Toda gran civilización se cimienta sobre una historia de origen, un relato poderoso que legitima su poder y define su propósito en el mundo. Así como Roma tuvo a Rómulo y Remo, el Imperio Inca tuvo a Manco Cápac y Mama Ocllo. La leyenda de esta pareja divina, enviada por el dios Sol para fundar una civilización en los Andes, es mucho más que un cuento ancestral; es un documento político, una guía moral y la piedra angular de la cosmovisión incaica. Este artículo explora las dos versiones principales de este mito fundacional, su profundo significado político y educativo, y su perdurable vigencia en la identidad cultural del Perú contemporáneo.
Las Dos Versiones del Mito Fundacional
El origen de los incas nos ha llegado a través de dos leyendas principales, transmitidas oralmente y recogidas por los cronistas españoles. Aunque difieren en sus detalles, ambas cumplen la misma función: establecer un origen divino para el linaje inca.
Versión del Lago Titicaca: El Origen Solar
La versión más conocida, popularizada por el cronista mestizo Inca Garcilaso de la Vega en sus “Comentarios Reales de los Incas”, narra que el dios Sol, Inti, apenado por la barbarie en la que vivían los hombres, envió a la tierra a sus dos hijos: Manco Cápac y su hermana-esposa, Mama Ocllo. Les entregó un cetro o bastón de oro (tupayauri) y les encomendó una misión: viajar por el mundo y, en el lugar donde el bastón se hundiera en la tierra con un solo golpe, fundar un reino para civilizar a la humanidad.
Versión de los Hermanos Ayar: El Origen Terrenal
La otra gran versión, registrada por cronistas como Juan de Betanzos y Pedro Sarmiento de Gamboa, es la de los hermanos Ayar. Según este relato, cuatro hermanos (Ayar Manco, Ayar Cachi, Ayar Uchu y Ayar Auca) y sus cuatro hermanas emergieron de una cueva en Pacaritambo, en el cerro Tampu T’oqo. Emprendieron un largo viaje en busca de tierras fértiles. Durante el trayecto, los hermanos, que poseían poderes sobrenaturales, fueron desapareciendo uno a uno, transformados en piedra o aves sagradas, hasta que solo quedó Ayar Manco. Fue él quien finalmente llegó al valle del Cusco y estableció allí el futuro imperio, cambiando su nombre a Manco Cápac.
Estas dos versiones no son contradictorias, sino complementarias. Representan dos tradiciones orales distintas que confluían en un mismo punto: Manco Cápac como el fundador divino del Cusco.
El Viaje y la Fundación del Cusco
Ambas leyendas describen un peregrinaje sagrado que culmina con la fundación de la capital imperial, el “ombligo del mundo”.
El Bastón de Oro y la Búsqueda
En la versión del Lago Titicaca, el bastón de oro es la herramienta divina que señala el lugar elegido. Manco Cápac y Mama Ocllo probaron a hincar el bastón en varios lugares durante su viaje, sin éxito. Finalmente, al llegar al cerro Huanacauri, en el valle del Cusco, el bastón se hundió suavemente en la tierra, revelando la fertilidad y el destino sagrado de ese lugar. Este acto simboliza la aprobación divina y la conexión entre el cielo (el Sol) y la tierra (la Pachamama).
La Fundación del “Qosqo”
Una vez elegido el lugar, Manco Cápac fundó la ciudad de Cusco (en quechua, Qosqo, que significa “ombligo” o “centro”). Siguiendo el principio de la dualidad andina, dividió la ciudad en dos mitades: Hanan Cusco (Cusco de Arriba), poblada por sus seguidores, y Hurin Cusco (Cusco de Abajo), para los seguidores de Mama Ocllo. En el centro, estableció el primer templo dedicado a su padre, el Sol, que se convertiría en el fastuoso Coricancha.
Manco Cápac: El Primer Inca y Héroe Civilizador
Más que un simple rey, Manco Cápac es presentado como el arquetipo del gobernante sabio y el padre fundador de la civilización andina.
Atributos y Funciones Míticas
Como hijo del Sol, Manco Cápac poseía una legitimidad divina incuestionable. Su misión era enseñar a los hombres “bárbaros” a vivir en sociedad. Según la leyenda, les enseñó a cultivar la tierra (especialmente el maíz), a construir casas, a crear sistemas de riego y a organizarse en comunidades. Estableció las primeras leyes y el culto al Sol, sentando las bases de la estructura social, política y religiosa del futuro imperio.
