmación de un mar al sur validó los rumores sobre el “Birú”, un imperio rico en oro (los Incas) accesible navegando por esa costa, lo que motivaría las posteriores expediciones de Pizarro y Almagro.
- El Lago Español: Con el tiempo, el descubrimiento permitió establecer la ruta del Galeón de Manila, conectando América con Asia y convirtiendo al Pacífico en una vía comercial estratégica para la plata y las especias.
La expedición de Balboa cerró el mapa del mundo conocido y abrió, para bien y para mal, las compuertas de la modernidad en el continente americano.
