Ciudad de México, S.A. de C.V.

Sergio Ricco y Christian Márquez

Recibido: 11-03-2016 Aprobado: 01-04-2016

 

La Ciudad de México, hasta hace unos días denominada Distrito Federal, está ubicada en una cuenca, donde cien años atrás todavía era lacustre, origen que aún se manifiesta en la época de lluvias con fuertes inundaciones. Los atentados a este carácter geográfico son cobrados anualmente con inundaciones, sobre todo en su parte oriente y en las zonas más deprimidas económicamente, lugares donde nunca se debió haber permitido el desarrollo urbano, nos referimos a Iztapalapa y al área conurbada del estado de México, los municipios de Nezahualcóyotl, Chalco, Chimalhuacán, etc. Estos municipios, lecho del lago, fueron objeto de la depredación y fiebre inmobiliaria durante los años cincuenta y sobre todo durante la década siguiente por el proceso de migración campo/ciudad, hoy migración ciudad/informalidad, como resultado de una ausencia de planificación regional y nacional.

Los últimos sexenios, donde tentativamente podríamos ubicar una acelerada depredación del entorno urbano, una cada vez más acentuada especulación con el suelo, inician a partir del gobierno del profesor Hank González (1976 – 1982). En este sexenio se generó un acelerado crecimiento de la infraestructura a favor del automóvil, fracturando espacios barriales, rompiendo con la identidad vecinal, comenzando a sacrificar plusvalía social y cultural a favor de intereses privados. Hank González, al margen de haber sido un prominente político del Partido Revolucionario Institucional, se convirtió en uno de los más acaudalados e influyentes empresarios del país, con sospechas de fuentes inconfesables de su fortuna.

El terremoto del 19 de septiembre de 1985, presente en la memoria de los habitantes de esta ciudad, constituyó un freno para la continuidad irracional de la especulación inmobiliaria y los constantes agravios a los entornos urbanos, al paisaje y a los espacios tradicionales de convivencia social, sobre todo por la conformación de organizaciones vecinales en defensa de sus espacios.

Más tarde se presenta un deterioro del movimiento social, convirtiéndose en una oportunidad para el auge del capital financiero voraz, que persigue la mayor ganancia en el menor tiempo posible y con el menor esfuerzo, en sacrificio de la planta productiva industrial y artesanal. En este contexto, del llamado neoliberalismo, el cual entendemos como una etapa del desarrollo capitalista en su fase financiera, la especulación sobre la tierra urbana se incrementa, jugando este capital en asociación directa con los políticos al frente del gobierno de la ciudad y del país por una reconversión de los espacios urbanos, modificando la orientación y la vocación del espacio y del uso del suelo, propiciando con ello un incremento exponencial de la renta de la tierra. Así, de manera rápida e incluso repentina, se genera la fiebre inmobiliaria, asociada directamente con créditos especulativos, los cuales ya tuvieron un primer descalabro en el 2008 (con la experiencia previa en 1994). Vemos que las crisis son cada vez más cercanas y profundas.

Pese a este llamado de atención se insiste en este tipo de desarrollo urbano que margina a los sectores populares, quienes son los que más reclaman vivienda, servicios y espacios para la convivencia social, siendo negados estos derechos fundamentales desde el poder político y financiero. Por ejemplo, en una zona media de la ciudad, que por décadas mantiene equipamiento urbano sin ser modernizado, un departamento de 54 metros en un conjunto de hacinamiento, alcanza un precio mayor a los cien mil dólares. Este tipo de “desarrollo” está logrando una profunda afectación al entorno, al paisaje, a los servicios y un acelerado deterioro urbano y ambiental que se refleja en la calidad de vida de los habitantes.

Cancelación de los espacios abiertos y arbolados, presión desmedida sobre la vialidad urbana, carencia de los servicios; agua potable y drenaje, saturación del tráfico, contaminación del aire, incremento de basura, y como un efecto más del hacinamiento, mayor inseguridad. La Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de nueve metros cuadrados de área verde por habitante. En estas zonas de la Ciudad de México que están siendo objeto de la invasión inmobiliaria, el número de metros es cero. La lógica especulativa inmobiliaria y financiera, en un muy corto tiempo que no rebasa quince años, está provocando que hoy la llamada Ciudad de México resulte un espacio sofocante y en ocasiones colapsado.

Este proceso de reconversión urbana provoca un cambio radical en el paisaje, hace que la ciudad resulte irreconocible por el surgimiento desmedido y sin planificación, obviando la necesaria modernización del equipamiento urbano y provocando un desconcierto, pues la nueva arquitectura no responde a ningún estilo y fractura los espacios cotidianos, con estilos arquitectónicos no acordes a una tradición urbana, siendo adefesios tomados de los magazines de arquitectura de los despachos norteamericano.