¿Personaje Histórico o Mítico?
Los historiadores debaten si Manco Cápac fue una figura puramente mítica o un líder histórico real cuya vida fue magnificada por la leyenda. La teoría más aceptada es que probablemente fue un jefe tribal o un líder de una migración (quizás desde la región del Titicaca) que logró imponerse sobre otros pueblos en el valle del Cusco alrededor del siglo XII o XIII. Su figura histórica habría sido divinizada posteriormente para consolidar el poder de su linaje, la panaca real inca.
Mama Ocllo: La Matriarca Fundadora
Siguiendo el principio de dualidad complementaria, Mama Ocllo juega un papel tan fundamental como el de Manco Cápac.
Hermana-Esposa y Rol Civilizador
La unión entre hermanos, que en la cultura occidental es un tabú, era una práctica común en la realeza inca para mantener la pureza de la sangre divina descendiente del Sol. Mama Ocllo no es una figura secundaria; es la contraparte femenina del poder. Su misión era civilizar a las mujeres, enseñándoles el arte de hilar y tejer la lana de vicuña y alpaca, así como las labores domésticas y el cuidado de la familia. Juntos, Manco Cápac y Mama Ocllo representan el orden y la división complementaria de roles que sustentaban la sociedad inca.
La Función Política del Mito
La leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo no era un simple cuento; era una sofisticada herramienta política para justificar y mantener el poder del Imperio Inca.
- Legitimación Divina: Al establecer que el Sapa Inca descendía directamente del dios Sol, el mito otorgaba al gobernante un estatus sagrado y un derecho incuestionable a gobernar sobre otros pueblos, considerados “inferiores” o “bárbaros”.
- Justificación Imperial: La misión “civilizadora” encomendada por Inti servía como justificación ideológica para la expansión del Tahuantinsuyo. La conquista no se presentaba como un acto de subyugación, sino como la generosa extensión del orden y el progreso a pueblos que vivían en la oscuridad.
- Modelo Educativo: El mito establecía un modelo ideal de sociedad, con roles de género definidos y una estructura jerárquica ordenada por los dioses. Era una herramienta pedagógica para enseñar los valores del imperio.
El Mito en las Fuentes Coloniales
Nuestro conocimiento de estas leyendas proviene de los cronistas de la época colonial, quienes las recogieron de la tradición oral. Cada cronista, sin embargo, las interpretó según sus propios intereses. El Inca Garcilaso de la Vega, mestizo, presentó la versión del Lago Titicaca de una manera idealizada, buscando ennoblecer su herencia inca ante el público europeo. Otros, como Juan de Betanzos, recogieron la versión de los hermanos Ayar, posiblemente más cercana a la tradición oral de las élites cusqueñas. Cronistas como Guamán Poma de Ayala, de origen indígena, aportaron valiosas ilustraciones que nos dan una idea de cómo se visualizaban estos mitos.
El Mito Hoy: Vigencia y Reinvención
Lejos de ser una reliquia, la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo sigue viva en la cultura peruana.
- En la Educación: Es una parte fundamental del currículo escolar, enseñada a todos los niños peruanos como la historia fundacional de su identidad nacional.
- En el Turismo y la Cultura: Estatuas de los fundadores presiden la Plaza de Armas del Cusco. El mito es representado en festivales como el Inti Raymi y es el eje de la narrativa turística de la región.
- Como Símbolo de Identidad: Para los movimientos de reivindicación indígena, Manco Cápac y Mama Ocllo son un poderoso símbolo de la grandeza y la sabiduría de la civilización andina preexistente a la conquista, una fuente de orgullo cultural.
Conclusión
La leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo es un ejemplo magistral de cómo los mitos fundacionales operan para construir una nación, legitimar un poder y dar forma a una identidad colectiva. Ya sea como un evento histórico divinizado o como una pura creación simbólica, la historia de los hijos del Sol que fundaron el Imperio Inca sigue siendo una narrativa poderosa que explica no solo el origen de un antiguo imperio, sino también muchas de las claves de la cultura andina contemporánea. Es un relato que, como el bastón de oro, sigue firmemente anclado en la tierra fértil de la memoria peruana. Para comprender el contexto más amplio, es útil explorar la mitología inca y los dioses andinos en su totalidad.