La tendencia de concreto y vidrio con un gusto kitsch es la oferta de los gobiernos y magnates contemporáneos, que se convierte en imposición de un modelo de vida ajeno, no solo a las formas culturales tradicionales, sino a los bolsillos de la población, pues esto se acompaña indisolublemente de centros comerciales trasnacionales, cines y expendios de comida chatarra, emblemas del deterioro cultural, emocional y físico. Cinemex, Cinépolis, KFC, McDonald’s, Burguer King, etc. Esto es lo que el gobierno de la Ciudad de México ofrece a sus habitantes; deterioro ambiental, cancelación de la convivencia social, basura, contaminación, poca vialidad urbana y agotamiento de servicios básicos.

Es en este contexto que el gobierno del doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de México por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ha incrementado la tendencia a la privatización del espacio público y social a favor del capital especulativo. Son innumerables los ejemplos de la imposición de un supuesto gobierno de tendencia progresista pero con una fuerte vocación privatizadora; instalación de parquímetros que no son patrimonio de la ciudad, regulación del tráfico vehicula a privados, diversos proyectos privados en calles y avenidas, concesión de peaje a trasnacionales en vías primarias (los llamados segundos pisos que se desarrollan durante los gobiernos del PRD), privatización del transporte público e incremento de tarifas, deterioro del sistema de transporte colectivo.

Lo anterior aunado a megaproyectos inmobiliarios descomunales que no responden a la lógica ni económica ni cultural de una ciudad como la capital mexicana; torres de más de treinta pisos, instaladas en zonas donde el equipamiento urbano no se moderniza desde hace setenta años y que al término de las obras la ocupación no se contempla, sospechando de orígenes y destinos inciertos del capital. No es atrevido pensar en narcotráfico.

En este marco colocaremos algunos ejemplos de trastornos a la ciudad de carácter permanente; permisos para desarrollos habitacionales en una muy costosa zona de la ciudad como es Santa Fe con deslizamientos de tierra irreversibles, el centro comercial Oasis ubicado en una conflictiva zona vial que a juicio del responsable de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial nunca debió haberse construido, los agravios a zonas habitacionales como Coyoacán y Tlalpan con la imposición del centro comercial Patio Tlalpan, la afectación de una zona aún lacustre como Xochimilco con un Walmart,  el corredor cultural Chapultepec frenado por la organización vecinal, las eufemísticamente llamadas Zonas de Desarrollo Económico y Social (ZODES) que tienden a fragmentar estructuralmente a la urbe. La imposición de proyectos irracionales como el deprimido Mixcoac que pretende comunicar el oriente con el poniente de la ciudad hacia el nuevo aeropuerto, que resulta una aberración ecológica impuesta por el gobierno federal y a plena satisfacción del gobierno local y el cual seguramente tendrá un peaje por una empresa trasnacional.

No podemos descontar estas a acciones arboricidas, al derribar árboles de una centuria para propósitos inmobiliarios y modificar usos de suelo de habitacional a comercial fusionando predios por medio de adquisición de éstos por usura, para lograr que en espacios de media hectárea se coloquen 2,750 cajones de estacionamiento, nueve cines chatarra, expendios de fast food y centros comerciales donde un pequeño bosque se convierte en 165 mil metros cuadrados de concreto, en una zona ya agobiada por centros comerciales, hacinamientos inmobiliarios de todo tipo y a una distancia no mayor de cien metros cada uno, en un trazo urbano de hace cien años; calles estrechas, callejones y aun sobreviviendo un paisaje urbano tradicional. Esto debería ser un espacio de amortiguamiento y mitigación del fuerte impacto que la zona de la delegación Benito Juárez y en específico del barrio Actipan tiene, y sin embargo el destino de Oso 51 se dirige a una mayor voracidad inmobiliaria y a la vertiginosa inviabilidad de la hoy flamante Ciudad de México.

Sin embargo no todo es grisura. Por todos los puntos de la ciudad están surgiendo organizaciones vecinales en defensa del espacio urbano vital y reclamando un alto en el deterioro de la calidad de vida. Solo por medio de la organización vecinal se está logrando recuperar, aunque sea de manera paulatina al momento, nuestra ciudad.

 

México, DF,  15 de octubre de 2015.

Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa

Jefatura de Gobierno del DF

Presente

Como es de su conocimiento el predio que ocupa la calle de Oso no. 51 posee a consideración de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI) y de la Delegación Benito Juárez un polígono de actuación privado. A consideración de los vecinos este predio, que aún contiene uso habitacional en las calles de Recreo y Tigre. Este polígono no puede ser ejecutado debido a que la colonia Actipan Valle es de uso habitacional en toda su zonificación, en sus 29 manzanas todo se encuentra construido y el predio de Oso 51 es el único espacio libre con una biomasa de 72 árboles pertenecientes a 57 especies diferentes que ha permitido en las últimas décadas ser el único sistema de mitigación y amortiguamiento urbano y ambiental en la colonia Actipan.

Los desarrolladores Inmobiliaria Floreal SA de CV; Galerías Insurgentes; Liverpool, insisten en desarrollar una obra de muy alto impacto urbano y ambiental destruyendo esta biomasa con alrededor de 80 años y en su lugar colocar macetones en la banqueta, todo el proyecto es de construcción sin permitir áreas libres y soportando sus muros de contención en nuestros cimientos. Esto Señor Jefe de Gobierno es a todas luces arbitrario y discrecional en el otorgamiento de los permisos; por ejemplo, SEDEMA, ha ya establecido el costo del derribo de 68 árboles por la cantidad de $447,000.00 SEDUVI y la Delegación han permitido el polígono de actuación y un sistema de anclas en el subsuelo de nuestras edificaciones. Todo lo anterior se desarrolla en una zona sobresaturada de comercios, estacionamientos, cines y dentro de un área sin espacios libres y en una vialidad  de callejuelas estrechas.

De acuerdo a la ley de Desarrollo Urbano en su Artículo 6o  y en relación directa al Programa de Desarrollo Urbano de la Delegación Benito Juárez posee usted las atribuciones jurídicas debidas para intervenir, en su caso anular este agravio a la Ciudad y a los vecinos de Actipan. En consecuencia le solicitamos que este único predio que aún permite el amortiguamiento del alto impacto ecológico y urbano sea declarado un espacio para la convivencia social y para el desarrollo humano y se suprima el proyecto de Inmobiliaria Floreal SA de CV; Liverpool y Galerías Insurgentes, que se convierte en un hacinamiento inmobiliario que no va a traer los beneficios económicos esperados y por el contrario va a sobrecargar más la zona en términos de servicios en los general.

Por último la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda de entre 10 y 15 metros cuadrados de áreas verdes por habitante para mantener y conservar la salud física y emocional de los habitantes en zonas urbanas. La Delegación Benito Juárez es una de las que menos metros cuadrados de áreas verdes por habitante contiene como es de su conocimiento. De realizarse el proyecto Ampliación Comercial de Galerías Insurgentes en la Colonia Actipan tendríamos cero metros de área verde por habitante pero eso sí 9 cines cientos de automóviles más, 130 mil metros cuadrados de construcción. Dr. Mancera estará usted de acuerdo que este no puede ser un legado para las actuales y venideras generaciones, los ciudadanos de esta Ciudad demandamos un espacio que nos permita el desarrollo de nuestras actividades con una mediana calidad de vida, proyecto como el de Galerías Insurgentes; Liverpool eliminan el mínimo desarrollo humano en su entorno. La convivencia social doctor no puede reducirse a los Centros Comerciales. Los vecinos de Actipan reclamamos nuestra ciudadanía y junto con nuestros hijos le solicitamos su intervención para que este predio tenga una utilidad social la cual nos está siendo arrebatada para fomentar la plusvalía privada.

El día 10 del presente los vecinos de Actipan nos vimos obligados a salir a la calle y realizar un mitin informativo, producto de esta acción que pensamos seguir desarrollando surgieron las firmas de los ciudadanos que a continuación le anexamos quienes rechazan la tala irracional de la biomasa del predio de Oso no. 51 así como el hacinamiento inmobiliario que se pretende realizar en este lugar.

Esperamos su intervención en beneficio ciudadano y de los vecinos y quedamos de Usted.

Se anexan firmas originales de los vecinos/as en 6 hojas.

Responsable de esta comunicación,

Mtro. Sergio Ricco Monge

Domicilio: Calle Recreo No. 60-201

Col. Actipan, Delegación Benito Juárez, DF CP 03230.

Tel. 55 24 35 94

correo (s) electrónico(s): Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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C.c.p. Lic. Patricia Mercado. Secretaría de Gobierno del DF.

C.c.p. Arq. Felipe de Jesús Gutiérrez Gutiérrez. Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.

C.c.p. Mtra. Tanya Müller García. Secretaría de Medio Ambiente.

C.c.p. C. Christian Von Roehrich. Delegación Benito Juárez. 

 

Cómo citar este artículo:

RICCO, Sergio; MÁRQUEZ, Christian, (2016) “Ciudad de México, S.A. de C.V.”, Pacarina del Sur [En línea], año 7, núm. 27, abril-junio, 2016. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=1299&catid=5